17. Un último 'Te quiero'.

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"Él sonreía. Él jugaba. El bromeaba. Él era alegre. Él amaba la vida..."

Cuando alguien piensa en la persona que ama, sonríe. Éso le pasaba a Hunter al ver a su mamá por las mañanas.

Él sonreía cuando su madre colocaba los huevos revueltos sobre la mesa.

Él sonreía cuando su madre se despedía de él con un beso en la mejilla fuera del colegio.

Él sonreía cuando su madre le contaba el cuento de los tres cochinitos antes de dormir, aún si se lo sabía de memoria.

Él sonreía cuando su madre le regañaba, porque sabía que era para su bienestar.

Él sonreía cuando su madre se comportaba como una niña pequeña.

Él sonreía cuando su madre preparaba cupcakes en su cumpleaños.

Él sonreía cuando su madre contaba hasta tres antes de soplar las velas de su pastel.

Él sonreía cuando su madre le decía palabras de consolación.

Él sonreía cuando su madre preparaba una taza de café antes de ir al trabajo.

Él sonreía cuando su madre tropezaba y se volvía a levantar, haciendo como si nada ocurrió.

Él sonreía cuando su madre se sentaba frente al piano y tocaba produciendo melodiosos sonidos.

Él sonreía por el simple hecho de mirar a su mamá.

Hunter no estaba acostumbrado a la figura paterna. El ver a su padre los lunes no era suficiente.

Para él, su mamá era todo.

Cuando Thomas los visitaba desde Nueva York, él se alegraba. Le alegraba jugar con él. Le alegraba tener un hermano con quién compartir sus juguetes.

Pero su mamá prestaba más atención al pequeño Thomas.

Lo cual, era totalmente normal. Ella no veía a diario a Thomas como lo hacía con Hunter.

Pero, ¿Qué iba a saber un niño pequeño de éso? Él solo notaba como su mamá lo excluía.

Su mamá lo excluía y su padre lo ignoraba por su nuevo hijo, Josh.

Para un niño de su edad éso fue un golpe psicológico que lo acompañaría durante su crecimiento.

Hunter creció. Sentía celos de Thomas.

No lo odiaba, pero su comportamiento cambió.

El niño alegre y que ayudaba a su madre a lavar los platos, se transformó en un chico bipolar y rebelde.

Valerie. La chica rubia, siempre secaba sus lágrimas. Siempre estaba ahí cuando él la necesitaba.

Valerie. Su única amiga.

El adolescente conoció su gusto por la fotografía. Le encantaba fotografiar los paisajes.

Una vez, cuando Hunter llevó su cámara al colegio, Valerie le pidió que le tomara una foto. Él se negó.

"Solo fotografiaré a la chica de la que me enamore."

Sus palabras fueron selladas por una sonrisa.

Mientras Valerie se enamoraba de Hunter, él mostraba más interés en la fotografía.

Una noche fría, la mamá de Hunter se acercó a él y susurró en su oído:

"Te quiero, mi niño."

Fueron las últimas palabras dulces que recibió de ella.

El 10 de mayo. Una festividad doble; por una parte, el día de las madres. Por otra, el cumpleaños de Hunter.

Pero él nunca pensó que un día de alegría, se volvería un día de tristeza.

La mañana del 10 de mayo, Thomas llamó avisando que habría una festividad en su colegio.

Hunter se sintió mal cuando su mamá le dijo que tendría que salir a ver a Thomas a Nueva York, por lo que no pasaría su cumpleaños con él.

Él se negó y no permitió que su mamá saliera de viaje, escondiendo el boleto de avión y haciendo que perdiera el último vuelo a Nueva York.

Ella tuvo que quedarse.

La madre de Thomas y Hunter, tenía un pequeño restaurante. Ésa noche, los dos se encargaron de atender a los clientes.

Antes de volver a casa, su madre le obsequió una diminuta caja. La cual abrió y una sonrisa se formó en sus labios al ver su contenido.

Un collar con un dije en forma de copo de nieve. Un recuerdo de su último viaje.

Hunter salió corriendo para agradecerle a su madre y decirle 'te quiero'.

Pero su sorpresa fue mayor cuando un tipo sostenía a su madre del cuello.

ㅡVuelve al restaurante, Hunter ㅡlas palabras salían con dificultad de la boca de su madre.

Hunter estaba de pie sin saber qué hacer o decir. No podía hablar.

ㅡ¿Quién es éste mocoso? Podría servirme para algo ㅡel tipo encapuchado escupió las palabras.

El ojiazul estaba anonadado. Quería proteger a su madre, quería salvarla. Pero sus pies estaban clavados en el pavimento. Sus sentidos se desconectaron. No podía escuchar ni hablar.

Estaba asustado.

ㅡNo te diré.

ㅡRespuesta incorrecta ㅡlanzó a la mujer en dirección de Hunter, éste la sostuvo. El hombre apuntó un arma frente a la mujerㅡ espero que le hayas dicho a tu madre que la quieres, mocoso.

Su sentido del oído se activó nuevamente, sintiendo una punzada en el corazón por no decirle a su mamá que la quería.

Acto seguido, apretó el gatillo.

La bala atravesó la cabeza de la mujer, haciendo que la sangre salpicara y ensuciara el rostro, ropa y brazos de Hunter.

Sí tan solo su madre hubiera viajado a Chicago al festival del colegio de Thomas.

"... él era feliz hasta que la vida lo golpeó"

Tears are Falling | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora