Capítulo 32: Sweet Dreams

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Narro yo

Ha pasado una semana. Damian y yo volvimos a tratarnos como antes, no he visto a ninguno de mis amigos pero sé qué ahora todos andan en pareja, lo cual me alegra mucho. Después de mi última relación y de todo lo que ha pasado me gustaría encontrar a alguien con quien estar, quiero un poco de normalidad en mi vida; inevitablemente la imagen de un chico de ojos chocolate viene a mi mente. Sacudó mi cabeza para alejar ese pensamiento, ya que es algo ridículo.

En fin he decidido reunir a los chicos en mi casa para aclarar unas cuantas cosas sobre Damian. En cuanto llegan empiezo a contarles lo que paso desde ese día frío en el que llegue de mi terapia, el acuerdo al que había llegado con Damian, de lo que había pasado cuando fueron a bendecir la casa y sobre todo les di a entender que no había peligro, él no iba a hacerle daño a nadie. Al principio reaccionaron como era de esperarse: me preguntaron que si estaba en mis cinco sentidos, que si Damian no me estaba controlando o amenazando, etc; les jure que las cosas ya estaban bajo control, que el chico fantasma era totalmente inofensivo.

Después de que comenzaron a aceptar lo que les decía se pusieron todos a la defensiva. Que estaba loca, que como podía perdonarlo tan fácilmente y ese tipo de cosas.

- Por poco me mata- dijo Carlos

- Él sólo quería asustarte para que te fueras- respondí avergonzada dado que tenia que reconocer que tenia razón.

- Bonita forma de hacerlo, ¿no crees?- me preguntó seco

- Además no olvides que tu familia se distanció por su culpa- habló Deis

- Que casi te suicidas- le siguió Ken

- Te torturaba- dijo Nash

- Te estabas volviendo loca- añadió Mer

- Y no olvides que mato a tu abuelo- agregó Rebe

-¿Quieres que sigamos?- preguntó James

- La lista es larga- comentó Dus

- Eso no es del todo cierto- dije refiriéndome a la muerte de mi abuelo- le dio un infarto mientras conducía.

- Sí, pero las emociones fuertes que lo llevaron a eso las provoco ese demonio que tanto defiendes- respondió Rebe un tanto molesta

Tenía razón, además Damian también había confesado ser el culpable. Respire hondo para luego mirar a mi amiga pelirroja y al resto. Estaban molestos, lo entendía pues habían presenciado como el chico con el compartía mi casa acababa conmigo.

- Llenándome de odio no llegare a nada- les dije por fin- mi abuelo tenia sus cuentas pendientes con la vida, además debía descansar, las cosas pasan por algo ¿no? Damian también tiene su historia. Por eso no hay que perder el tiempo buscando al villano de la película porque no lo van a encontrar, no debemos concentramos en buscar a quien culpar, de lo contrario acabaremos igual o peor. Esa es la maldición mientras haya más odio peor serán las cosas para nosotros.- al hablar las palabras de mi abuelo pasaron por mi mente.

Al final todos parecieron comprender lo que acababa de decir. Sólo asintieron con la cabeza y dejaron de meterse con Damian.

- De hecho, el quiere hablar por si mismo- les hice saber.

Dudaron un poco, pero luego estuvieron de acuerdo, así que hice que Damian se manifestará. Al principio todos se mantuvieron alejados y estaban como pálidos de la impresión, sobre todo Rebe, a pesar de eso no les costo mucho entablar una conversación con él hasta pareció que era uno más del grupo. Al final de la tarde lo trataban como si nada, a excepción de mi amiga pelirroja que seguía un tanto ida, pero supuse que era porque no le gustaba nada que tuviera que ver con entidades malignas, aunque ya se acostumbraría, así que no le tome mucha importancia.

Cuando ya casi era de noche se dio por terminada la reunión por lo que todos se fueron, así que junto con Damian subimos a mi cuarto para hablar de lo bien que había salido todo.

-¡Uf! Salio mejor de lo que pensé-  dije aliviada al tiempo que me sentaba sobre la cama de un salto

- Sí, aunque creo que casi mato del susto a la pelirroja- comentó Damian un tanto confundido

- Tranquilo, es que aún no se le hace la idea de que te hayas redimido- le respondí mientras que entraba al baño a ponerme la pijama.

- Otra cosa que no me gusto fue que ese chico te llamara princesa- comentó con un tono algo hostil

- Ah, te refieres a Carlos

- Sí, el me agrada lo que no me gusta es la manera en la se refiere a ti- explicó un tanto serio.

No puede ser ¿acaso Damian estaba celoso?. Termine de alistarme para dormir, entonces volví a la cama y me acosté. Damian se sentó a mi lado.

- Mis padres me pusieron Anastasia por una princesa rusa, se lo conté a Carlos y por eso me dice así- le conté

- Entiendo, tienes un nombre precioso- me dijo

- Gracias, Dam- me sonroje, sólo espero que él no lo haya notado

- De nada, mi querida Anastasia- me sonrió dulcemente

- Aclarame algo ¿estabas celoso?- cuestione con diversión, pues de tan sólo pensarlo se me hacia gracioso.

- No te confundas, Anastasia- respondió él borrando su sonrisa de golpe- es que el apodo me parece un poco cursi, es todo- me aclaro serio.

- De acuerdo- dije sin creérmelo del todo- descansa Dam

- Descansa, Ana

Dam apago la luz, cerré los ojos. Sin embargo no me quede dormida de inmediato, tenia muchas cosas en que pensar. Como por ejemplo el hecho de que me encantará la idea de que él estuviera realmente celoso, de verdad mis ideas eran cada vez más disparatadas; de pronto caí en la cuenta de lo que estaba pasando por mi cabeza, por fin estaba admitiendo lo que mi corazón se negaba a sentir. Ya no me parecía ridículo estar juntos, yo no quería normalidad en mi vida... yo quería a Damian.

Fue llegar a esta conclusión y me quedé dormida.

Narra Damian

Me quedé contemplando a Anastasia dormir. Se veía tan serena, en paz, todo lo contrario a las veces en las que yo la torturaba a las tres de la mañana, cosa de la que en serio me arrepiento. Seguí mirándola hasta que no me resistí y pase mi mano desde su cabello hasta su rostro. Tan inocente, tan pura... tan prohibida.

Aparte mi mano de inmediato al llegar a esta conclusión. ¿Qué estaba haciendo? yo no podía permitirme albergar sentimientos hacia ella, debería dejar de fantasear con alguien que nunca va a estar conmigo, porque sería tan estúpido que Ana me escogiera a mí, sería tan tonto que éste ángel pudiera ser mío. Aunque admito que ganas no me faltan de plasmar un beso en esos delicados labios de rosa y que todo lo imagino con ella se hiciera realidad.

Como me habría gustado conocerla en otras circunstancias, las cosas serían tan diferentes entre nosotros, pero lamentablemente nada en la vida es como uno quiere y en la muerte mucho menos. Estoy consciente de que no me merezco a mi bella Anastasia, ella merece algo mejor; sin embargo el sólo hecho de pensarla con alguien más hace que mi sangre hierva, aunque si Ana es feliz yo también podre serlo.

Sonrió. Quizás no podamos estar juntos, pero nada me impide soñar despierto con la dulce chica que duerme a mi lado.

Este a sido uno de mis caps favoritos, los protagonistas podrán estar juntos?. Voten y comenten please

Att: Ana Schmidt de Henderson

Dulce Maldición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora