Una nueva oportunidad

Prólogo: Una nueva oportunidad

Ciudad Rose

Aquel hombre de cabellos oscuros y mirada tan fría como un cubo de hielo, se encontraba caminando entre las ruinas de lo que una vez fue una ciudad muy poblada y reconocida.

Ese lugar que una vez fue centro turístico en los viejos días, ahora se había minimizado a un montón de escombros gracias a los ataques hechos en esa área.

Justo ahí fue donde una guerra inicio y acabo no muy lejos de comenzar. Todo había comenzado con un pueblo que buscaba reconocimiento, y la única forma que encontró para hacerlo era causando desastres ante las injusticias causadas. Murieron muchos, incluyendo una persona especial para él, pero afortunadamente todo se resolvió en su momento.

En su pecho una punzada se hizo presente. Durante esos días malos no todo fue color negro. Conoció mucha gente que ahora era muy especial e incluso había formado una familia. Sin embargo, la vida es cruel pero tenía que seguir adelante. No sólo por él, sino también por su esposa. En cuanto estuvo apoco de recordar el rostro de aquella niña, una persona llegó desde sus espaldas de forma  ansiosa.

— ¿Qué te pasa ahora? — Preguntó al ver la sonrisa de oreja a oreja que estaba en su rostro.

Ella, de cabellos alborotados color castaño y de tez morena. En estatura lo superaba por unos cuantos centímetros. Una sonrisa que en ocasiones podría lucir tétrica, pero en ese momento lo hacía sentir intrigado y afortunado de poder apreciarla. Su esposa ante sus ojos era la mujer perfecta, tenía muchos defectos pero sin importar que, amaba con todo el alma. Hanji le entrego una carpeta en su pecho, la cual él acepto en duda de su contenido.

— ¿Qué es esto? — Volvió a preguntar alzando su ceja derecha. Una idea se formó en su cabeza al instante.— No me digas...

Hanji asintió, suponiendo que él conocía lo relacionado con el contenido.

— Mataste a alguien, y ahora quieres que te ayude a ocultar el cadáver ... — Dijo sarcástico con aquella expresión seria en su rostro que más que un chiste, parecía decirlo con toda seriedad.

— No tonto enano. Lee el documento. — Comento señalandolo nuevamente ansiosa por su reacción.

Él simplemente optó por obedecer y ver el interior de aquella carpeta. En cuanto leyó las primeras líneas su rostro siempre fruncido se aligeró un poco. Levantando sus ojos oscuros regreso la mirada a la mujer.

— Deberíamos brindar, hemos esperado por esto desde hace un par de años atrás y esto es de verdad maravilloso. — Con una mirada orgullosa tomo el brazo de Levi. En un momento su sonrisa de tensó, él mantenía una expresión pensativa—. ¿Ocurre algo?

Negó.— Estaba pesando un poco en los cambios que habrá que hacer en casa. Por ahora vamos a beber algo, luego vamos a discutir sobre las cosas para el niño y todo lo demás.

Con una sonrisa devuelta en su rostro, asintió. Ella tomó la mano de Levi con delicadeza mientras para caminar por aquel sendero hecho de piedra sólida, bajo las nubes blancas que descansaban sobre sus cabezas.

Era cierto que las cosas iban a cambiar. Habían esperado mucho por recibir una aprobación a su solicitud para realizar una adopción, no era hasta ese día que finalmente tendrían el permiso.

Era un hecho que sus vidas tendrían un gran cambio...

Cambio del cual ninguno estarían arrepentido hasta el final de sus vidas.