Hanji venía saliendo de las gigantes puertas del supermercado cerca de su hogar, llevando en sus manos algunas bolsas con diferentes tipos de comidas para la cena que realizarían aquella noche. Cena junto a amigos cercanos, con los que compartirían la alegre noticia que los mantenía emocionados. Con suerte pudo llegar al auto justo antes de que cayera la primera gota de agua de las oscuras nubes que decoraban el cielo.
Suspiró en cuanto sintió su espalda descansar sobre el respaldo. No tuvo demasiado tiempo para relajarse, ya que fue en cuestión de minutos hasta que su mente mente comenzó a ponerla de los nervios. Pensativa levanto la mirada hacia el techo del vehículo.
— Mamá... — Dijo susurrante pasa sí misma.
Una simple palabra podía causar estragos en ella. No era simplemente por miedo, sino por el recuerdo que venía acompañado y su gran significado. Eso basto para inquietarla lo suficiente como para morder la uña de su pulgar con nervios a que aquello vuelva a repetirse. El recuerdo de sus hermosos ojos negros al igual que su largo cabello oscuro llegó a su mente. Ella era tan parecida a su padre que admitía que había momentos en los que al ver su rostro también la veía a esa niña. Antes de hundirse entre sus penas el teléfono sonó desde el asiento del acompañamiento, como si supiera necesitaba alguna distracción.
— ¿Qué ocurre?
— ¿¡Dónde estás!? — Exclamó con evidente enojo, cosa que hizo a la mujer separar su oreja del aparato—. Mike, y los demás inútiles están por llegar aquí, y tú aún no te apareces. ¿Dónde mierda sigues metida?
Ella rio nerviosa.— Eh, tampoco seas tan agresivo. Acabo de salir del mercado, calma tus mala vibras de anciana por unos minutos más mientras llego. — Dijo en un tono calmante. Cosa que hizo dudar al contrario.
— ¿Estás bien? Tú voz no me rompió un tímpano.
Ante el silencio encontró la respuesta a su pregunta.
— Bien, hablaremos después de la cena. No tardes y maneja con cuidado.
Y así, la llamada fue finalizada. Con una mirada que expresaba nostalgia y pena cerro sus ojos pacíficamente. Odiaba ponerse sentimental en un día que se suponía debía ser alegre..
— No le gustaría verme llorar.
Como pudo, volvió a mantener la calma. Había pasado ya por los problemas emocionales gracias a las visitas a un psiquiatra, agradecía haber vuelto a su extraña normalidad a pesar de haber perdido a su niña. Dando un suspiro que parecía ser lo suficientemente fuerte para regresarle la motivación, busco las llaves del auto, el cual puso en marcha en un instante.
[.]
— Deja de mirarme de esa forma. ¿Sabes? En otros países es común que recibas a tu pareja con un beso o abrazo, no con una cara de mil demonios.
Aquella broma no fue bien recibida. Era sorprendete ver como un hombre pequeño y con delantal rojo podía ser tan intimidante.
— Lo haría si tuvieras una excusa. Te envié al mercado a medio día y vienes cuando el sol está por irse.
— Las mujeres del mercado estuvieron por asesinarme en la fila para pagar.
— Sé que no pasó nada de eso. ¿Me ves cara de estúpido acaso?
— Mmm, ¿De verdad quieres que responda?
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Una nueva oportunidad
Fiksi PenggemarDespués de haber perdido a su amada hija hace tantos años, ellos decidieron cumplir con uno de los últimos deseos que tuvo su pequeña antes de partir a un viaje sin retorno. Querían darle una nueva oportunidad a aquellos niños a los que la vida les...