De nuevo estaban ahí. En el lugar en que empezó todo, aquel sitio cercano a las ruinas de una ciudad caída por el desastre, y también, el hogar donde miles de difuntos descansaban en busca de la tan anhelada paz.
¿Cuándo fue la última vez que estuvieran frente a aquella tumba?
¿Meses? ¿Semanas talvez?, O quizás años, porque así era, no visitaron ese pavimento santo en todo un año por el temor ante la idea de que de verdad era su hija la que estaba metros bajo tierra en una pulcra tumba.
La falta de mantenimiento de aquella lápida era evidente. Apesar de ser limpiada de vez en cuando por el servicio de aquel sitio, eso no hacía que la soledad de aquella tumba se viera opacada.
Con un toque pasivo, ella paso su dedo sobre aquella letra.
Anya Ackerman
1999-2002
Amada hija, nieta y sobrina.La vida era tan cruel.
¿Por qué un ser tan inocente como lo era su hija tenía que ser quien pagará con su vida?
Una dulce niña que ni siquiera había desarrollado la capacidad del entendimiento para comprender el peligro en el que se debía encontrar.
Siempre se ha dicho que el tiempo cura un corazón roto, pero aunque el llanto de la perdida cesé, la cicatriz de la herida sigue fresca. Eso definía su situación.
— Supongo que... en realidad nunca quisimos venir aquí porque eso significaría despedirnos de ella definitivamente.
Su voz sonaba tan pacífica, tranquila y a la vez tan profunda, mientras sus ojos no quitaban la vista de aquel lugar casi invadido por el musgo.
Odiaba visitar el cementerio, especialmente ese. No por la suciedad o algo similar, sino por los fugaces recuerdos y la invasión de la penuria apenas llegaba a cruzarse con el nombre de su hija.
— Nunca nos dieron las verdaderos cenizas, no tiene sentido visitar una tumba vacía. — Dijo él, casi en susurro.
— Tienes razón.
Tras aquel comentario, un silencio para nada incómodo se formó. Era uno de esos momentos íntimos que ellos compartían, porque sólo ellos podían comprender el dolor del otro.
Por breves instante, el viento veraniego comenzó a resoplar para hacer bailar con sencillez aquel musgo junto al verde pasto a sus alrededores.
Un lugar que aunque estuviera rodeado de muerte, parecía tan pacífico.
— Quién quiera que sea el dueño de aquellas cenizas, espero que descanse en paz en este lugar. — volvió a decir ella.
Levi se mantuvo observando la tierra sobresaliente en silencio.
De alguna forma, sentía gramos de esperanza al saber que las cenizas de su hija no eran las que se encontraban bajo tierra. Y, aunque fuera egoísta, agradecía que fuera otra persona la dueña.
Luego de un par de minutos, Hanji se levantó del suelo sacudiendo a su vez sus pantalones de tela para deshacerse de la tierra. Ambos debían verse presentables.
— ¿Cuándo te dijo Urie que comenzará la búsqueda? — Le preguntó.
— Después del juicio contra Reiss, gracias a Fridda y a sus hermanos logró recolectar pruebas suficientes para darle cadena perpetua.
— ¿Perpetua? — Repitió, haciendo asentir a la contraria.
— El juicio será en unas semanas, antes de salir de Sina logré hablar con Urie y nos avisó que nuestra presencia en el no sería necesario. — Dió un leve suspiro— Si todo sale tal cual, él moverá fichas para retomar el caso e iniciar un nuevo control de búsqueda.
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Una nueva oportunidad
FanfictionDespués de haber perdido a su amada hija hace tantos años, ellos decidieron cumplir con uno de los últimos deseos que tuvo su pequeña antes de partir a un viaje sin retorno. Querían darle una nueva oportunidad a aquellos niños a los que la vida les...