— Le había dicho claramente que no fuera a esa montaña, pero él siempre quería ir por su propio lado y fue por la madrugada mientras yo estaba durmiendo. Media hora después sentí que me sacudían del hombro, ¿Y quién era? — Antes de proseguir intento oculto una carcajada— Era Levi más pálido de lo usual asustado porque vió algo ir por el bosque, debieron verlo, creo que hasta se hizo pipí de camino a casa.
Las risas no tardaron en llegar, algunas intentaron ocultarla a la fuerza pero era una tarea complicada. Aquellas anécdotas sobre Levi durante su infancia, contadas por su madre Kutchel habían sido un gran entretenimiento. No hacía falta saber que el protagonista de aquellas historias estaba trabajando en su oficina en casa, mientras todos estaban reunidos en la sala riendo con sus ocurrencias durante la infancia.
— ¿Qué fue lo que lo asustó? — Preguntó intrigada la pequeña rubia sentada frente a la mujer que le hacía unas trenzas en el cabello.
— Sólo era una manta que fue movida por unas ardillas. Créeme que hasta ese día no volvió a desobedecerme, ¿Verdad Hanji?
— Tiene razón, Levi siempre ha sido muy obediente y respetuoso con su madre. No vaya a ser que el fantasma ardilla vuelva a atacarlo.
Ante las fuertes risas, no fue novedad que Levi se viera interrumpido por tal escándalo. En cuestión de segundos él bajo las escaleras con sigilo, llegando hasta la sala causando sorpresa para la gran mayoría a excepción de Hanji, quien apesar de tenerlo enfrente no detuvo su burla.
— Muy graciosa, cuatro ojos. — Dijo sarcástico—. No me hagas hablar sobre tus problemas para cagar durante la infancia.
— ¿Eh? No recuerdo haberte contado sobre eso, en realidad no recordaba eso. ¿Acaso lees la mente? — Cuestionó más sorprendida por la razón que por la anécdota.
Al percatar que no tuvo el impacto vergonzoso que esperaba, hizo un quejido con su lengua.— Tsk, tus estúpidos hermanos me contaron sobre eso.
— No digas groserías frente a los niños, Levi. — Regaño Kutchel fulminante—. Podrían repetirlo.
— Ya estamos acostumbrados, la palabra favorita del señor Levi es mierda. — Dijo Connie con simpleza, sentado en el suelo junto a los demás.
Aquello fue suficiente como para que Kutchel reprendiera a Levi con tan solo una simple mirada. Sin embargo, tuvo que posponer su regaño para luego en cuanto el reloj marco el medio día.
— Bueno niños, es hora de la merienda. Les dejé unas galletas en el horno, estarán en un rato. Mientras tanto podrían decirme que quieren de cenar.
Sasha no tardó en levantar la mano, ansiosa por elegir el platillo. Al recibir una aceptación por parte de Kutchel, prosiguió.— Yo quiero un trozo gigante de carne, también pescado o ... También podría ser jamón, no lo sé, ¡Hay tantas cosas deliciosas que no logro decidirme!— Exclamó jalando de sus cabellos con poca fuerza.
— Bien, ya que Sasha no se decide tendré que elegir a uno ... — Guardó un corto silencio, pasando sus penetrantes ojos oscuros sobre los rostros de aquellos chicos en busca de un seleccionado. Al toparse con el joven castaño sonrió.— ¿Eren verdad? Tú puedes elegir hoy.
Él, quien en un inicio estaba intentando quitar a Jean de su lado, se detuvo a pensar en su selección. No tardo en llegar una comida que extrañaba desde hace mucho en su estómago.
— ¿Qué tal hamburguesas de carne?no como una desde hace mucho.
— ¡Genial! Hamburguesas serán. — Miró a su hijo al instante—. ¿Ya terminaste tu turno? Necesito tu ayuda con la comida, quiero mandar a dormir a los pequeños un rato.
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Una nueva oportunidad
Fiksi PenggemarDespués de haber perdido a su amada hija hace tantos años, ellos decidieron cumplir con uno de los últimos deseos que tuvo su pequeña antes de partir a un viaje sin retorno. Querían darle una nueva oportunidad a aquellos niños a los que la vida les...