Mientras más pasaban los minutos, su inquietud no hacía más que aumentar. Llevaba más de media hora parada en la entrada de aquel edificio con aquella expresión de incertidumbre, en espera de su hijo y él seguía sin aparecer.
Ya había recibido su mensaje por la mañana sobre su asistencia, pero nada.
Inquieta, miró su reloj de mano, en menos de 5 minutos debían de presentarse a declarar y si aparecía sola las cosas irían mal para su hijo y su esposa.
En otro desesperado intento por comunicarse con él, volvió a marcar a su teléfono siendo nuevamente enviada al buzón. Estaba por regresar al edificio, pensando en que decirle a aquella persona, cuando el sonido de los pasos de alguien la hizo voltearse, sintiendo un peso menos en los hombros.
No tuvo suficiente tiempo para sentir alivio y sólo se limitó a abrazar a su hijo con fuerza, para luego partir con él al interior del edificio mientras la lluvia comenzaba a hacerse presente por las gotas que comenzaban a caer simultáneamente.
[.]
— Tomen asiento. — Fue aquel hombre detrás del escritorio, quién rompió el incómodo silencio en aquella oficina.
Justo como lo anticiparon, eran los últimos en presentarse en el lugar.
Mientras el hombre de aspecto mayor y ropa formal revisaba un documento colocado en su mesa, los presentes tomaron asiento en espera de las palabras del hombre cuyo nombre era Zackly, un miembro importante del ministerio público de la ciudad.
— ¿Es usted Levi Ackerman? — Volvió a hablar secamente el hombre.
En respuesta el mencionado únicamente asintió, ganándose la mirada perspicaz del hombre.
— Veo que trajo a su madre, se supone su esposa también debía presentarse.
— Ella se encuentra incapacitada en la ciudad Sina y no pudo venir.
Con aquella mirada penetrante sobre él, colocó sobre la mesa y frente a Zackly una excusa médica explicando más a detalles su respuesta.
El silencio volvió a abundar mientras él se disponía a leer. Podía sentir como las otras dos presentes lo veían de reojo, una con incertidumbre y la figura mayor con ciertos dejes de superioridad reflejado en su mirada.
— Puñalada en el abdomen. — Soltó al aire, quitando la mirada de aquel trozo de papel.
Ante la declaración, las féminas en la habitación lo volvieron a mirar sin la mínima sutileza.
— Ocurrió un accidente mientras estábamos fuera de la ciudad, alguien nos asaltó y Hanji fue quien terminó herida. — Excusó.
— ¿Qué hacían fuera de la ciudad? teniendo unos 7 niños a su cargo y en pleno día de semana. — Volvió a preguntar.
Para Kutchel, era claro que Levi había cambiado parte de los hechos ante aquel oficial, pero aún así no podía mantenerse consternada ante lo que salía de su boca.
— Como sabe, anteriormente, mi esposa y yo habíamos decidido tomar la custodia de los niños de forma permanente.
Mientras él explicaba, el hombre detrás de la mesa se acomodo las gafas expectante a sus palabras.
— ... Pero antes de hacerlo, nos informaron que alguien había solicitado adoptar a una de las niñas, Historia.
— Sí, según los informes de servicios sociales los señores Reiss fueron a su casa para conocer a la niña. ¿Eso es correcto?
Asintió.
— A ella no les agrado, y decidimos partir al día siguiente para llegar a un acuerdo con ellos y poder así adoptar a la niña. — Dijo, tras culminar su explicación.
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Una nueva oportunidad
Fiksi PenggemarDespués de haber perdido a su amada hija hace tantos años, ellos decidieron cumplir con uno de los últimos deseos que tuvo su pequeña antes de partir a un viaje sin retorno. Querían darle una nueva oportunidad a aquellos niños a los que la vida les...