— ¿A quién crees que hayan elegido? — Preguntó.
— Ah, no lo sé, no han salido de allí todavía.
Decían un par de niños de cabellera oscura mientras se escondían detrás de un árbol, manteniendo la mirada en la oficina junto al jardín donde se lograba apreciar nuevos visitantes.
Otro niño ajeno a la conversación noto el extraño comportamiento de esos niños, y se acercó en total silenció.
— ¿Qué hacen allí parados? — Preguntó Armin asustando a aquel dúo de niños.
Hanna y Franz casi se les sale el corazón de su lugar ante la repentina llegada del rubio.
— ¡No nos asustes así, demonios! — Exclamó Hanna poniéndo su mano en el pecho para asegurarse que su corazón siga allí —, y respecto a tu obvia pregunta, estábamos viendo a la visitas.
— ¿Visitas? — Repitió.
Hanna asintió, y Franz al notar su expresión de duda explico.
— Está mañana nos reunieron a todo el grupo en este pateó,y la hermana Fridda lleva en la oficina ya mucho tiempo, además — Señaló a la oficina —, hay dos figuras más allí adentro ... ¿Lo ves?
Armin intentó mirar hacia ese oscuro ventanal, pero este repetidamente se abrió dando paso a la señorita Fridda acompañada de 2 personas, a las que supuso eran las visitas.
— ¿Serán ellos? —Pregunto Hanna.
— Probablemente, parece una pareja de casados.
— El hombre es muy bajito, ¿No crees? — Susurro.
La hermana Fridda caminó junto a la pareja por todo el pateó, viendo los alrededores de forma disimulada por al menos unos 10 minutos hasta que el timbre sonó anunciando el final del receso.
— Ya conocen el horario niños, todos regresen a sus clases — Anunció.
Fridda le ayudo a los más pequeños a formar una fila, Armin conociendo que debía hacer se despidió de sus amigos, y fue en dirección a donde estaba la fila, sin embargo durante el camino tropieza con una piedra y cae al suelo.
— Oh, cielos, ¿Te encuentras bien?
Armin se había golpeado la nariz con el suelo, y tenía un poco de pasto en toda la cara, pero el golpe no le había sorprendido más que la llegada de una mujer frente a él.
Esa mujer de cabellos castaños ayudó al niño a ponerse de pie, y lo ayudo a sacudirse la tierra de las rodillas.
— Deberías ver por donde vas — Anunció —. ¿Cuál es tu nombre, pequeño?
Armin dió un respingon ante la repentina pregunta, y con la mirada bajá respondió.
— M-mi ... Nombre es Armin.
— Lindo nombre Armin, mi nombre es-
— Armin, los demás niños de tu grado ya se están llendo, vamos.
Una chica mayor llegó al lugar interrumpiendo la charla, ella con una expresión que la hacia parecer enojada tomó la mano del rubio.
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Una nueva oportunidad
Fiksi PenggemarDespués de haber perdido a su amada hija hace tantos años, ellos decidieron cumplir con uno de los últimos deseos que tuvo su pequeña antes de partir a un viaje sin retorno. Querían darle una nueva oportunidad a aquellos niños a los que la vida les...