Bien, antes que nada explicaré una duda sobre nuestra protagonista; Luz, Luz puede sentir dolor si ese dolor lo crea Black Hat, la sangre que tiene de Black hat esta envenenando su cuerpo a tal punto que sus poderes tal ves cambien o quizás pasen más cosas por delante. En fin, Black hat es su única debilidad, por ahora.
Gracias por leer c:
[…]
-Bajo la noche de verano surgia un ser, ese ser fue llamado Black hat, alguna ves fuiste humano, black. Dicen que con los años los seres inmortales se vuelven crueles y arrogantes, pero tú, eres un tonto enamorado con los aires por los cielos-
El ministro de la oscuridad se rió de él, pagando su fianza, después de envenenarse o estar alcoholizado cómo dicen los humanos, causó demasiados daños al bar.
-Hace mucho no te veía, Lincoln-
Un apretón de manos fue su muestra de afecto al reencontrarse, desde sus inicios de inmortalidad se conocían, Lincoln había hecho un pacto en una secta, Black hat, bueno, fue recompensado por acatar todas las ordenes de la Señora Black, convirtiéndolo en su hijo.
-Se supone nos debíamos ver cada año, pero tantos problemas nos hicieron reunirnos 15 años después-
Rieron juntos, ambos, aún que nadie lo creyera, se sentían cómo hermanos a pesar de las diferencias evidentes. Lincoln era un ser de ojos azules, cabello rubio claro, piel blanca, además de un exquisito gusto de ropa, sus trajes nunca costaban menos de millón de pesos, bueno, es más pareciera un humano multimillonario, eso es lo que era, pero ahora está es su marioneta para ocultar el monstruo que lleva dentro, es como un traje para ocultarse.
-Me sorprende que aún tu cuerpo siga joven-
-Tengo mis trucos, Blackberry-
Black hay gruño aún con su sonrisa presente, era un estúpido apodo de los primeros años de conocerse, de haber entrenado juntos, era algo que ambos recordaban con nostalgia, cómo desgarraban los cuellos de los humanos, sin tecnología que los grabara, sin una justicia que cada día es más estricta.
-Me contaron que te casaras-
Salieron de ese lugar, dirigiéndose a la cafetería, en dónde la secretaria de Lincoln lo esperaba con el café con crema que tanto le encantaba, a Black Hat su típico café negro.
-Claro, deberías conocerla, aún que no se dónde está ahora-
Llegaron hasta la mesa 6, en dónde la secretaria los vio con una sonrisa ladeada, extrañaba ver a su jefe tan animado.
-Isabella, sigue sentandote la inmortalidad-
-¿Qué le ocurrio a tu cabello o lo que quedaba de él?-
-Desaparecio producto a el veneno en mi sangre-
Se sentaron, como años anteriores, en dónde Black aún tenía su cabello humano, negro y brilloso, cuando Lincoln si quiera sabía que era besar una mujer, cuando isabella aún era humana, en esos años, en dónde su amistad se iba por los negocios y los viajes, hoy, vuelven a encontrarse.
-Eso explica demasiado-
Isabella, es una mujer de un cuerpo normal, su cabello siempre había sido hasta su cintura, además de poseer unos rulos perfectos, es mitad rusa, lo que hace que los dos villanos siempre se burlen de ella.
-¿Cómo les va, cómo me encontraron?-
-Los medios, querido amigo, hablaron de tu compromiso con Luz, hija de científicos locos-
-No sabía eso, no veo televisión-
Se encongieron de hombros los dos , en forma de burla a la manía de Black con ellos. Conversaban, su conversación variaba entre las mujeres, los negocios, burlas, entre otras cosas, pero Luz los observaba desde la mesa más lejana, sola, comiendo unos waffles asquerosos, observaba las facciones de alegría del ser que conocía como ''El villano más cruel y frío que puede haber''. Con el corazón en mano, observaba cómo la chica de cabello castaño claro le sonreía alegre a Black, el cuál pareciera que no le molestaba reír delante de tanta gente.
-¿Quién es mi prometido?-
No lo reconocía, nunca había sonreído así con ella, mucho menos contar chistes, que es lo que hacía ahora, se sentía muy ansiosa, ansiosa de conocer a esas dos personas que hacían que su amado sonriera así. Terminó por pedir donas con chocolate para quitar el mal sabor que le dejaron los waffles, pero no podía quitarle aún así la mirada de encima a Black hat, que ya se había dado cuenta de su presencia, no se sentía nerviosa, si quiera alegre, sentía un nudo que no la dejaba hablar, se sentía como si no pudiese hacer nada, ahora el ser que jamás había visto sonreír por más de 5 segundos estaba ahí, sonriendole, llamándola, pero ella no podía levantarse, ¿Qué ocurría?'
-Luz, lamento no haber ido a la habitación, estaba en la cárcel-
¿Lamentarse?
-¿Cárcel?-
La primera palabra salió con frialdad, no sabía cómo reaccionar, no sabía que debía hacer.
-Acompañame, te debo presentar a unos seres que te encantaran-
¿Quién era el, que había pasado con el maligno ser que conocía, acaso este era el Black Hat feliz?.
-Le diré al mesero-
Levanto la mano, el mesero no tardo, pero Black Hat había hablado antes, siendo obedecido.
-Vamos-
Casi la arrastró hasta donde sus amigos la observaban, casi perplejos, no era lo que esperaban.
-Muchachos, ella es mi prometida, Luz-
-Un placer-
-El placer es nuestro, soy James Lincoln, ella es Isabelle Vólkov-
Les dio un apretón de manos, para tomar una silla y estar junto a ellos. En la mente de Isabella sólo estaba una gran decepción, ella esperaba poder conquistar a ese demonio, a ese inmortal que la apoyo para ser lo que hoy es un ser de oscuridad.
-Si me disculpan, me debo retirar, tengo un compromiso con el negocio a estas horas-
Se despidió de ambas nuevas ''personas'' para ella, sonriendole a su amado para irse, Black Hay se sintió extraño por primera ves, desepcionado, nunca habían establecido una formalidad de despedida, siempre era un simple ''Adiós'', pero ahora no sentía satisfacción con esa respuesta.
Isabelle, dándose cuenta de que ella tenía cierta distancia con su amor platónico, brillaron, aún veía una chispa de esperanza en poder conquistarlo, en poder abrazarlo y besarlo cómo tanto había deseado, mientras que James, James solo quería un buen polvo.
[…]
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I N F E R N O [Black Hat X Reader] #1 [EN EDICIÓN]
FanfictionAmar es un desafío, ¿Lista para amar a un demonio? «El amor no solo fluye en uno, aveces en dos, el último nunca es correspondido»