Celos

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—Hae por dios.

El líder no contuvo sus ganas de estrujarlo en brazos cuando lo vió entrar al estudio. Hae se veía bien, no había rastros de haber estado pasando hambre, pero si estaba un poco ojeroso. Todo el mundo sabía que era alguien muy sensible, así que seguramente se pasó mucho tiempo de esas tres semanas llorando, aunque aún así se veía recuperado, las vacaciones le sentaron bien.

Aunque no era así para el muchacho que estaba del lado contrario a el, hundido en el sofá, cubierto con la gorra hasta los pómulos. Yesung trataba de hacerlo sonreír, cosa que resultó un par de veces. Hae giró su rostro para encontrarse con esa sonrisa de encías rota, sin brillo, no era una sonrisa natural, y sintió su corazón estrujarse.

—Hae.

La voz de Siwon lo hizo salir de su ensoñación, giró a ver al mayor que ahora iba acompañado de Hee.

—Deberias hablar con el.

—No sé si aún estoy listo...

—Yo creo que sí. — Le sonrió de media luna. —No es como que vayas a volver con el. Pero deben hablar, tú sabes, para que puedas estar tranquilo mientras grabamos.

—Lo se Siwon.

—Siwon tiene razón... Hae yo también quiero hablar contigo.

—Teukie...

—Es importante.

—Esta bien...

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—¿Qué harás cuando Donghae regrese?

—No lo sé Yeye.

—Mirate nada más. Eres un desastre. Si Hae vuelve y te ve así solo empeorará las cosas.

—Me duele la cara Yesung y creeme que ese es el menor de mis problemas. Si Hae estuviera aquí yo no estaría así.

—Pero no está. Y es tu deber estar bien para cuando regrese, para que arregles las cosas con el.

—El no quiere verme. Huyó y empieza a preocuparme que no quiera regresar.

—Lo hará. Y para eso debemos idear un plan.

—¿Plan?

—Si. Plan A: Recuperar el amor de Donghae.

—¿Crees que es así de fácil?

—Creo que si te rindes ahora Hae estará más decepcionado.

—Gracias Yeye.

—Entonces empieza a correr el plan A.

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—Quiero hablar contigo.

Hyukjae no se esperaba oír a Donghae, mucho menos el tono de voz tan tranquilo que utilizó, y menos aún la cara de preocupación que vino después de que alzará el rostro y este viera el moretón y cortada en su labio y pómulo izquierdo.

—¿Hyuk que...? —No pudo evitarlo, realmente aunque quisiera ignorar sus heridas no podría. No tardó ni medio segundo en hincarse y acercarse a ver su pómulo y labio. —¿Que te pasó? — Los ojitos le brillaban, se pondría a llorar en cualquier momento, era evidente su preocupación. Su mano viajó hasta la mejilla ajena.

—Umg... —El pequeño quejido que soltó por el roce a sus heridas no era nada a causa de esto, era más bien el dolor interno, Hae seguía siendo su ángel protector. —Yo... Me caí.

—Debes tener cuidado Hyuk... Te creería si el herido fuera yo porque soy muy despistado, pero tú no. — Soltó su mejilla y rascó su nuca, terriblemente incomodo.

—Estas... Rubio. —Se atrevió a decir para cortar ese silencio incómodo que se hizo entre ambos.

—Oh... Si. También me creció el cabello... ¿Podemos hablar fuera de aquí después de los ensayos?

—Si. — No iba a negarse por nada del mundo.

Un par de horas bastaron para que todos se pusieran de acuerdo en el estudio, habían comenzado a grabar, pues tenían el tiempo encima (debido a la desaparición de Hae) pero eso no fue impedimento para que entre todos hicieran sus típicas bromas, todo parecía volver a la normalidad, a excepción de Hae y Hyuk, que esté último parecía buscar la atención del primero, pero este se refugiaba entre Siwon y Hee jugando con ellos y evitando al mayor tanto como podía sin ser grosero.

No es que no le gustará su atención, si no que lo ponía demasiado nervioso, el corazón le latía con fuerza y amenazaba con salirse de su pecho para ir a abrazar al golpeado Hyukjae. No, no iba a permitirlo, no por el momento, no hasta estar seguro que era lo que sentian ambos.

Otro par de horas pasaron ensayando la coreografía de Black Suit, entre el sudor y el cansancio, todos estaban tumbados en el suelo de la sala de espejos. Todos en sus mundos, en sus celulares, con sus novios y Hyuk, bueno, el mirando insistentemente a Donghae que trataba de aprenderse bien los pasos que no le salían. Este soltó un bufido de exasperación cuando no logró uno de los pasos, y estuvo a punto de soltar una palabrota, pero la puerta siendo tocada los sacó a todos de su mundo.

—Disculpen... ¿HaeHae está aquí?...

Un joven alto de ojos rasgados y facciones finas se asomó por la puerta, Hae no pudo evitar voltear al escuchar su nombre y en definitiva una sonrisa apareció en su rostro cuando vio al muchacho entrar.

—¡Tao! ¿Que haces aquí?

—La abuela mando comida para ti.

—¿¡Lo hizo ella!? — Los ojitos le brillaron, no pudo evitar saborearse.

Tao era el nieto de la dependienta de la tienda en la que Hae pasaba todas las tardes, ahora Hae sabía que la señora no estaba sola si no que su nieto la ayudaba, pero este estaba estudiando y cada que podía la ayudaba a ir al almacén para resurtir la tienda.

—La abuela dice que eres como un niño pequeño, ahora veo que es cierto.

—¡No es verdad! —Abrio los ojos cual pez, frunció las cejas e hizo un mohín.

—No que va. —Soltó una pequeña risa, revolviendo el cabello del contrario. —Te dije que te quedaría el rubio.

Los demás guardaban silencio, miraban de un lado a otro como si de un juego de tenis se tratara, Hyukjae estaba rojo hasta las orejas.

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Ese tipo ha llamado HaeHae a MI DONGHAE. ES MIO. ¡LE A TOCADO EL CABELLO! ¿¡QUIEN DEMONIOS SE CREE QUE ES!?

Intento tranquilizarme, lo que menos necesito ahora es volver a quedar en mal con Hae. No, necesito pensar con la cabeza fría, pero ¡Joder! ¡Que le deje de tocar el cabello!

Salgo de la sala con todas las intenciones de parecer tranquilo, de mostrarme educado y sobre todo de no hacerle saber que me muero de celos porque una vez que sepan que estoy celoso no dejarán de joderme con ello.

No pude evitarlo, cerré la puerta con tanta fuerza que hasta yo pegué un brinco del susto.

¿Que estará pensando Donghae ahora? Seguramente que soy un estúpido. Pero es que no voy a dejar que lo alejen de mi. Es mío. Mío. Tanto como yo soy de el.

Too Late [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora