—Hyuk, Hyuk, Hyuk, Hyuk, Hyuk! —El vitoreo de varias voces masculinas se escucha mientras un Hyukjae bebe hasta el fondo una lata mayúscula de cerveza
—Vamos, ¡hasta el fondo!
—Cinco, cuatro, tres, dos, uno! DIEZ CERVEZAS EN UN MINUTO!
—YEYE CREO QUE ESTOY, ICH!, EBRIO
—Todos lo estamosssss~
Las risas se hacen presentes, Hyukjae comienza a ver doble y entre sus delirios de borracho logra ver a Hae que está parado en la puerta, aunque solo es su silueta. Una silueta que lo invita a seguirlo, porque claro, es el amor de su vida.
Lo sigue, porque aunque está delirando o borracho, puede y quiere hacerle el amor, reírse con el mientras se revuelcan en la cama y se hacen mimos. Lo ama, lo ama con todas sus fuerzas, con su vida.
Le sigue hasta una de las habitaciones, que está obscura, no lo entiende pero tampoco es como si lograra ver algo más que su silueta, la vista doble lo marea y hace que caiga de bruces a la cama, que se muerda el labio cuando siente el cuerpo de su amado sobre si. Sus manos inmediatamente viajan a sus caderas, aunque está distinto, lo siente más delgado, pero no presta atención porque piensa que es producto de la misma borrachera.
—Hae mi amor...
Susurra, deleitándose con el placer que provocan sus manos paseándose por su torso, sus caderas que comienzan a moverse con pasirmonia sobre las propias, haciendo que se empalme solo de imaginar su rostro lleno de lasivia, de imaginar sus mejillas sonrojadas, sus cabellos resbalando por su rostro.
Lo besa, lo besa con ansias, con ganas desmesuradas, sus labios saben a alcohol, a cereza, no sabe porque, tal vez porque está tan borracho que ya mezcla sabores. No le importa, porque ahora mismo solo quiere hacerlo suyo. Demostrarle así cuanto lo ama. Le llena de besos que se vuelven tan húmedos, tan eróticos que se ve ansioso, que tira de su camisa hasta que los botones saltan desprendidos por toda la cama, sigue sin importarle, porque tiene ahora los pezones duros y erectos de su amado a su disposición.
Tira de ellos, los chupa, muerde, jala hasta que están rojos, las manos ajenas lo envuelven, tiran de su cabello mientras pequeños jadeos y gemidos se cuelan hasta sus oídos, aún a través de la estruendosa música que aún resuena fuera de aquella habitación. Sus deseos aumentan, su erección palpita, pide ser urgentemente atendida, y su Hae parece notarlo, porque enseguida los papeles vuelven a cambiar, y es ahora Hae quien tiene el control, quien tira de su camisa hasta sacarla, quien baja por su pecho a besos, mordidas que seguramente están dejándole marcas, marcas que disfruta porque es enteramente suyo.
Sus labios bajan hasta su vientre, sus manos tiran de los pantalones así como de sus interiores con ansias, relame sus labios, porque sabe lo que viene ahora, un Donghae dispuesto a lamerle y chuparle, a hacerle la mejor mamada de su vida.
—Hae... Hae...ah... ¿Estas seguro?...
Arrastra las palabras, porque está ebrio, de amor, de alcohol y deseo, sabe que a Hae siempre le ha dado temor hacerlo de esa manera, porque le produce repelus, pero que esté tan dispuesto lo nubla, y solo puede cerrar los ojos y disfrutar de la tibia lengua del menor cuando está se posa sobre su erección.
Su lengua, su calida boca se mueven con maestría sobre su erección, lo envuelven, lo excitan al punto en que comienza a empujarse contra su boca, a embestirla mientras sus manos sostienen la cabellera de su amado para evitar que se aleje.
—Ah... Por dios Hae... Si...
Sabe que va a llegar al punto culminante, pero no quiere, quiere venirse dentro de su amado, quiere poseerlo, así que tira de el, le da la vuelta y lo coloca de bruces sobre la cama, desliza las manos por su espalda, la muerde, le hace marcas y sus manos se encargan de dejar su trasero expuesto, lo prepara, uno, dos, luego tres dedos entran en su amado, lo dilatan hasta que siente que ha sido suficiente, cuando los gemidos ya empiezan a ser más sonoros, cuando siente sus dedos ser succionados, la clara señal de que debe entrar.
Retira sus dedos para reemplazarlos por su miembro, comenzando a embestirle, una, otra, y otra vez, con fuerza, con velocidad, con todo el amor que desea transmitir. Su amado no tarda en correrse, y el tampoco se detiene hasta que segundos después a llegado. Se tumba a su lado, le besa hasta que el cansancio se apodera de el y se queda dormido.
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Too Late [EunHae]
Romansa-¡Eres un idiota! -¡Estas exagerando las cosas Hae! -¡No estoy exagerando nada! Escúchame bien Hyukjae no soy un tonto. Puedo parecerlo ¡Pero no lo soy! -¡Nadie a dicho que lo seas! ¡Maldición! ¿¡Es acaso que no entiendes que todo esto es un jueg...