Mi pequeño chico torpe

Capítulo 6

—¡Oye!

Me vuelvo rápidamente y mis ojos se abren con sorpresa. Estoy en medio de un campo, lleno de Dientes de León. No se ve nada a lo lejos y siento como si el cielo estuviera unido a la tierra. El cielo está despejado y al mirarme noto que estoy en un vestido de princesa color menta. Frunzo el ceño de inmediato y lo toco. Es suave.

—¿Qué demonios?

—Ahí estás...

Me doy vuelta de nuevo y antes de que me de cuenta me abraza alguien, con fuerza. Y de repente estoy incómoda y con mi corazón acelerado, ¿porqué mierda mi corazón está acelerado?

—Oye... Quien quiera que seas suéltame, a menos que quieras recibir un puñetazo de mi parte.

—Sé que te gusta cuando te abrazo... Anne. Tú definitivamente me amas.

Abro los ojos y me quedo de piedra. Mis mejillas están totalmente calientes y en el fondo de esta habitación oscura escucho el pitido de mi despertador con la alarma para salir a correr. Suspiro dando golpes en mis mejillas y me levanto animada.

¿Cómo decirlo? Es casi doloroso tener que dormir, pero trato de hacerlo temprano para poder hacer esto que tanto me entusiasma. Porque a partir de hoy... Kyle correrá conmigo.

Lo sé. Lo sé. Eso suena increíble. Y la pregunta de cajón es... ¿Cómo conseguí que un vago que apenas y se puede mantener despierto en clases madrugue para correr conmigo? Pues si lo sospechan ya. Lo diré. Tuve que sobornarlo.

Ustedes saben. ¿Cómo lo haría si no? Y la duda del porqué pues... Digamos que después de que fui a grabarlos al día siguiente. Nethan Cox volvió a descubrirme y está vez Kyle lo oyó preguntarme qué hacía ahí.

—¿No es obvio? Ella... —sus mejillas se pusieron un tanto coloradas y me dio una mirada rápida —. Ella vino a verme a mí...

—¿Si? —levantó una ceja poco convencido —. ¿Cómo sé que no traman algo contra el equipo en venganza?

No sabía qué responder y apreté los labios. ¿Qué se supone que debería hacer ahora?

—Vale. Ya lo has pillado —soltó Kyle en tono cansado —. Ella me está ayudando. ¡No sé nada acerca de fútbol y ella y yo entrenamos todos los días! Ella simplemente mira mi progreso.

—Ajá... ¿Tú levantándote en la mañana? Quisiera ver eso. ¿Sabes la ruta de mi casa, no? Me gustaría verte entrenando. ¿Porqué no te pasas por ahí mañana?

—¡No podemos! —Nethan Cox me miró levantando una ceja molesto y aclaré mi garganta —. Es decir... Salimos muy temprano y seguro seguirás dormido. Cambiaríamos nuestra ruta por nada.

—No te preocupes por eso, niñata. Madrugar no me cuesta nada.

—Aún así tú...