Desde donde estaba se escuchaban las vajillas.
—Huele bien— dije estirando mis brazos.
Me incorporo del incómodo sillón del cual estuve instalada por tres días debido que a mis padres les daba miedo volver casa y por cuestiones de seguridad nos quedamos en el departamento de mi hermano, ubicado en el centro.
Era muy lindo y grande pero bastante ruidoso para mi gusto, siempre se escuchaba el tráfico de afuera y eso me molestaba por la noches.
Su casa era todo un desastre, bolsos nuestros con solo un poco de ropa esparcido por la entrada, cosas del trabajo de mi padre en toda la mesa.
Shiba estaba acostada en sobre mis pies, como si este sillón fuera tan grande para que entremos las dos, me dio cosa despertarla pero tuve que hacerlo, aunque solo levanto la cabeza y se volvió a acomodar, maldita y vaga golden.
—Siéntate cariño— dijo mi madre con algo de cansancio ya desayunando— ¡Todd!— Grito.
Mire la mesa, cereales, jugo de naranja, tostadas, fruta. Era mucho para cuatro personas, con unas tostadas me conformaba.
—Ya voy, ya voy— hablo mi padre acercándose a la mesa a paso lento ajustándose la corbata.
Su rostro se veía mejor, ya no tenía el pómulo hinchado, su ojo derecho ya parecía normal, solo tenía el labio algo lastimado, pero ya estaba volviendo a la normalidad.
—Era hora, tendría que ponerte la alarma más temprano así tenes tiempo de desayunar y llegar al trabajo a tiempo.
—Cuidado, papá es una persona un poco malhumorada en las mañanas— dijo Thomas, pero ninguno estaba para bromas.
Un silencio se formó en la mesa, cada uno metido en sus pensamientos, aunque podría jurar que todos estábamos pensando en lo mismo.
—Ellie querida ¿jugo de naranja? ¿Cuándo comienzas la universidad? —preguntó mamá cortando el silencio, la miré algo quedada, pude ver una sombra bajo sus ojos, señal de que no la estaba pasando bien estos tres días.
—Mañana— conteste mientras negaba con la cabeza rechazando el jugo.
— ¿Cuándo volveremos a casa? — Mamá nunca para de hacer preguntas, menos cuando está nerviosa, o alterada, dijo que es mejor estar bien informado antes que quedarse con la duda.
—Estaba pensando el volver mañana— dijo mi padre con una voz que no logro descifrar—es solo que... tenía tanto miedo que algo les pasara— junto sus manos y llevándolas a la frente mientras apoyaba los codos en la mesa.
Me estire para apretar su mano.
—Ya está cariño, ya pasó, ahora dejemos que la policía haga lo suyo— decía mi madre aliviando la tensión, claramente le queria sacar un peso del cual no debería tener.
—Ya sé Elizabeth, ya sé— larga un suspiro— si me disculpan tengo que ir a trabajar— y ahí estaba la frase que he escuchado toda mi vida, todos los días.
~><~
Después de darme una ducha y salir en bata a desayunar, me encuentro a Thomas en la encimera comiendo una manzana, imito su acción mientras yo estoy preparando la frutilla para hacerme un licuado.
— ¿Papá?— pregunté cortando la fruta.
—Fue a la empresa a trabajar— dijo Thomas mirando su celular, levante la mirada para verlo.
Mi padre es un hombre que daría lo que fuera por su familia, no podía quejarme, solo que tenía tanto trabajo que lo veía muy poco, casi nada de hecho. Hace años que trata de levantar su propia compañía y conseguir más socios.
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Secretos peligrosos
Teen FictionNo confíes en nadie, nadie es lo que tu crees. Un robo que se convierte en traición. Una historia que se convierte en tragedia. Un amor que se convierte en pasión. Podria decirse que esta es una historia con mas de lo mismo, llena de sorpresas. Si...