Secretos peligrosos

|Capítulo 16|

Me mire al espejo, las ojeras delataban lo poco y nada que había dormido, mis labios hinchados. Mis rulos habían vuelto después de darme una ducha, pero mi cara seguía igual.

Arrastrando los pies baje hacia la cocina, había dormido hasta tarde quedando para la hora del almuerzo.

Papá estaba comiendo mirando un partido de fútbol junto con mamá, ambos parecían concentrados con lo que veían.

—Ellie hay comida en una olla, servite y vení, les estamos rompiendo el culo— Dijo mi madre volteando a verme, claro papá no despego su vista de la tele cuando me saludo.

—No tengo hambre— Fui a la heladera a tomar un vaso de agua y volví a mi habitación

Para mi suerte hoy era sabado, aun asi prepare mi bolso y me fui a entrenar. Creo que en estos momentos es mejor mantener la mente ocupada. No solo por lo de anoche, sino que me había puesto algo en mente, era tratar de ayudar en todo lo que pudiera para que incriminen a esos ladrones y no pensaba parar hasta conseguirlo, no cuando sé que mis padres no se sienten seguros en su casa, en su maldita propia casa.

Anoche cuando llegue mi padre se había dormido en el sofá al quedarse viendo la televisión, podría jurar que casi le doy un infarto al entrar, claramente no se esperaba que alguien entre a tantas horas de la madrugada y se fue con una mano en la cabeza murmurando un simple <<no te olvides de cerrar la puerta>>  que poco después bajo para asegurarse de que esté bien cerrada.
Después de ponerme un suéter blanco dos talles más grandes, unos jeans y las vans clasicas me fui a nadar.

Cuando alguien se refiere a que algo ayuda a escapar de la realidad, no es precisamente así y que de la nada desaparezcas, sigues conectada con el exterior. Se refiere a que pierdes la nocion del tiempo, es como leer. Tus ojos ven letras, las entiendes, quizás escuches musica, pero ahi la diferencia, porque no la estás escuchando. La mente viaja a otro mundo, así me siento cuando nado, floto en la laguna que crea mi cabeza, en donde solo soy yo libre de pensamientos. Si vas en un colectivo público mirando por la ventana metido en tu laguna, no te das cuenta cuando alguien se sienta a tu lado o se ha vaciado de pronto, no te das cuenta del bebe que llora, la señora que cuenta sus problemas o el hombre del fondo que lleva tiempo observandote. Porque físicamente estás ahí, pero mentalmente te fuiste.

La oscuridad ya había pintado el cielo, había perdido la noción del tiempo cuando estaba nadando. Apenas salí del gimnasio un escalofrio me recorrio la espalda, dudosa camine hasta mi auto, la calle estaba vacía, como si en cualquier momento volaran hojas haciéndola más solitaria, pero presentía no estar sola, sentía unos ojos en mi nuca, mire atrás y no había nadie, mas vacia que mi vida. Aun así, el sentimiento no se iba, de forma rápida saque la alarma de mi auto y entré a él respirando profundo. No suelo ser así de paranoica, no se que me esta pasando.

~><~

No me gusta cuando las personas me evitan, un sentimiento de culpa me invade y empiezo a pensar que hice algo mal. Asi que aqui estoy apoyada en mi auto esperando que el turno de Dan termine.

Salió acomodándose la gorra y paró en seco cuando me vio, lo vi algo dubitativo pero se acercó a paso lento.

—Hola— Lo saludé, me saludó de igual manera y se cruzó de brazos frente a mi —Dan ¿estas bien? ¿Qué está pasando? —Odio el misterio y que él me haya ignorado estos días y evitado mis llamadas es algo que me molestaba.

Negó con la cabeza —Nada, esta todo bien, solo estoy con muchas cosas en la cabeza.

— ¿Solo eso o hay algo más? Dan estuviste evitandome, si paso algo habla, me gustaria ayudarte, ¿Le paso algo a tu hermana? Se que puede...