|Capítulo 31|

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Lo había decidido, decidí saber la verdad y de la misma persona que me hizo mi mundo volverse loco. No le tenía rencor ni odio, no es como si lo viera y tenga una sensación extraña, solamente estaba preparada para saberlo todo. Mi cuerpo temblaba, escondí mis manos en las magas de mi campera y subí mis lentes de sol, el sol no estaba tan fuerte, pero iba a ayudarme a que mis ojos no me delaten.

Shepley cruzó la puerta de la cafetería, largue un lento suspiro, me busco con la mirada, camino hacia mi y detras de el entro Kylian.  Ahora si sentia una sensacion extraña, con solo verlo mi corazón parece dar saltos y mis manos empezaron a transpirar, mis piernas querían traicionarme para correr hacia el.

Respira, no te olvides de respirar.

Alguien carraspeó y alze la vista— Creí que no iba a volver a verte ¿Podemos hablar? —Preguntó Elliot, era obvio que iba a aparecer porque este encuentro se arregló en su cafetería, pero no viene precisamente para hablar de ese asunto.

—Ahora no, estamos en algo importante, no te das una idea lo que costó llegar hasta ella para que vengas a estorbar —Kylian se sentó frente a mí sin siquiera mirarlo, Shepley lo imitó.

Elliot trago duro, le di una asentamiento de cabeza, para que sepa que más tarde podemos hablar. Después de la meadita que hizo Kylian conmigo me concentré en verlos. Shepley estaba pálido y ojeroso, olía bebe, literalmente tenía ese aroma que tiene los bebes cuando les cambian el pañal, Kylian tenía la vista fija en mí, era una mirada tan intensa que preferí mirar a su hermano, aunque tampoco era mi persona favorita ahora.
Cerré los ojos con fuerza, respira.

—Supongo que tengo que hablar yo... mierda, esto no es nada fácil —Shepley llevó su pelo hacia atrás.

—Habla, ahora —Ordenó Kylian. Yo solo me concentre en mirarlos porque no sabia que decir, después de tres meses desde que me entere estoy dispuesta a escuchar la verdad, pero tengo miedo de desmayarme antes de escuchar algo, es increible como tiembla mi cuerpo.

—Por empezar él no lo sabia —Señaló a su hermano— Kylian no sabía nada de ese robo, sospecho, pero siempre logré zafarme, porque no había robado nada, no quería verme involucrado en algo que no había hecho.

Levanté mis cejas hacia el— Que hiciste, pero dejaste a la mitad —Para este momento no se de donde salía mi voz porque esa no es.

—No, no hice nada, ellos me había pedido que desactivara la alarma y que después iban a darme algo del pago, cuando estuve ahí no pude, me negué y quise irme... vinieron las amenazas, lograron entrar de otro modo, yo solo me quede aparte... no quiero justificar nada, sé de lo que soy culpable —Se removió incómodo y hizo una mueca.

—Empieza del principio Shepley —Otra vez esa voz ronca salió de mi, no era mi voz, pero es lo que mas podia ahora.
Mire a Kylian y gracias a Dios estoy con los anteojos así no se da cuenta de que lo estoy mirando. Tenía el ceño fruncido, su labio algo lastimado, seguramente se habrá metido en otra pelea pero ¿Con quien?.

—Claro si si —Respiro profundo y volvió a hablar— Días antes me había enterado de que Nat estaba embarazada, la noticia de que iba a ser padre me había dejado asustado, no quiero poner a mi hija como excusa —Negó con la cabeza y se ganó la atención de ambos— El miedo hablo por mi, la oportunidad de conseguir algo de plata era tentadora, me dijeron que solo querían asustar a un hombre rico, que iban a conseguir buena plata cuando logren lo que querían y de verdad necesitaba la plata...quería hacer lo mejor pero lo hice de la manera equivocada —Cerró los ojos y cuando los abrió me miró directamente— Cuando estábamos en la puerta, parecían alterados, Nick estaba cagado hasta la mierda y yo ya estaba arrepintiéndome, me pidieron que desactive la alarma y pregunte por que, nunca me había dicho algo de entrar, solo de darle un buen susto, romper un ventana, hacer sonar la alarma, como una advertencia o algo —Ahora parecía enojado— Lo que pasó fue que ellos pudieron desactivarla solos, nos dieron unas mascarillas, como si estuviera planeado, entraron acordando dejar a todos en la sala de la casa, ahí me di cuenta del lío en el que estaba y decidí irme, apenas encontrado un teléfono público llamé a la policía haciendome pasar un un vecino anónimo, para que ellos se vayan de tu casa.

Secretos peligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora