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Ellen había llamado al timbre hacía un par de horas. Fue la primera vez que no pude descifrar la mirada que me dedicaba; una mezcla entre preocupación y felicidad, como si ni siquiera ella podía saber qué estaba sintiendo en su interior. Justo como me estaba sintiendo yo ese día. Nos habíamos visto en el instituto, aunque apareció en mi casa cuando ya era de noche, sin avisarme, con un paquete bajo el brazo. Estaba lloviendo.

—Es lo más raro que me ha pasado en la vida. Cuando la vi de camino a casa casi me caigo de culo —tampoco pude descifrar su voz, si lo estaba diciendo con alegría, o si el tembleque de su tono se debía a la seriedad de su ceño.

Sujetaba la revista con ambas manos. Todavía estaba metida dentro del plástico, algo mojado debido a la lluvia. Tuve que suspirar al notarme los pulmones más pequeños de lo normal. Ahí estaba, en la portada. Mirando el suelo con lo que ellos decían que era una sonrisa en la cara. Nuestras manos unidas y enmarcadas en un dramático corazón. Alcé la mirada a mi amiga, y de pronto me dio la risa floja.

Mientras me reía y daba palmadas como una gilipollas, Ellen me miraba como si me hubiese vuelto literalmente loca.

—No puede ser —dije por fin, rasgando el plástico de la revista, todavía con alguna que otra carcajada colgando de mis labios.

Ellen se colocó a mi lado en la cama para poder ojear la revista conmigo. Eran dos malditas páginas enteras hablando de cómo los concursantes habían salido de la casa para una noche de fiesta, y sobre todo, escribiendo conspiraciones sobre quién era yo y por qué había entrado al local de la mano de Harry. Ella, viendo lo bien que me lo estaba tomando, sujetó la revista y comenzó a leer en voz alta lo que decían en un apartado:

—"Los chicos de One Direction estaban especialmente guapos esa noche, y esta apuesta desconocida parece estar de acuerdo con nosotras. Quiero decir, ¡miradle esa mirada que le dedica a Harry! ¿Tendremos una nueva amenaza entre nosotras? ¡Qué calladito se lo tenía!"

Volví a reírme escandalosamente y saqué el teléfono para sacarle una foto y mandársela a Harry.

—¡Amenaza! Me quiero morir —dije con una sonrisa, mientras le arrebataba de nuevo la revista a Ellen para leerlo con mis propios ojos.

—Dios mío, mira lo que pone aquí —le dije señalando el párrafo con un dedo—: "Esta chica rubia se coló ayer con los cinco chicos más deseados de toda Inglaterra y cumplió todos nuestros sueños, ¿te imaginas compartir una noche de fiesta con este bombón? ¡Ella lo sabe, y se le ve en la cara!" Te lo juro, en este momento sólo me quería morir, estaba demasiado centrada en no caerme delante de todo el mundo.

Nos reímos las dos durante un buen rato leyendo todo lo que tenía que decir sobre nosotras, yo intentando ignorar lo horriblemente fea que salía en esa foto que habían decidido poner sobre las dos páginas enteras. Sólo daba gracias que había decidido ponerme un vestido y no unos pantalones, porque seguramente hubiese salido con la bragueta bajada.

—Me parece injusto que sólo hablen de ti, yo también me lié con Aiden esa noche. Debería estar yo en portada y no tú.

Puse los ojos en blanco.

—Cielo, no es mi mayor sueño salir en portadas de revistas sólo porque creen que salgo con un miembro de una banda. Es humillante.

—Tía, es que sólo hablan de ti: "No sabemos quién es esta chica tan guapa, aunque sí que nos vamos a enterar muy pronto, ¡queremos todos los detalles! ¿Cómo se sentirá ella acerca de los rumores que circulan sobre Harry y Cher Lloyd? Aunque, ¿es demasiado pronto para hablar de relación, o es tan sólo un rollito de una noche? ¡Parece ser que el chico de rizos el título de ligón se lo ha ganado a pulso! Ya sabes Harry, mándanos un correo, ¡queremos saberlo todo acerca de esta rubia cañón!"

Same Mistakes |h.s| Wattys 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora