Miré a Isaac a travez del vidrio que cubría la ventana. La parte coherente de mi había regresado y estaba haciendo que quisiera matarme en ese preciso momento.
Me aleje de Kev, tome mis cosas y salí corriendo a alcanzar a Isaac, como una película de Hollywood comenzó a llover y agradecí porque mi archivero era a prueba de agua, pero yo no. Y estaba empapada en menos de 5 minutos, minutos que se hicieron eternos y en los que me costaba alcanzar a Isaac antes de que llegase al auto.- ¡Isaac!- lo tomé del brazo para retenerlo y lo obligue a mirarme- Isaac lo lamento, n-no sé que fue lo que me pasó ahí dentro.
- June, quiero que seas honesta conmigo, pero también que lo seas contigo. ¿Me quieres? ¿Me quieres de la misma manera en la que yo a ti?
Lo mire dubitativa, sabía que lo quería, pero era más que obvio que no era de la misma manera.
- No lo sé, estoy segura de que tú me quieres más, lo sé y me lo has demostrado todo este tiempo. Así que no sé, no sé si te quiero igual o no.
- June- suspiro pesadamente- dejémonos de juegos ¿Quieres? En todo este tiempo, no he hecho más que quererte y hacer que me quieras como a ese tipo que te rompió en mil pedazos. He intentado que me ames de una manera descomunal, pero no he podido. Soporte los primeros meses que me cambiaras el nombre de vez que cuando, que el tema de conversación siempre fuera Kev, y cuando creía que realmente había logrado hacer que me quisieras, me doy cuenta que no fue más que costumbre la que sentías conmigo.
- Isaac, yo te quiero de verdad que lo hago.- lo interrumpí mientras veía el dolor que le estaba causando y lo estúpida que había sido.
- Aun no he terminado, juro que no sé qué hay que dar para hacerte feliz. Te dí lo mejor de mi a pesar de saber que estabas anclada en tu pasado, supuse que quizá con todo lo bueno que te daba, podrías dejarlo. Eres increíble June, una mujer atractiva, inteligente, ruda a medias, pequeña, increíble, estas casi rozando la perfección y te mereces todo lo mejor que la vida pueda ofrecerte. Pero eres también muy tonta, y a pesar de lo que diga, sé que tú le quieres, a él lo quieres como yo a ti. Y lo entiendo, entiendo que te guste la mala vida, entiendo él porque lo prefieras a él. -Señaló detrás de mi, y fue cuando noté que Kev ya estaba a mi lado, había olvidado la lluvia mientras el discurso de Isaac me partía el corazón, y la lluvia solo lo hacía más dramático.
- Lo siento Isaac, juro que intenté quererte, pero esto es más fuerte que yo. Te amo. Pero no de la forma que esperas.
- Eso ya lo sé, sé que no me amas de ninguna forma y esta bien. Supongo que no estábamos destinados a estar juntos. Lo entiendo y te deseo lo mejor, de verdad que esta vez puedas ser feliz.
Se encaminó a su auto y después se giro con una mezcla de furia y decepción en su rostro y miro a Kev. P
- Atrévete a dañarla y juro que la poca diplomacia que tengo se esfumara y te partire la cara, te está dando una segunda oportunidad, no lo heches a perder.
No espero una respuesta y subió a su auto, lo vi irse mientras me soltaba a llorar, había perdido lo mejor que tenía. Kev me rodeo con sus brazos para protegerme de la lluvia, me acompaño a casa y se quedó conmigo hasta que me quedara dormida.
Me dolía el corazón justo como aquella vez que Kev había terminado conmigo, no entendía porque me sentía así, me sentía el ser humano más estúpido y miserable del mundo y quizá lo era. Había dejado ir a alguien que me quería bien, por alguien que me dejaba con un futuro incierto respecto a lo nuestro.
Al día siguiente desperté, había amanecido con fiebre y gripe, escuché ruido en la cocina y me dirigí hacia el lugar con una rizadora de cabello. Quizá no era el arma más efectiva, pero de algo me iba a servir.
Encontré a Kev haciendo el desayuno, sonreí instintivamente y me acerque a él.
- ¿Para que la rizadora? ¿Me harás rizos en el cabello?
- No, solo olvide que te habías quedado y pensé que sería un ladrón. Aparte el dolor de cabeza no me permite pensar mejor.
Kev sonrió y con un ligero movimiento de cabeza me indico que fuera a sentarme al comedor, me entregó un paquete de antihiestaminico para mejorar la gripe y me dio el desayuno, panqueques con Nutella y un delicioso café caliente.
- June, se que estamos desayunando y quizá es muy pronto para preguntarte esto, pero necesito hacerlo ya.
Lo mire asustada, sabía por donde iba y en efecto era muy pronto para hacer esa pregunta, fingi desinterés y seguí comiendo, él tomo mi mano y se acercó para besar el dorso de esta y luego a mi me dio un ligero beso en los labios.
- Vamos Kev, di lo que tengas que decir, quiero terminar mi café antes de que se enfríe.
- Bien, June Williams ¿quieres salir conmigo? Intentar las cosas hasta que salgan bien y quizá después casarte conmigo.
Comencé a ahogarme por su pregunta, y me tome el café en un solo sorbo a pesar de que estaba caliente. Me había tomado por sorpresa y necesitaba tiempo para meditar como le diría que si.
- Dame 5 minutos, debo llamar al despacho para decir que no iré a trabajar hoy debido a que estoy enferma.
Me levante, llamé rápidamente al despacho y luego le llame a la persona más confiable en el mundo, John.
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La Excepción. -completa-
Teen FictionJune Williams ha visto desfilar por su casa miles de hombres, ninguno relacionado con ella, todos le pertenecen a su hermana. Pero por alguna extraña razón todos terminan enamorándose de June. Jamás había prestado atención a aquella situación, o...