Kiwi Imaginations [H.S]

Kiwi.23 Sweet Pocahontas

"Dulce Pocahontas"

Contiene Smut y Romance

Tenía algo que perder, algo que quizás él quería tomar o quitarle. Le había dicho que la edad era sólo un número como cualquier otro, que podían hacer lo que sea y en los lugares que quisiera.

Decía que las chicas en algún momento debían convertirse en mujer y es que no podía decirle a un hombre que vaya lento. No podía comparar la mentalidad de uno con la de un chico y sabía que el hombre iba a tomar lo que quisiera en el momento que fuese. Sabía que sería persuasivo.

Nunca se arrepentía de haber tomado la decisión que la llevó más allá del cielo.

Tal vez era demasiado joven pero había sido tan real y en la oscuridad de la noche había visto cosas que jamás antes.

_____

Verlo dormir se sentía tan extraño, era un sentimiento que aún quería averiguar. Saber que significaba debido al escalofrío que recorría su piel. Respiraba su olor masculino, aquel olor le causaba unas emociones tan fuerte que difícilmente podría describir.

Aún todo se mantenía tan sano, aún seguía siendo inocente. Aún continuaba siendo aquella flor delicada sin dejar caer el pétalo.

La sonrisa lo delató y sus pestañas en movimiento también. Abrió sus ojos y al instante sintió la calentura en sus cachetes.

— Buenos días.

Habló sin dejar de sonreír con la voz ronca.

Amelia asintió y susurró lo mismo para él. Aún en las mañanas su actitud era tímida, le costaba acostumbrarse a alguien como él.

— ¿Que excusa diremos ahora?

Preguntó él estirándose sobre las sábanas, captando la visión de ella por completo. Sus músculos tentando la mirada inocente.

Ella se encogió de hombros, no había pensado en eso. Había dormido tan cómoda sobre aquellos brazos que ni tan siquiera había pensando en ello.

— ¿Acaso te comí ayer la lengua?

Preguntó él al ver que aún continuaba en silencio y logró hacerla reír. Él de igual manera lo hizo.

— Diré que me desvelé haciendo el proyecto de laboratorios.

Respondió con un tono de voz tan bajo que apenas él escuchó.

— Estás volviéndote una mentirosa profesional.

Se levantó de la cama y caminó hacia el baño.

— Aprendí del maestro.

Respondió en voz alta, refiriéndose a él y tomando poco a poco la confianza que ya tenían. Vió desde la cama como él sonreía cómplice.