Capítulo VI

2.7K 249 51
                                    

Parque

—Hinata... Oye, Hinata. ¿Por qué diablos me trajiste aquí? —gritaba Kiba siguiendo mi apresurado paso.

Me detuve bajo el mismo árbol donde hacía mi ejercicio de “Italia” el otro día, y lo miré al cruzar los brazos sobre el pecho.

—Creí que había quedado claro.

—Sí, quedo claro. Pero no sé que hago yo aquí.

Rodé los ojos. La verdad, ni yo sé que hace él aquí. Lo único claro de todo esto, es que necesito de su presencia para no desmayarme en cuanto vea a Naruto de vuelta. Siento que si estoy sola con él, pueda decir cosas que no van.

—Apoyo moral —murmuré, intentó hablar lo menos posible para evitar levantar sospecha sobre mi voz.

Kiba frunció el ceño y levanto los hombros sin entender. Me dio la espalda y comenzó a estirarse.

—Parece que hoy no viniste sola, Hinata.

Me corre un escalofrío por todo el cuerpo, y lentamente lo enfrento con la mirada. Su perfecta sonrisa me mantuvo distraída hasta que Kiba se apresuro a hablar.

—Oh, tú has de ser el tal Naruto. Yo soy Kiba, un placer —extendió la mano y Naruto la estrecho aún sonriendo.

—Menos mal que yo tampoco vine solo.

Parpadee volviendo a la realidad, y miré al pequeño atrás de él.

—¿T-tu hermano?

—Sí —dijo acariciando la cabeza del pequeño—, ¿cómo lo sabes?

—Ah... S-se parece mucho a ti —murmure sonriendo temerosa. Me incline al niño—. ¿Cuál es tu nombre?

El pequeño miro a Naruto, que con una sonrisa en el rostro asintió para luego mirarme con duda, pues no podía dejar de temblar.

—Boruto.

—¡Q-que lindo nombre tienes! Sabes, mi primo tiene uno muy parecido al tuyo, o bueno, por... —callé al ver que Naruto no dejaba de mirarme, no por que haya tomado confianza con su hermanito, sino porque deje de moderar mi voz.

—Tu voz, Hinata... Esa voz yo...

Kiba empezó a reír a carcajadas interrumpiendo a Naruto, todos lo miramos perplejos por no entender lo que sucedía.

—Ese chico esta loco —susurro Boruto en mi oído, yo reí.

~•~

La casa de Sakura estaba rebosante de ruido. Sus hermanas, no dejaban de cantar mientras vestían al perro con un vestido rosa, y su mamá hablaba sobre lo que se le ocurriese para ofender a su ex-esposo con respecto a lo que yo mencionará.

—¡Pueden callarse! —grito Sakura volviendo la vista a los apuntes.

—Niñas, guarden silencio, están estudiando —agrego unas comillas con los dedos, y siguió cosiendo una blusa que sacó de una pila de ropa.

—Bien, entonces Socrates era considerado un idiota por...

Grito una pequeña.

—Sí, Socrates era un idiota.

—No, él era considerado así por...

—Tonsakura, tonsakura... —comenzaron a cantar las niñitas.

Sakura grito y salió de la habitación. Yo la seguí hasta que se detuvo en la sala para dejarse caer sobre el sofá.

—Tienen razón, soy tonsakura.

—No, no lo eres. Sólo eres una chica con una vida muy difícil.

—Sí, bueno, no estas aquí para ayudarme a resolver mi vida. El chico que dices ¿Naruto? Ya hablaron de...

—¿Qué? —mis mejillas se tornaron rojas al saber a lo que se refería—. Él no es así.

—Todos son así.

—Pues él no.

—Si tú lo dices... —sonrió.

De la nada, una carcajada surgió de mi boca como si lo que ella dijo haya sido lo más divertido del mundo, al principio Sakura me miró con horro, pero después compartió la sonora carcajada; en ese momento pareció como si fuéramos amigas.

Y por segunda vez, la risa me salvo.

Continuará...

PcS
24•Nov•18

Perdedora Con SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora