-s i e t e

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Luego de salir del hospital, se desató una tormenta espeluznante sobre Warrington. Estornudaba más que antes, el frio calaba mis huesos, como nunca había hecho antes. Intentaba que mi brazo, donde había escrito con un bolígrafo los nombres de los cuatro chicos, no se mojara para que la tinta no se corriera. Conocía a dos, ahora solo tenía que encontrar a —di una mirada a mi brazo— Zayn y Louis.

Llegue hasta la puerta de la casa de Harry tiritando, pero antes de que pudiera levantar el brazo para tocar apresurada, Harry ya estaba frente a mí. Quizás había escuchado el ruido de la reja al abrirse.

—Entra —me tomo por el brazo y me metió a la casa—. Estas empapada, te vas a —estornude sorpresivamente—…resfriar —completo.

Frote mis brazos en un débil intento de darme calor. Mire el pasillo, y con lastima recordé que no tenía otra polera limpia. Me ruborice un poco solo al pensar que no podría dormir con nada de la cintura hacia arriba. Mire a Harry…o bueno, donde antes estaba Harry. Me di la vuelta extrañada, buscándolo con la mirada. ¿A dónde podía haber ido en menos de cinco segundos? Camine a la cocina, no estaba aquí.

—Espero que esto te mantenga caliente —me sorprendió su voz detrás de mí y en ese momento una toalla seca se puso delicadamente sobre mis hombros. Un segundo después, otra fue a parar a mi cabeza, cubriendo mi vista, y en el momento en que le iba a dar las gracias sentí como sus manos se posaron en mi nuca y comenzaron a frotar la toalla contra mi cabello. Con mis manos me cubrí mas con la toalla que estaba en mis hombros y sonreí un poco, era un lindo gesto de su parte.

Después de unos minutos de total silencio, el quito la toalla de mi cabello y soltó una pequeña risa, que me pareció la cosa más dulce y tierna del mundo.

— ¿Qué ocurre? —gire el cuello y lo mire.

—Tu cabello…

Fruncí el ceño.

Oh, mierda, mi cabello.

Fui rápidamente al baño, y al mirarme al espejo comprendí porque reía.

Mi cabello era una mata rizada y esponjada, de un color castaño oscuro donde aún seguía mojado, y castaño claro donde ya estaba seco.

Parecía que un rayo había caído en mi cabeza y había electrificado mi cabello.

Me sonroje de pena y trate de acomodarlo con las manos.

—Déjalo así…me gusta.

Y como soy muy estúpida, no pude evitar sonrojarme y tartamudear mientras decía una explicación tonta sobre mi cabello que ni yo pude entender.

—Sé que es la segunda vez que te lo pido en la semana, enserio lo siento, no puedo faltar al trabajo —se disculpo rápidamente Harry mientras se ponía su chaqueta y descolgaba un paraguas.

—No hay problema —respondí.

—Te debo dos —me sonrió—. Pórtate bien Sky, te amo —beso la cabeza de su hija y se perdió por la puerta de entrada.

Me di media vuelta y mire a Sky. Estaba dispuesta a quedarme estas cuatro horas mirándola con tal de que no se me escape.

—Monitos —exigió.

— ¿Qué?

—Monitos —apunto la vieja televisión.

—Oh —mire la sala en busca del control remoto—. Quiere ver caricaturas —me dije a mi misma y comencé a buscar el control.

— ¡Mas rápido! —exigió de nuevo, al ver que yo no encontraba el control remoto.

La mire y suspire lentamente, no podía decirle nada. Solo es una niña, me repetía.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora