-d o c e

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— ¿Tu hermano? ¿Harry es tu hermano?

—Si… —dije sonando vacilante y me rete por dentro—. Digo, si —afirme más segura.

Por mentiras así es como me meto en problemas. _____(tn) no tienes remedio.

Kristine aun estaba extrañada. Digo, nunca nos había visto hablar en el trabajo. Si, había sido mala idea, pero ya no podía retirar lo dicho.

— ¿Y te sientes bien? —pregunto y la mire extrañada—. Bueno, como estas enferma.

¡Claro! Yo estaba enferma, ni que me hubieran violado hace un poco más de 24 horas ni nada. Tenía la gripe.

—Sí, ya estoy mejor —le sonreí.

—Pues… —miro el reloj en su mano— tenemos treinta minutos para llegar a trabajar.

Suspire e intente sonreír. Aunque Kristine no había querido decir esto, en parte tenía razón, yo tenía que seguir con mi vida.

—Claro, ¿me esperas en la sala mientras me cambio?

—Bien, pero prefiero esperarte afuera —se sonrojo levemente—. Harry me pone nerviosa.

Por algún motivo me sonroje yo también. Harry también me ponía nerviosa.

—Claro.

Kristine salió de la habitación y yo me levante con cuidado de la cama. Por el interior de los muslos dolía como la mierda pero tenía que cerrar mi boca y resistir. Si fuera una persona normal podría tomarme unas dos semanas para recuperarme de un trauma así. Pero no era normal, mi tiempo era casi tan preciado como el dinero para los demás. Y como hubiera dicho Rob «Tenia que mover el culo y salir de la cama».

Así que eso hice. Me puse mis pantalones mordiéndome el labio para no soltar alguna lágrima, me calce mis Converse, mire mi sudadera y encontré que estaba bien. Amarre mi cabello y lo solté enfurecida cuando casi todo mi cabello se soltó porque era demasiado corto para llevarlo en una coleta. Ese maldito incendio se llevo prácticamente el 80% de mi cabello.

Abrí la puerta, quería ser silenciosa porque sabía que Harry me iba a obligar a quedarme en casa y ahora que lo pensaba tenía que ir al hospital, pero Harry estaba justo en frente del pasillo y cuando salí de mi habitación quedamos a unos pocos centímetros.

—Harry —dije nerviosa. ¿Y si había escuchado la mentira que le había dicho a Kristine?

— ¿A dónde crees que vas? —se cruzo de brazos y alzo el mentón.

—Tengo que ir a trabajar —dije incomoda.

— ¿Estás loca? No puedes ir a trabajar, ¡apenas puedes caminar! —apunto mis piernas y me ruborice un poco.

—Eso no es…

—Vi tus moretones al bañarte.

— ¡¿Me miraste?!

Bien ahora estaba avergonzada, furiosa y atrapada.

—Bueno…eh —dudo un momento y ahora yo puse mis manos en mi cintura.

— ¡Te dije que no miraras! ¡Te obligue hasta a ponerte un pañuelo y aun así miraste! ¿Por qué?

—Yo… —Harry se rasco la cabeza con una mano mientras la otra iba a esconderse al bolsillo delantero de su pantalón como si ella fuera culpable de algún crimen.

—Eres… —le apunte con un dedo y él me miro un poco divertido—. Dios, ¡eres imposible!

Camine a la puerta pero él me siguió y me tomo del brazo.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora