-v e i n t i u n o || Parte 2 ||

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_____(tn).

Desde hace media hora que me sentía pésimo. Mi cabeza daba vueltas y tenía la impresión de que si me llegara a levantar me caería al instante. En realidad nunca me había sentido tan mal y sabía que era peligroso…y que me quedaba poco tiempo.

—Buenas noticiaaas, cariño. Alguien pudo donarte sangre para la operación y miraaa vino a verte —dijo con voz cantarina la enfermera que estaba a cargo de cuidarme.

Cállese, pensé.

Abrí los ojos con gran esfuerzo y solo pude verlo a él. Me miraba preocupado, bueno, miraba mi brazo preocupado.

—Harry —susurré.

Me dio una puntada en el corazón y cerré los ojos fuertemente por el dolor.

Eso nunca había pasado antes.

Ni siquiera vi cuando se movió pero cuando abrí los ojos estaba al lado de la camilla, con mis manos entre las suyas y sentado en una silla. ¿Cuándo había puesto esa silla allí?

Escuchaba unos murmullos pero no sabía de dónde venían. De pronto vi que todo estaba negro y comprendí que nuevamente mis ojos se habían cerrado, al abrirlos un poco vi como la boca de Harry se movía. Estaba hablando con la enfermera. Me queje e intenté moverme, estaba muy enferma.

—_____(tn), cariño —dijo una voz conocida cerca de mi oído. Abrí un ojo y solo pude ver a Harry, estaba muy cerca.

— ¿Me quede dormida? —pude decir pero con la voz algo distorsionada.

Harry negó—. La enfermera dijo que el dolor en tu brazo te hacía desmayarte una y otra vez.

—Pero no me duele el brazo —contesté.

—Eso es porque te acaban de dar un calmante.

Pero los medicamentos de humanos no funcionan en mí, pensé.

—Te van a operar ahora, me dieron un minuto para hablar contigo. La operación tiene que comenzar ya.

—Te amo —murmuré con las pocas fuerzas que tenía.

Los ojos de Harry se cristalizaron un poco.

—Yo también te amo. Te amo tanto —corrió el pelo sudado de mi cara y me besó. Dulce y delicadamente. Dios, como extrañaba esos labios. Perfiló mi labio inferior con la punta de la lengua y terminó el beso con una pequeña mordida. Fuerte sin llegar a ser agresivo, el beso perfecto.

Tenía una sensación extraña en mi estomago. Algo me decía que tenía que guardar este momento en mi memoria.

Me miro unos segundos más y yo le mire. Recordando el color verde azulado de sus ojos.

Luego se levantó y me sonrió una última vez.

—Nos vemos después —dijo.

Y sonó a promesa, así que también se lo prometí.

—Claro —respondí.

En ese momento un grupo de tres enfermeras entraron junto al doctor Morrison.

— ¿Estas lista? —preguntó el doctor mientras una enfermera me inyectaba algo que suponía era la anestesia.

Simplemente baje la mirada. Esto iba a doler.

Me llevaron hasta una sala iluminada que olía a desinfectante. Me cambiaron rápidamente de ropa y me taparon la cara. Escuchaba vagamente las órdenes del doctor e intentaba no mantenerme despierta. Mi cabeza daba vueltas y era horrible. Cuando sentí un dolor punzante en mi codo, supe que habían comenzado. Extrañamente no grité o lloré, simplemente me sumergí en el abismo negro que me había estado llamando y no sentí nada.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora