-c i n c o

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Lo que había pasado de madrugada se me había quedado dando vueltas en la cabeza. Había estado pensando en eso el resto de la noche y parte de la mañana. Estaba desconcertada. Algo en lo que le había pasado a Harry se me hacía muy familiar, pero no sabía donde lo había visto.

Harry se había levantado como si nada hubiera pasado, bueno, excepto porque Sky no había querido seguir durmiendo con él y yo la había dejado dormir en mi cama mientras yo estuve sentada en el sillón, despierta toda la noche.

Sky le dijo que él había hablado dormido y que a ella le había dado miedo. Harry se limito a mirarla y a ofrecerle de desayunar. Lo que la mayoría de las personas hubieran hecho seria preguntar qué cosas dijo y los padres le hubieran dicho a sus hijas que sentían haberla asustado, pero Harry se limito a ignorar el tema.

Ahora salía de la casa de Harry confiada. Hoy tendría que buscar trabajo, le había pagado a Harry y con eso el dinero ya se me iba agotando.

Me coloque un lindo sweater antiguo que me dio una señora que me acogió en su casa cuando pasaba por Ámsterdam en el 2002. Trence mi corto cabello e intente que mi rostro estuviera lo más presentable posible. Algo difícil debido a las ojeras de la pasada noche sin dormir, pero no me podía permitir estar otro día mas en esa casa sin hacer nada. Mi tiempo no era infinito.

Llevaba un poco de dinero encima para comprar un periódico por si es que no veía ningún cartel que ofreciera trabajo, y hasta ahora no lo veía.

Metí la mano en mi bolsillo y suspire sintiendo el frio helado de las monedas. No quería gastar dinero en un pedazo de papel.

Al levantar la mirada, al otro lado de la calle, pude ver un pequeño negocio a mitad de la vereda. Colgados de la pared de metal había varios periódicos, con distintos nombres y distinto contenido. Yo solo necesitaba un trabajo, leer rápidamente una página por si alguien necesita una mesera de medio tiempo, ayudante en algo…lo que sea.

Apreté en mi mano las monedas, hasta que tomaron mi temperatura corporal y con paso firme avance entre todas las personas hasta llegar frente a los periódicos. Los recorrí con la mirada uno por uno. Leyendo los distintos títulos en sus portadas.

—Disculpe —me acerque a la señora detrás del mesón de metal. Arrugas en el rostro y casi la misma cantidad de ropa que grasa en el cuerpo. En cierto modo estaba algo celosa de ello, si estaba gorda era porque tenía comida que la hiciera engordar. Yo era tan delgada como una adolescente con problemas de autoestima, la diferencia era que yo no comía porque no tenía comida que comer la mayor parte del tiempo.

La señora, de aproximadamente unos cincuenta años, llevo su cigarrillo a su boca, succiono y lanzo el humo, que por el viento fue a parar directo a mi cara. Tosí.

— ¿Si? —dijo de mala gana.

— ¿Cuánto cuestan los periódicos? —con mi mano disimuladamente aleje el humo que ella seguía tirándome a la cara como si yo no estuviera allí.

Con su cigarrillo apunto un papel pegado debajo de los periódicos.

Era demasiado dinero…para mí. Pero lo necesitaba para conseguir más dinero, así que saque la mano de mi bolsillo, conté las monedas correspondientes y se las di.

Con un gesto desinteresado me indico que sacara el periódico que quería rápido.

Mire todos y cada uno. Elegí uno que tenía como eslogan «Siempre informándote». Si siempre estaban informándome, tenían que haber solicitudes de trabajo ahí.

Tome el periódico y mire su portada. ¿Estaba mal impreso o las letras se movían? ¿Por qué aquí había tantos gemelos vestidos iguales por las calles? Mi frente se lleno de sudor frio, pero ¿porque si no hacía calor? Mis manos tiritaban, sentía que el periódico se iba a caer de mis manos. Parte de mi vista comenzó a ser negra, era tan extraño, puntos negros en toda mi visión. Parpadee repetidamente para tratar de que vuelva a la normalidad pero solo aparecían mas partes negras. De pronto en algún punto, deje se escuchar, era como si estuviera sola. Sola y a punto de caer al precipicio. Nunca me había pasado esto, se supone que yo no puedo enfermar, no puedo desmayarme, no puedo morir…no aun.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora