-d i e c i s é i s

254 13 0
                                    

No supe que contestar. ¿Yo también? No, no sabía si lo amaba. Este sentimiento nunca lo había sentido por nadie más, pero no tuve a nadie antes de Harry de esta forma como para comparar. ¿Cómo se suponía que iba a saber cómo es el amor? Si hubiera un hombre con un arma apuntando a Harry, yo preferiría salvarme a mí en vez de ser otro cliché en la historia e interponerme entre Harry y la bala. ¿No se supone que cuando estas enamorado darías hasta tu vida por esa persona? Pues, yo no me sentía así. Quizás simplemente le quería mucho.

Sentía ganas de llorar. Yo no estaba lista para esto, y posiblemente nunca lo esté. Si Harry decía que me amaba de algún modo me sentía presionada a corresponderle, pero el problema era que yo no sabía lo que sentía.

Sus ojos me miraban como anhelando que yo hablara y le prometiera el mundo. Pero no sabía si algún día podría hacerlo. No quería decirle una mentira, tampoco quería decirle que no lo amaba, o peor, no quería susurrarle un «Gracias» (patético) e irme. ¿Luego de que confió en mí para contarme toda su trágica historia de amor con Daphne? ¿Después de que me había dicho que me amaba? Hacer eso justo después de que él había llorado frente a mí, y se había aferrado a mí para no terminar de romperse, era muy insensible de mi parte.

Me mordí el labio y me decidí a responderle con la verdad—. No sé lo que siento por ti, Harry.

Vi como la manzana de Adán de Harry subía y bajaba por los nervios.

—Pero me gustas como nunca nadie lo ha hecho —confesé. Nunca antes nadie me había gustado tanto como él. ‘’Gustar’’ para mi, antes de Harry, iba desde ver a un chico a guapo hasta ver al mismo chico guapo irse, nunca había pasado más allá de eso.

El sonrió un poco.

—Se que la primera vez puede ser difícil decirlo, o descubrirlo —acaricio mis hombros de una forma reconfortante y se levanto del suelo para luego tenderme su mano—. Deberías ir a dormir.

Asentí. Tenía que descansar. Mañana comenzaría la cuenta regresiva. Era viernes, último día de trabajo y descubriría si Niall era un Nhor. Como deseaba que él lo fuera para no tener que seguir buscando.

Nos quedamos mirando unos segundos que me parecieron interminables. ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? Él me había dicho que me amaba. Yo le había dicho que me gustaba. Ambos teníamos sentimientos por el otro. ¿Debía simplemente desearle buenas noches?

Le di un rápido vistazo a sus labios. Deseaba probarlos otra vez, pero no como había ocurrido ayer en el taller sobre el auto. Si no, como había ocurrido hace unas noches. Dulce, sin apuros, ¿romántico sería la palabra correcta para describirlo?

Pero Harry lo pensó antes que yo y fue lo suficientemente valiente como para arriesgarse.

Sus labios se posaron sobre los míos solo tres segundos y luego se separaron lentamente, centímetro a centímetro. Los ojos de Harry estaban cerrados y por su expresión estaba segura que él esperaba un rechazo inmediato y me había besado por puro capricho. Pero yo no estaba dispuesta a darle una versión equivocada de lo que sentía por él. Así que puse una mano en su cuello y armándome de valor tome la iniciativa por primera vez.

Mis labios estaban cerrados sobre los suyos y ejercían una leve presión sobre los de él.

No respondía.

¿Será que era tan bipolar como para que no quisiera que lo besara?

Pero algo se poso en mi cintura. Su mano. Calentaba mi cintura con su tacto. Se movía hasta la parte baja de mi espalda y me presionaba contra él.

Sin darme cuenta mi otro brazo se colgó completamente de su cuello.

No me importaba sentir como mis pechos se pegaban a su pecho. Solamente quería estar lo suficientemente cerca de él como para que el calor en mí bajo vientre se disipara. Pero el problema era que el calor no desaparecía, solo aumentaba y no era nada incomodo.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora