-d i e c i n u e v e || Parte 1 ||

202 11 1
                                    

Estaba desconcertada. ¡¿Qué mierda había sido eso?! Sky no…no era la hija de Harry. Estaba congelada, aunque solo por unos segundos. El movimiento que Harry hacía dentro de mí era lo suficientemente distractor como para que mandara a la mierda todo lo que había descubierto por un rato.

Mis uñas pasaban por su espalda en un intento de no gemir tanto, aunque era imposible. Esto no era como la violación, esto era jodidamente excitante. Ya no había dolor, solo placer. Solo unas inmensas ganas de gritar el nombre de Harry, pero no para pedir auxilio, si no para hacerle saber que esto me estaba malditamente encantando, y al parecer a él igual.

Con los codos apoyados en la cama a cada lado de mi cabeza Harry hacía su mejor esfuerzo por seguir moviéndose dentro de mí. No tenía idea de cómo no se cansaba. Pero no me importaba. Sus gemidos bajos hacían que me estremeciera.

Afirme más el agarre de mis piernas a su cintura y levante mi pelvis buscándolo más.

Otro gemido de su parte, mas fuerte esta vez.

— ¿Qui-quieres matarme? —me pregunto con dificultad y con diversión en su rostro.

Sonreí genuinamente y me acerque a robarle un beso. Me respondió el beso con ansiedad.

Y ahí estábamos. Haciendo el amor y besándonos en su cama.

Definitivamente la mejor noche que hubiera tenido.

A la mañana siguiente desperté con las dulces caricias de Harry en mi estomago, me estremecí pero no me moví por minutos, disfrutando del contacto. Finalmente entre risas tuve que abrir los ojos. Nos besamos, hablamos y nos reímos. Jugamos por largo rato hasta que el rostro de Harry se ensombreció y me miro espantado.

— ¿Qué pasa? —me voltee hacía el preocupada.

—No usamos protección —la mandíbula de Harry se apretó—. Mierda, no de nuevo —murmuró.

Mire extrañada y horrorizada como en sus ojos se juntaban un montón de lágrimas para salir y como su mandíbula estaba más tensa que como nunca la había visto.

—L-lo siento —me dijo con la voz entrecortada.

Hasta que recordé que la mayoría de las veces, si los humanos no usaban protección podían llegar a reproducirse.

—Hey —intenté llamar su atención—. Estamos bien, no puedo tener hijos.

— ¿Qué?

—No puedo quedar embarazada —me encogí de hombros intentando tener una reacción humana a esto—. Estas cosas…pasan —supongo.

—Oh, _____(tn), lo siento, yo no sabía, no quería hacerte sentir mal —me miro con sus ojos llenos de culpa.

—Está bien, no pasa nada —le sonreí y me acomodé a su lado mientras jugaba con su mano. No quería que esto terminara. —Lo supe hace mucho tiempo.

— ¿No te afecta? —preguntó extrañado.

—Tener hijos no está en mis planes —respondí.

Harry depositó un beso en mi cabello.

—Eres extraña —murmuró en mi cabello.

Mire sus ojos verdes y sonreí.

—Lo sé.

Harry había tenido un turno extra en el trabajo. Por lo que yo estaba sola en casa. Bueno, en su casa, no nuestra casa. Dios, tenía que dejar de tratar sus cosas como si fueran mías. Había salido cerca del mediodía, me había robado un beso muy apasionado en la puerta de la casa y me había dicho que volvería para la cena, y yo le había prometido hacer la cena, aunque no supiera cocinar. Así que aquí estaba, eran las cinco de la tarde e intentaba cocinar algo comestible.

Nhor | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora