Hoy no me interésa la seguridad pero me acojona no volver a verte.
Se que todos necesitamos heridas para estar vivos pero me he ido ya de tantos sitios, corazón, que a veces preferiría estar muerto y alquilar un piso sin ventanas en los dos interrogantes de tus ojos.
Te entregue un cuerpo roto de soledad y me lo devolviste limpio de caricias, te mostré el catálogo secreto de mis heridas y me besaste los ojos con tus manos y justo ahora que veo las cosas claras si te tengo enfrente, que tus ojos son los únicos que me salvan de este mundo, me convertire en invisible y me iré para siempre...