En este último tiempo, he escrito disculpas, despedidas, resentimientos, triunfos, he llovido y me he reído, he escrito lamentos y gritos, esta vez es una confesión a corazón abierto.
Confíeso que tengo ganas de enamorarme mucho, aunque no se note, aunque lo esconda, aunque me lo reserve, tengo ganas de olvidarme en las ganas, en las manos, en los ojos de alguien esa convicción de que el amor básicamente es simplemente una herida, de que amor sin dolor no existe, de que el amor es padecer.
Tengo ganas de enamorarme mucho, un día a la vez, de quitarme la armadura y dar sin reservas, de construir un amor con base en la cotidianidad y de devolverle el valor a los detalles, a lo sencillo.
Tengo ganas de abrazos por la espalda, de besos a destiempo, del "cuídate" del "come bien", tengo ganas de que por primera vez me toque ser el poema, la musa, de que alguien se invente los versos en mi piel, en mi boca, en mi alma.
Tengo ganas de ver llegar a alguien y que se me detenga el corazón y luego acelere tan rápido que se me suba la sangre a las mejillas y no pueda evitar sonreír, que cada vez sea como la primera, que ir de su mano nunca me haga dudar si no sentirme a salvo.
Tengo ganas de alguien que no se aburra de mi, que no se canse de hacerme sentir tan especial como yo sé que soy y que sea capaz de soportar todo el amor que yo puedo dar, sin romperse sin romperme, sin rompernos.
Tengo ganas de ser esa mujer que espera en casa después de las rutinas, con comida tibia y caricias sueltas, que escucha con paciencia, que da ánimos en los dias grises o que se calla y se traga a besos el desánimo, el cansancio, esa mujer que cuándo estás con ella te reinicia, te alivia, te da vida.
Tengo ganas de ser esa mujer que prepara el desayuno y deja notitas en la nevera porque me cuesta decir lo que siento pero sé cómo escribirlo y lo que es más importante después de tanto desamor y caídas he aprendido a demostrarlo.
Tengo ganas de dejar que alguien descubra que tan fácil es hacerme feliz, porque lo es, yo pido lealtad, pido respeto, pido franqueza, pido honestidad, pido tiempo, pido paciencia, pido entrega, compromiso, pasión... Pido todo lo que soy capaz de entregar, porque bueno si no es recíproco no sirve.
Confíeso que tengo ganas de volver a saltar, pero sobre todo de que funcione, de que ese amor no se vaya, de que yo no quiera irme, de que en completa libertad nos elijamos una y otra y otra y otra vez, en esta vida y en lo que sea que queda después de los días y de la muerte.
Confíeso que tengo ganas de enamorarme mucho...