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— ¿A quién le hablas?

Aquella voz le hizo pegar un brinco y mirar al recién llegado con ojos totalmente abiertos.

Mierda, era él otra vez.

— A-ah, yo... —cerró de golpe sus ojos ante su estúpido tartamudeo— Con nadie —terminó sin titubear.

El chico se adentró más a los baños, acercándose más hacia él por inercia.
Jimin miró hacia el lavado en cuánto en azabache se posicionó a su lado y le miró con atención.

— Vaya, al parecer si sabes hablar...
—espetó con un eje de diversión en su voz.

El cuál Jimin lo confundió como burla y levantó su mirada fría hacia el desconocido, el nerviosismo lléndose de golpe y volviendo el verdadero él.

— ¿Qué te importa si sé hablar o no?
—preguntó a la defensiva y con voz tosca.

El azabache levantó las cejas, demostrando sus sorpresa ante el repentino cambio del pelinaranja para finalmente sonreír con tranquilidad.

— Me importa, pues así me daré cuenta de tu respuesta si te invito a salir.

Jimin sintió que se ahogaba con su saliva, ¿escuchó bien?

— ¿Q-qué has dicho? —cuestionó con total incertidumbre. Debía confirmar que no estaba pensando cosas equivocadas.

— ¿Quieres salir conmigo? Vamos yo invito, —agrandó su sonrisa— así podré recompensar el que te haya hecho caer.

El más bajo parpadeó, totalmente fuera de si y sin comprender una puta mierda lo que estaba pasando.

— ¿Es una broma? —formuló levantando una ceja.

Debía de serlo, nadie invitaba a cualquier persona solo por eso, aquél tipo debía de estar viéndole la cara de estúpido.

Aunque la reacción del azabache no fue la esperada, en su lugar, el chico fue el que ahora le miraba confundido.

— Por supuesto que no —rió— Sólo estoy intentando remediar mi error, ¿acaso eso es malo?

Jimin abrió la boca y luego la cerró, sin saber exactamente qué decir.
Deseó poder insultarle o mandar a ese chico a la mierda por estar poniéndole en esta situación, pero no pudo. Aquél extraño derrochaba un aura tan tranquila y amable que le hizo desconfiar, nadie era así de... lindo.

— No, no es malo pero... ¿cómo saldría con un total desconocido? —dijo, tragando saliva.

— Oh, lo olvidaba qué tonto soy, ¿dónde están mis modales? —se auto regañó— Mi nombre es Jeon Jungkook, un placer en conocerte, no fue en las mejores formas pero siempre es un placer conocer a un chico bonito.

¿Bonito? ¿Le había dicho bonito? ¿Acaso le estaba coqueteando? ¿Qué demonios?

El azabache le tendió educadamente una mano y Jimin dudó en tomarla.
¿Si la aceptaba significaría que aceptará su propuesta? ¿O simplemente era un gesto de saludo?

Confío en la última opción así que cuidadosamente tomó su mano y sintió a los segundos como el chico la apretó dulcemente mientras le sonreía.

— ¿Y tu nombre es...? —inquirió el más alto.

— Jimin, soy Park Jimin... —completó para finalmente soltar a su mano, pues ya comenzaba a hacerle cosquillas y a estremecerle, ya que la sensación de sentir la piel de aquél azabache contra la suya le incomodaba muchísimo.

— Listo. —el azabache se acercó dos pasos— ¿Ahora sí saldrías conmigo?

Jimin al instante los retrocedió, su corazón comenzando a latir muy fuerte ante la cercanía y comenzando a odiar cada sensación que sentía.

— N-no lo creo...

— ¿Qué? ¿Porqué? —el rostro del más alto se contrajo en un mueca dolida.

Jimin sintió algo removerse en su interior al ver aquella expresión, se veía tan tierno... Esperen, ¿qué estaba pensado? No, no se ve tierno, para nada. ¿Porqué pensaba y sentía ese tipo de cosas?

Aquellos pensamientos sólo le hicieron enojar.

— He dicho que no, ahora apártate
—pidió con voz severa.

Grande fue su sorpresa cuándo el azabache obedeció lo que dijo y se hizo a un lado, dejándole el camino para pasar y mirándole sin expresión alguna, a diferencia de hace unos segundos.

Jimin tragó saliva y decidido caminó pasando por su lado, lo cuál en ese pequeño lapso de tiempo le hizo estremecer.

Hasta que finalmente llegó a la puerta de salida, pero antes de continuar, escuchó de nuevo aquella voz que le hizo voltear a mirar al azabache.

— Aún la propuesta sigue en pie, para cuando gustes —le guiñó un ojo junto a una sonrisa.

Jimin abrió los ojos, sorprendido ante aquél atrevido gesto para que en cuestión de segundos su rostro cambiará a una mueca molesta.

— Jódete.

Y dicho esto, salió prácticamente echando humos de allí e intentando detener los acelerados latidos de su corazón.

Y dicho esto, salió prácticamente echando humos de allí e intentando detener los acelerados latidos de su corazón

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Math ✿ kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora