VI - But That Was Then

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- Me prometiste que ibas a dejar de fumar al salir de la academia.

- Bueno, parece que ninguna cumplió las promesas que se hicimos allí. - Dije aun mirando a la nada. Si en algún momento se me había ocurrido girarme para mirarla a la cara, mi mente había desechado esa idea al notar como se me inundaban los ojos.

- Alba yo... - Levanté la mano pidiendo silencio, cosa que pareció entender pues se calló al instante. Respiré hondo y cuando me noté más serena me giré.

- No necesito explicaciones Natalia y mucho menos ahora, han pasado 6 meses, 6 putos meses joder - Apreté la mandíbula reteniendo las lágrimas que habían vuelto a mis ojos y casi susurrando conseguí hablar con la poca voz que me quedaba. - todos esos meses he estado esperando, esperándote a ti, a tus explicaciones, a las respuestas a todas mis preguntas y nada. Medio año de silencio Natalia. - La miré buscando alguna reacción en ella, que había estado callada todo el rato, pero no pude pues su mirada estaba clavada en algún lugar del suelo de mi terraza. - El tiempo de las disculpas ha pasado, ahora ya es tarde.

- ¿Quién ha dicho que me fuera a disculpar? - Dijo por fin mirándome a los ojos. Mi boca se abrió ante su contestación y fue ahí cuando no pude aguantar más el llanto y me rompí. Vi cómo se apresuraba hacia mí, pero la miré con toda la furia que pude trasmitir cosa que la hizo frenar en seco.

- ¿Cómo puedes ni si quiera preguntar eso? O sea, ¿en qué cabeza cabe pensar que después de haber desaparecido, después de haberme dejado tirada, después de todo lo que vivimos, prometimos, sentimos... después de haber roto todo eso, como puedes tener la conciencia tranquila?

Su mirada se intensificó y vi cómo le brillaron los ojos de una forma que por un momento pensé que se iba a poner a llorar y de no ser porque Maria entró en la terraza, juraría que lo hubiera hecho.

- Chicas, siento interrumpir, pero me acaba de llamar Vicky. Me ha dicho que se iba a pasar a por algo de un cuadro que te había encargado. - Asentí rápidamente y secándome las lágrimas entré corriendo a la casa notando la atenta mirada de todas las personas que intentaban continuar la conversación que mantenían mientras me seguían con los ojos.

Ya en mi cuarto intenté acompasar mi respiración y con cuidado quité el lienzo del atril posándolo en la cama. Vicky me había pedido que dibujara una foto de su mejor amiga y ella bailando para su cumpleaños, se había empeñado en pagarme y aunque me negué mil veces acabé aceptando 50 euros.

Sonreí al pensar que desde que salimos del concurso la relación de Maria y Vicky se había consolidado, y digo relación porque nadie sabía muy bien que eran, de hecho, dudo que lo supieran ellas mismas. Afri y yo ya nos habíamos acostumbrado a llegar a casa y encontrárnoslas en el sofá siendo domésticas viendo una película debajo de la manta, también ya era costumbre ver como quedaban para cenar la Mari con Pablo y Vicky con su respectiva pareja, era un concepto un poco difícil de entender, pero pocas veces había visto a Maria sentirse tan completa como lo estaba en esta etapa de su vida. Unos suaves golpes en la puerta de mi habitación me sacaron de mi ensimismamiento y no voy a mentir, recé porque no fuera Natalia, no quería saber nada de ella.

- ¿Cómo estás? - Dijo Afri entrando y yendo directa a abrazarme por detrás, se que se sentía culpable por todo esto, pero yo sabía que la culpa no era de ella. Me giré rápidamente y escondí la cara en su cuello que no tardó en empezar a mojarse a causa de mis lágrimas.

- No puedo Afri, te juro que no puedo más, quiero que se vaya. - Sollocé apretándola más, si era posible, contra mí.

- Vale tranquila cariño, ahora en cuanto salgamos digo que me ha sentado mal la pizza y que cuando cague voy a apestar la casa, ya verás como salen todos pitando ¿te parece? - Me reí despegándome de su cuello, esta chica era increíble, siempre me hacía reír, incluso cuando parecía que era imposible. Me cogió de las mejillas y con los pulgares me quitó las lágrimas que se resbalaban por mi cara. - ¿te apetece que salgamos, le des a Vicky, que estará al llegar, la obra de arte que has creado y despidamos a todos? Luego podemos ver una peli las 3 juntas y comer helado sin lactosa de ese que compraste el otro día.

Asentí levemente y me separé de ella para coger el cuadro, que casi se me cae cuando me miré en el espejo y vi todo mi maquillaje corrido. Miré a mi amiga desespera en busca de una solución y como si me hubiera leído la mente fue corriendo a la mesita donde tenía mi maquillaje, cogió un par de cosas y a los 5 minutos estaba como nueva. Lo que había dicho, a veces vivir con la reina del maquillaje es un incordio, pero tiene sus ventajas.

Salimos de la habitación justo cuando sonó el timbre y la verdad no se quienes se sorprendieron más, si Miki y Joan al ver el cariñoso saludo que se dieron Vicky y Maria o yo al ver que Natalia y Miguel ya no estaban, los busqué con la mirada por toda la estancia, no había rastro de la pareja.

Sinceramente no se de dónde cogí fuerzas, pero actúe cual actriz merecedora de un Oscar y fui sonriente a darle el cuadro a Vicky que me lo agradeció brevemente pues tenía prisa por marcharse y eso hizo después de declinar las incesantes invitaciones que le hacía la Mari para que se quedase a dormir.

Después de eso Afri soltó la excusa que habíamos hablado previamente en mi cuarto haciendo que Miki y Joan se despidieran de nosotras un poco apresurados por la situación, eso sí, no sin antes jurarle y perjurarle a Joan que le contaría con pelos y señales lo sucedido en la terraza.

Nada más cerrarse la puerta del piso me fui corriendo a mi cama donde me tiré rota a llorar. Se me habían quitado las ganas del helado y la peli y supuse que tanto Maria como África lo habían entendido por qué no vinieron a decirme nada, nunca me cansaré de agradecerles que respeten y entiendan mi espacio tan bien, y más en estas situaciones.

Seguía sin asimilar que Natalia me lo había vuelto a hacer, había desaparecido sin despedirse "ni un adiós, ni un hasta luego... Ni un hasta nunca." fueron mis últimos pensamientos antes de dejarme atrapar por Morfeo.





¿Y si es ahora? || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora