XI - ¿Qué hacemos con esto Mari?

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No me escondo, cada vez se me hacía más tentadora la idea de quedarme eternamente viendo a Natalia balbucear mientras clavaba la mirada en diferentes partes del suelo de mi casa, pero la parte empatica que tenía en mi interior salió a socorrer a la altisima chica de aspecto imponente que contra todo pronóstico estaba intimidada "+1 punto para la medio metro" sonreí para mi misma.

- Tampoco hace falta que te jartes en mi puta cara. - Se me esfumó la sonrisa. Natalia ya había recuperado la comportura y me miraba algo molesta.

- Yo... no me estaba riendo de ti. Era contigo, bueno contigo no por que no te estabas riendo pero no era a malas... yo... - Se me había olvidado el poder que tenía esta mujer para hacerme pequeña "-1000 puntos para la medio metro" rectifiqué.

Natalia no había cambiado su semblante ante mi respuesta, ni un milimetro se había movido su cara. Solo estaba frente a mi, taladrandome con la mirada. Fue en ese momento cuando recordé el por qué de esta situación, recordé como se había avalanzado hacia mi, como sus palabras sonaban tan rotas, tan atormentadas. Sacudí la cabeza para quitarme de la cabeza aquellas imagenes. Juraría que se percató de la situación pues al fin sus facciónes se relajaron, vi como entre abrió la boca para para decir algo pero la puerta se abrió desde fuera de golpe catapultandola hacia mi haciendo que me cayera al suelo y como no, ella encima de mi "vaya situación más cliché".

- ¡Ups! Lo siento chicas. - Escuché la voz de Vicky desde la entrada.

Noté como sus apresurados pasos se dirigían hacia nosotras pero no me moví, solo tenía ojos para los de Natalia que para mi sorpresa parecían haber entrado en un bucle haciendo el recorrido de mis ojos a mi boca. Esa situación me confundió tanto que incluso cuando Vicky ayudó a levantarse a Natalia yo me quedé inmovil en el suelo intentando procesar lo ocurrido. De hecho hasta que Vicky me tendió la mano no reaccioné y evidentemente cuando me puse depie evité a toda costa la mirada de la morena, no quería que viera lo sonrojada que estaba.

- Cuanto tiempo tia, ¡no me esperaba verte por aquí! - Dijo por fin Natalia rompiendo el silencio que se había apoderado de la estancia. Levanté las cejas mirando a Vicky que sonreía algo avengonzada sabiendo que si la estaba mirando así era por que ya estaba más que acostumbrada a encontrarmela por mi casa.

- Si, bueno... María me ha dicho que Pablo se había ido a currar y que tenía mucha resaca asi que he pensado que traeros churros sería una buena idea. - Levantó la bolsa que tenía en la mano donde estaban los churros. La cara de Natalia era un cuadro, miraba con los ojos abiertos al igual que su boca a la coreografa que ahora estaba roja cual tomate. - Emmm... dejo esto aquí y me voy a despertar a la bella durmiente ¿vale? Me ha encantado verte por aquí Nat, a ver si se hace mas habitual.

Dijo guiñandole un ojo y yendose como si nada dejandonos descolocadisimas sin saber que hacer. Escuché como Natalia carraspeaba a mi lado intentando llamar la atención y cuando la miré me la encontré frunciendo el ceño algo confusa.

- ¿Esas dos...? - Me preguntó inclinando la cabeza hacia donde se había ido Vicky casi corriendo.

- Es un poco complicado. Te lo contaría encantada pero por lo que he visto tenías algo de prisa por huir de aquí.

- ¡No estaba huyendo! - Se apresuró a decir. - Ademas... nunca le digo que no a unos churros.

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Y dos horas más tarde y con un entripado de churros por fin había acabado la extensa explicacion de la actual relación (por llamarlo de alguna manera) que mantenían Vicky y La Mari. La verdad es que hasta a mi me sorprendió lo bien que estuvimos Natalia y yo, contra todo pronóstico parecía que habíamos entrado en una burbuja donde parecía que no existía nada que no fueramos nosotras riendonos y hablando de lo loca que era la Mari.

- Pues con la tontería llevan 2 horas en la habitación, y pensar que yo me reía cuando leí que la gente las shippeaba. - Dijo Natalia riendose provocando que me atragantase con el café, ya frio, que me estaba terminando.

- Mierda, me manchado el pijama, estas contenta ¿no? - La miré con odio mientras pasaba una servilleta por las manchas marrones que se habían esparcido por mi camiseta. Natalia negaba con la cabeza divertida. - Por cierto, hablando de manchas, ayer Afri se empeñó en poner tu sudadera en la lavadora para que no fueras con manchas de raba por la calle.

- Sobre eso yo... - Me sentí un poco mal por la poca sensibilad que había tenido para sacar el tema, ahora me miraba con una sonrisa triste así que no la dejé terminar.

- Tu nada, aquí todas hemos vomitado por putas borrachas y la primera yo, ya sabes que con mi riñón tengo entre 0 y ninguna resistencia al alcohol. - Sé que era una forma un poco cutre de quitarle importancia al tema pero parecía haber funcionado un poco.

- Hombre, si la muerta de la curva ha revivido. - Escuchamos como decía una muy dormida África que entraba por la puerta de la cocina rascandose los ojos. Yo me reí ante el comentario pero me tapé la boca rapidamente cuando Natalia me fulminó con la mirada.









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Para empezar, feliz año y fiestas a todas!!!!

De regalo de reyes/papá noel/olentzero/lo que sea os dejo por aquí este capítulo que espero que os guste y quizás en un ratito os cae el segundo refalito, es que os portáis genial!!

Me encantan vuestros comentarios, flipo con que a alguien le guste como escribo jajajajajaj muchísimas gracias 💜

¿Y si es ahora? || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora