O3: Almas gemelas.

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—Hey, por fin estás aquí. — dijo Jimin al llegar a su cuarto.

Kim Taehyung estaba desparramado por toda su cama como si en vez de gato montés fuera un omega de pulpo.

Pero así lo quería.

—hey, perro. —Jimin le mostró la lengua y luego de dejar de manera ordenada su mochila en una silla se subió sobre las pierna de Taehyung que le sostuvo de la cadera sonriendo.

—¿y? ¿qué fue esta vez? ¿fuiste muy lejos? ¿conociste a alguien? ¿trajiste mis pinturas? —Taehyung le sonrió y le dejó un pequeño pico en sus mejillas haciendo reír a Jimin.

—ya, callate un mes y te contaré las aventuras de TaeTae en la libertad. —el omega rubio rio, su cola se movía de un lado a otro demostrando su felicidad y sus orejas estaban alertas antes cualquier palabra. —Pues, verás caminé...

[...]

Taehyung nació en una cueva, junto a otro cachorro que no sobrevivió, pero que a su madre no le pudo importar menos.

Los gatos monteses no se caracterizan por tener el vínculo de familia, para nada.

Pero él adoraba a su madre, Park MinAh, era una beta adorable, con el cabello rojo y esponjado, la nariz chata y unos labios parecidos a los suyos.

Tenía unos ojos verdes, tan verdes como la pradera en la que dejó a Taehyung jugando solo cuando tenía cuatro años.

Fue el peor momento de su vida, recuerda llorar y gritar asustado cuando su cola y sus orejitas desaparecieron.

Afortunadamente hizo tanto ruido que la señorita Jeon lo escuchó, lo abrazó y lo llevó a una casa hogar con un montón de cachorros llorones y mocosos.

Lo único constante eran las parejas que trataban de llevárselo, pero la señorita Jeon siempre lo encontraba en la pradera gritando el nombre de su madre.

Tenía seis años cuando conoció a Kim Jimin, un cachorro con orejas y cola, mejillas grandes y ojos constantemente rojos debido a la burla que sus compañeros le hacían.

Lobezno de nido.

Y el niño gritaba que no, que era grande, que él no dormía en el nido con sus padres, pero Taehyung no entendía porque negaba cosas tan lindas.

Él desearía dormir en el nido de su madre, pero ella le gruñia cada que trataba de acercarse, tiene una cicatriz en el brazo de cuando avanzó demasiado.

—¡hey, mocosos! —los niños giraron a verlo, tenían sus caras arrugadas como si tuvieran un gas atorado y eso sólo hizo que Taehyung inflara más el pecho.— ¿están celosos? porque Minnie-ah sigue siendo adorable y bonito, pero a todos ustedes se les pudrió la cara como la cabeza.

Desde ese día, cuando Jimin lo esperó fuera de la Oficina del director con la mitad de su sándwich decidió que su única familia era aquel chico.

Que le confesó que dormía en el nido casi todos los días.

[...]

—woah, se escucha tan genial. —Jimin estaba poniendo un alfiler sobre París, el último lugar donde tuvo una aventura, puso la foto de la torre Eiffel. —me gustaría acompañarte.

—algún día te llevaré, Jimin. —el lobo suspiro, su cola moviéndose lentamente mientras las garras se Taehyung trataban de tocarla.— te llevaré por todo el mundo en vez de traerte al mundo.

—yah, eso pasará cuando mis orejas se vayan y eso no va a pasar mientras siga aquí, lo que quiere decir, que jamás conocere al señor francés al que le robaste un desayuno. —Taehyung acarició sus orejas y besó con fuerza su mejilla.

—yo voy a ayudarte a que desaparezcan, Minnie, lo prometo, y nos iremos, sólo tú y yo, Jimin y Taehyung, Tata y Chimmy, Minnie y TaeTae, porque somos almas gemelas ¿no? — el rubio asintió y lo abrazó con fuerza.

—me gustaría que te quedarás más de una semana esta vez.— Taehyung tarareo mientras jalaba ligeramente los mechones rubios entre sus dedos. —oh,  ¡tengo que contarte algo!

—¿qué es? —se separaron, Jimin tenía los ojos brillantes y las mejillas tan rojas como cerezas.

—¡salí con Min Yoongi! ¡en una cita! él incluso vino por mi aquí y tomó mi mano mientras veíamos una película. —Taehyung juntó sus cejas al notar ligeramente más pequeñas las orejas de su mejor amigo. —¡es tan encan- blah, blah, blah...! —la cabeza de Taehyung trabajó tan rápido que empezó a marearse.— ¡es un blah blah, alfa, blah, blah!

Si Jimin se enamoraba de Min Yoongi, sus orejas se irían, sería lo suficientemente grande para que la próxima vez que se fueron, pudieran ir juntos.

Incluyendo al alfa, no le importa, él sólo quiere cumplir su promesa, y Yoongi sería el factor que le ayudará a lograrlo.

—¡... y vamos a salir la próxima semana! —Taehyung sonrió de lado, puede quedarse unas cuantas semanas esta vez.

—¡eso es genial, Jimin! —y el rubio sonrió inocente, sin saber los planes de su mejor amigo o los alfas de su familia.






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¡No te enamores de Min Yoongi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora