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Harry acudió a su trabajo en la librería como cada mañana, la verdad es que estaba ya un poco harto de su jefe y de algunos clientes pues no hacían más que babear a su alrededor.

Le era muy incómodo pero le encantan los libros y además necesita el dinero para poder subsistir.

No es que le diesen asco los alfas pero a sus veinte años aún sueña con encontrar el amor verdadero pues eso de follar por follar, no va con él y por eso se mantiene virgen.

Contra todo pronóstico, la jornada de ese día transcurrió sin nada fuera de lo normal pero cuando ya pasaban de las ocho y estaban casi a punto de cerrar, su jefe Liam Payne, se fue encargandoselo.

El ojiverde cobró a los últimos clientes y cuando se disponía a bajar la reja y hacer caja, unos profundos y hermosos ojos azules le miraron desde fuera de la vidriera, mientras le rogaban que lo atendiese.

-Por favor muchacho déjame hacer una compra... necesito entrar-le habló finalmente el alfa a través del cristal.

Harry se lo pensó por un momento pues su jefe ya le había advertido en más de una ocasión, que no abriese a nadie después de haber cerrado pero la verdad, no le pareció que el ojiazul fuese un peligroso.

Lo observó por unos segundos y vio que este era más bajo que él y que además vestía muy buena ropa, por lo que no podía ser un delincuente o un sádico loco, tan solo era un cliente que estaba apurado por comprar.

Finalmente Harry abrió y una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo tras contactar con los azules ojos del alfa y notar su increíble olor.

—Muchas gracias, muchacho.

Cuando estuvo bajo la luz del interior, el omega pudo apreciar mucho mejor, la belleza de sus facciones pues realmente el ojiazul era un alfa tremendamente atractivo y deseable.

De entre las estanterías llenas de libros y revistas, el alfa también reparó en el omega mientras buscaba algo especial.

Clandestinamente lo miró de reojo, a la vez que aspiraba también el suave y cálido olor de Harry, el cual inconscientemente estaba impregnado todo el local.

-¿Pu-Puedo ayudarle, señor?, verá ...d-debo cerrar y te-tengo algo de prisa-Habló el ojiverde al ver que el alfa no se decidía.

-No, no hace falta. Me llevaré este. -Dijo finalmente el ojiazul enseñándole una novela de amor que escogió al azar.

Al acercarse al mostrador, Harry empezó a sentirse más intranquilo pues extrañamente sus piernas le temblaban y su corazón estaba desbocado.

-Muchacho, ¿Puedes envolverlo para regalo?.

El ojiverde asintió sonriente, mientras sus manos rasgaron un trozo de papel de regalo y comenzo a hacer el paquete, ante la atenta mirada del alfa que lo observaba humedeciéndose los labios.

-¿Cómo te llamas precioso?.

-Ha-Harry, Ha-Harry Styles-balbuceó el omega bastante nervioso.

-Hola Harry... emm....yo soy Louis, Louis Tomlinson.... Encantado de conocerte.

—Igu-Igualmente, señor.

El omega sonrojado intentaba calmar su interior pues a pesar de que jamás la presencia de un alfa lo había afectado de esa manera, Louis parecía volverlo muy vulnerable.

Tras terminar el paquete y entregarselo, el alfa sacó su billetera y muy sonriente le dio unos billetes para pagar.

-Cobrate y quédate las vueltas...precioso. Cómprate algo tan dulce como tú.

—No puedo aceptarlo, señor Tomlinson pero gracias—el dependiente se negó rápidamente pues su jefe le tenía prohibido aceptar propinas.

El alfa sonrió con molestia y acto seguido acarició la mano del omega, la cual tenía posada sobre el mostrador.

-No te preocupes, cariño. Me sobra el dinero y tú has tenido que demorarte en tu salida por mi culpa. Aceptalo, por favor o me sentiré muy mal.

Harry chasqueó la lengua y sin saber muy bien el por qué, finalmente aceptó.

Quizás había sido porque el alfa se lo había dicho de una forma tan rematadamente sensual y mirándolo con sus penetrantes y azules ojos, que lo había vuelto bobo o quizás también porque estaba demasiado nervioso y vulnerable, que quería irse a casa rápido.

Satisfecho y tras recibir las gracias varias veces por parte de Harry, el ojiazul con su compra en la mano se encaminó hacia la salida, donde se giró una última vez para echar un nuevo vistazo al omega.

-Adiós Harry... Cuídate mucho.

El tembloroso dependiente sonrió amargamente y luego de soltó un gran suspiro pues aquel alfa era el ser más hermoso y deseable que había visto en su vida y por lo tanto, había sido el único que había despertado en su ser, un interés más allá de un simple cliente.

Finalmente, resignado pues pensaba que seguramente nunca más volvería a verlo, Harry apagó la luz de local y se fue a su casa.

Finalmente, resignado pues pensaba que seguramente nunca más volvería a verlo, Harry apagó la luz de local y se fue a su casa

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19. No fue mi intención amarte - Larry Stylinson -Omegaverse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora