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Tras salir del registro donde Harry había recogido sus documentos, la pareja decidió tomarse algo en una cafetería que había doblando la esquina de la calle.

Cuando ya llevaban un rato disfrutando del café y el tranquilo ambiente del local, de repente un olor muy familiar llegó a las fosas nasales del omega interrumpiendo la agradable conversación que mantenía con su prometido.

-Harry, cariño ...¿ocurre algo?.

-Y-yo...y-yo.

El omega se estremeció y notó que su corazón comenzó a palpitar a toda velocidad.

Ed notó entonces sus feromonas flotar y expandirse por todo el lugar, por lo que su alfa interior gruñó enloquecido por protegerlo de otros alfas que había allí.

-Cariño, estás entrando en celo... debemos irnos ya.

-S-Si creo que si pe-pero no sé porqué... n-no es ti-tiempo aún.

-Vamos... rápido. Amor debemos salir de aquí. Iremos al hotel-dijo el alfa pelirrojo agarrándolo fuerte y cargandolo en su regazo pues el omega ya se retorcía de dolor y apenas podía tenerse en pie.

Ya salían por la puerta del local cuando Ed sintió como un fuerte brazo lo detenía.

-¡Ese es mi omega!-gruñó una ronca voz tras ellos.

El alfa pelirrojo se giró, topándose con un enorme alfa de abundante barba, la cual prácticamente le cubría el resto de la cara, semioculta bajo una gorra gris de béisbol.

Entonces el omega levantó su rostro apoyado en el pecho del pelirrojo y miró fijamente al aquel alfa que tenían enfrente pues la voz se le había hecho conocida al igual que su olor.

De repente el extraño alfa alzó su cabeza también y entonces se quitó la gorra.

-Hola Harry.

-Lou-Louis...n-no...no pue-puede ser.

En un rápido movimiento, el ojiazul agarró al más que sorprendido Harry arracándolo de los brazos de Ed y echó a correr rápidamente de allí.

-¡Sué-Suéltame Louis!, ¡Dé-Déjame!-suplicaba el ojiverde mientras notaba su agujero chorrear de lubricante natural.

-¡Cállate!...¡Debo deshacerme de esa sanguijuela que has traído contigo!-Gruñó Louis intentando buscar un lugar para despistar al alfa pelirrojo que venía corriendo tras él por la calle.

-¡Sueltalo desgraciado!, ¡Harry es mío!, ¿Quién coño eres tú?- Le gruñó Ed en cuando lo atrapó.

Louis entonces sonrió cínicamente y dejó a Harry en el suelo.

-Este omega es solamente mío, ¡lárgate ahora o lo lamentarás!.

-¡Devuelvemelo ahora mismo!, ¡Harry es mi omega!.

Sin mediar palabra, Louis se abalanzó sobre el alfa desconocido para él y le propinó un fuerte puñetazo pero pronto recibió otro propinado por Ed.

El omega agonizaba por la fuerza de su celo, mientras los poderosos alfas se enzarzaron en una violenta pelea llena de golpes, gruñidos, patadas, empujones y alguna que otra mordida.

Algunos de los peatones que pasaban por su lado los jaleaban y otros se escapaban asustados, hasta que finalmente la policía llegó y los separó, llevándose a los tres a la comisaría.

Harry fue aislado en una celda, mientras que los dos eufóricos alfas fueron llevados a distintas salas de interrogatorios para prestar declaración.

Fueron necesarios varios agentes y unas fuertes cadenas para sujetarlos a ambos, aunque con el pasar de las horas se fueron calmando, mientras que el pobre omega se acabó desmayado debido a la agonía de ser poseído por su alfa.

Lo que había comenzado como un rápido y sencillo viaje a su cuidad natal, para recoger sus documentos y ver a su padre, se había convertido en cuestión de minutos en una horrible situación, dando comienzo a una inesperada e inevitable pesadilla para Harry.

19. No fue mi intención amarte - Larry Stylinson -Omegaverse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora