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A la mañana siguiente, tras pasar muy mala noche debido al recuerdo del hermoso e inquietante alfa, el cual había conocido horas atrás, Harry volvió a la librería para ganarse su sueldo como cada día hacía.

Durante toda la jornada, entre cliente y cliente, extrañamente el ojiverde suspiraba entristecido, mientras inconscientemente miraba la puerta, esperanzado de volver a ver a Louis.

—¿Qué demonios te ocurre hoy, Harry?, estás muy despistado—le habló su jefe.

—Eh...¿Qué?...oh nada...no es nada Liam....S-Seguro que debe ser que apenas he probado bocado—mintió.

—Pues ya puedes espabilar, hay mucho que hacer.

El omega incluso terminó por enfadadarse consigo mismo pues no pudo sacarse al alfa ojiazul de la mente en todo el día, por lo que se llevó varias llamadas de atención más, de su jefe y de algún que otro cliente insatisfecho.

De nuevo dieron las ocho de la noche y una vez más, Liam le dejó a cargo del cierre, por lo que el omega esperó a que los últimos clientes de ese día se fueran yendo ya y entonces cerró la reja y miró hacía la calle, la verdad estaba algo decepcionado pues internamente no podía negar que ansiaba que el alfa regresase.

Nuevamente hizo caja como cada fin de día laboral y cuando ya estaba por apagar la luz e irse, escuchó unos ruidos en la reja, entonces levantó la vista y ahí estaba.

Louis había regresado y el omega se acercó a la vidriera casi levitando.

—Abreme precioso.... necesito decirte algo—le habló el ojiazul.

Harry embobado asintió y sin pensárselo dos veces le abrió la puerta y levantó la reja para que el alfa entrase.

—Gracias Harry...que bueno que aún te encuentro aquí—Habló nuevamente este mirándolo fijamente pero con una extraña sonrisa en sus labios.

—¿O-Ocurre a-algo, señor Louis?—preguntó confuso el dependiente ojiverde, abrumado por el fuerte olor de este.

El alfa en un rápido movimiento, se quitó el abrigo y se acercó más al omega, entonces sus ojos tornaron oscuros, sus músculos se agrandaron rasgando su impoluto traje y acto seguido soltó un fuerte rugido que hizo estremecer al ojiverde, el cual lo miraba tembloroso y febril, por todas las feromonas que inundaban el local.

—Necesito poseerte...no sabes lo mal que he estado desde anoche. Te deseo enormemente —Le gruñó al oído sujetándolo por los hombros.

—Y-Yo...y-yo— balbuceó el dependiente muy asustado.

—Eres demasiado hermoso y no puedo resistirme más. No sé que tienes pero necesito con urgencia hacerte mío.

Harry realmente estaba asustado y quería luchar pero también sentía que ese alfa era su alfa y que debía doblegarse ante él, notaba su entrada  chorreando lubricante sin control como jamás nunca lo había hecho y su interior gimoteaba ansioso de deseo por sentirlo dentro.

Sin dar tregua a la huída, ni tampoco a las negativas, el desbocado alfa lo empotró contra la pared y empezó a besarlo con febril hambre despojandolo al instante de su ropa, con una destreza sobrenatural.

A continuación lo lamió y acarició todo el blanquecino torso de Harry, el cual ya entregado totalmente al deseo, gemía y suspiraba agitadamente.

La polla de Louis estaba muy hinchada y apretaba sus boxer como el mismísimo infierno, así que con una de sus manos se bajó los rasgados pantalones y se la sacó soltando un ronco y aliviado gruñido.

Con esa misma mano comenzó a bombearla un poco para así soltar algo de presión.

—Oh joder, Harry... eres tan hermoso.... No puedo esperar más para follarte.

El omega jamás había estado en esa situación con ningún alfa pero a pesar de lo fortuito e inesperado, sabía que era ahí donde quería estar.

—Pu-Pues fo-follame Louis…sé tú el primero.

El ojiazul gruñó satisfecho y con un rápido movimiento, lo subió a sus caderas y comprobó si la dilatación del omega era factible pero no era así, por lo que chasqueó la lengua con fastidio.

—Maldita sea...joder...debo prepararte. Soy demasiado grande para ti y no quiero tener una violación sobre mi conciencia.

—Lo si-siento.

Dicho esto, el alfa caminó con Harry en su regado hasta el mostrador y allí lo tumbó, luego le abrió las piernas y agachándose comenzó a lamerle su palpitante entrada.

Minutos después y varios gemidos y suspiros del dependiente, Louis introdujo uno de sus dedos en el interior de éste y empezó a penetrarlo una y otra vez.

Poco después, un dedo más fue introducido y eso hizo que Harry perdiese totalmente la cabeza y gritara ansioso.

—¡Me-Metemela Louis!... ¡fo-follame ya!...¡Hazlo mi a-amor!.

El alfa entonces se detuvo bruscamente y haciendo un enorme esfuerzo se apartó de éste.

—¿Q-Qué pasa?, ¿p-por qué no si-sigues?—preguntó extrañado el omega, incorporándose al ver que el alfa se ponía de nuevo los pantalones y cogía su abrigo.

—No pu-puedo ha-hacerte esto... Debes encontrar a tu verdadero alfa... Lo si-siento, a-adiós Ha-Harry.

El dependiente ojiverde bastante confuso se bajó del mostrador, mientras miraba con dolor como el alfa salía corriendo de allí cobardemente pues verdaderamente había sentido que él era su destino.

Ahogado en lágrimas, recogió una a una sus prendas para volver a vestirse y así regresar a casa pero de repente reparó en un lugar del suelo en el cual había un trozo de cartulina negra, ésta parecía ser una tarjeta de visita.

Se agachó y la recogió, comprobando con sorpresa que se le había caído al alfa ojiazul.

Se agachó y la recogió, comprobando con sorpresa que se le había caído al alfa ojiazul

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19. No fue mi intención amarte - Larry Stylinson -Omegaverse (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora