Harry Styles es un dulce y hermoso omega de veinte años, poseedor de unos impactantes ojos verdes y una hipnótica e increíble sonrisa. Aunque ha tenido varios pretendientes en su vida, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pero todo cambia...
A pesar de todos los lloros, ruegos y súplicas de la abuelita Sara y también de Niall, Harry cogió sus pertenencias y salió de la vida de los Honran junto con su bebé.
Tenía algo de dinero, el cual la omega le había dado y aunque no sabía con que se encontraría, decidió dejar Irlanda y utilizarlo en unos billetes de tren para regresar a Londres.
Estaba dispuesto a buscar trabajo para así poder pagarse un lugar mejor donde vivir y poder mantener a su hijo sin depender de nadie.
Estaba dispuesto también a retomar la relación con su padre, ya que su propia experiencia le había servido para entenderlo un poco mejor.
Desde luego tenía muy presente que seguro se encontraría o sabría algo del alfa ojiazul pero ya no tenía miedo.
La paternidad y la necesidad le habían hecho madurar muy rápidamente, así como el darse cuenta de lo más importante en su vida y como luchar por él.
Tras la muerte de Ed había decidido cerrar su corazón al amor y la propuesta de Niall y el pensamiento de que seguro en el futuro, un nuevo alfa intentaría conquistarlo, le habían hecho darse cuenta de que a pesar de todo, tan sólo a Louis era dueño de su amor.
Aunque de todas formas no le preocupaba eso, ya que tan solo estaba Tim y por el lucharía diariamente, por eso quería un trabajo y un hogar confortable para poder vivir tranquilo con su pequeño y que este creciese sano y feliz.
Tan pronto puso un pie en Londres, lo inundaron los recuerdos y a pesar de que eran dolorosos, lo hicieron sentirse vivo, entonces suspiró nostálgico pues habían sido casi dos años desde su último viaje a su ciudad natal.
—Bueno...allá vamos.
Se subió a un taxi y bastante nervioso puso rumbo a la librería de su amigo y exjefe, Liam Payne.
Afortunadamente el establecimiento seguía en el mismo lugar, así que pagó al taxista y tras bajar a su pequeño y también su maleta, Harry sonrió agarrando el cochecito.
—Hola Li—saludó al verlo tras la vidriera.
El alfa ojimiel que estaba tras el mostrador lo miró con sorpresa, sobre todo por el carrito del bebé pero aún así sonrió ampliamente y caminó con los brazos abiertos a su encuentro.
—¿Harry? ...¡oh Dios muchacho!, ¿Eres tú de verdad?, estas muy distinto, ¿y ese niño?. Nuevamente ha pasado tantos tiempo desde la última vez que nos vimos—dijo feliz estrechandolo entre sus brazos.
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Cuando se separaron, el omega se giró hacia el carrito de su bebé y cogió a su pequeño en brazos para mostrarselo al alfa ojimiel.
—Este es Tim... mi hijo.
Liam miró confuso al bebé y luego miró a Harry.
—¿Tú hijo?... Ah...de tu alfa y tuyo, claro ...emm por cierto, ¿dónde está él?.
El ojiverde entonces miró al suelo entristecido.
—Ed ya no está. Él se murió en un accidente de trafico hace un año.
El ojimiel chasqueó la lengua y le palmeó el hombro.
—Oh joder...vaya lo siento mucho Harry, ¿Estás bien?.
—Si bueno estoy bien, tranquilo—respondió el omega esbozando una pequeña sonrisa, mientras miraba a su pequeño hijo, el cual jugaba con su colgante del cuello.
De repente un omega moreno y muy lindo entró en el establecimiento y sonriente se acercó a Liam, lo abrazó fervientemente y luego le besó la mejilla.
—Hola cariño. Hoy me he escapado del trabajo más temprano. Te extrañaba much....
—Hola Zayn...oh mira este es Harry. El muchacho que te dije que se había ido a Irlanda.
—¡Oh vaya!—exclamó entonces el morocho extendiendo su mano hacia el ojiverde—realmente no mentias, amor...Él es envidiablemente hermoso.
—Harry este es mi precioso marido Zayn, al que amo con locura.
El ojiverde sonrió sorprendido
—Tu marido...oh encantado— habló—Así que te casaste. Os veis realmente felices...me alegro mucho por vosotros.
—La verdad es que si que lo somos...¿verdad amor?—preguntó Liam a su omega.
—Si, cariño, muy felices.
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Luego de un tiempo charlando amigablemente, el ojiverde iba a coger su maleta, a su bebé y despedirse, ya que aún tenía que buscar un lugar para quedarse antes de pedir trabajo pero entonces Liam lo detuvo.
—Bueno debemos irnos. Otro día hablaremos más.
—Si no tienes donde quedarte, puedes hacerlo en nuestra casa el tiempo que quisieras, muchacho.
Harry suspiró aliviado pues la verdad no sabía por donde comenzar a buscar un sitio barato y medianamente decente.
—No quisiera abusar, la verdad. Pues si te soy sincero pensaba pedirte de nuevo el empleo pero...
El alfa ojimiel sonrió ampliamente.
—Pues claro que puedes volver. La verdad es que de todos los ayudantes que han pasado por aquí, tú has sido el mejor de todos.
Harry entonces sonrió ampliamente pues Liam le había quitado todas las preocupaciones de un solo golpe y aunque aún quedaba lo más difícil, estaba feliz.
...Todavía le quedaba reencontrarse con Louis y que este supiese de Tim pero ya no le preocupaba pues se sentía fuerte y muy capaz.