16. Mirando el lado bueno.

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Esdra Pov's

¿Qii tin difícil is ciidir in bibi?

Todo es culpa de mi primo y de Karma, en estos momentos se están riendo de mis desgracias, cuidar al hijo de la vecina no fue buena idea, quedan tres horas para que vengan a recogerlo.

- Esdra, trae al niño tengo que recoger a Valerie a casa de mi tía Valu.

Mi primo la sigue entusiasmado, a él le gusta Carlos, sí, es bisexual por lo que cree que lo va a ver, a como puedo agarro al niño, apenas va a cumplir un año, es morenito con el cabello chino como el tío de Karms, uno chileno. La antes mencionada, regresa y me ayuda a cargar al niño.

- Tu lleva la pañalera - la señala - yo te diré el camino.

La agarro, todavía no tengo una edad para conducir pero aún así mis padres dijeron que ya es necesario que sepa, por lo que tengo un permiso legal, no hay problema con que conduzca. Los llevo hasta la casa de la tía de Karma, enciendo la radio.

Amor Con Hielo - Morat.

El niño va muy animado, se llama Alan, mi primo - Federico - lo va cuidando, estaciono frente a la casa banca, en el techo, arreglando algo esta un señor alto castaño, nos mira y sonríe, saluda a mi amiga, señala el patio trasero.

- Valerie esta atrás, ah, y Karma, me saludas a tus papás.

- Claro, tío.

Ella va y luego vuelve con la niña de diez años, para ser tan chica es muy astuta en todo, una vez le intentamos pero no pudimos, se las ingenio para devolvérnosla. Sube al auto.

- Federico, tu sabes lo que yo no, por eso mismo, quiero saber que te dijo ella

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- Federico, tu sabes lo que yo no, por eso mismo, quiero saber que te dijo ella.

- Nada, nada que no sepas.

- Más te vale, teñido.

- Cállate, canoso - gruñe.

- ¿Que onda? Esdra, puedo hablar con vos - Carlos acomoda los botones de su chaleco.

Mi primo se lo come con la mirada, asiento, lo alejo de él riéndome.

Carlos se queda recargado en el pilar de un coso que parece quiosco, suspira, tiene unas ojeras muy notorias bajo sus ojos.

- ¿De que quieres hablar?

- Karma, Karma Ronda.

- ¿De...?

- Se que te gusta, algo que he notado desde que la empezaste a molestar de niños. Y siendo sincero y directo. Ella a mi también, por lo mismo, tengo derecho de antigüedad.

- ¿Derecho de antigüedad? ¿De que demonios hablas, Pasquarelli?

- Llegue primero, Velázquez, me vio primero.

- Karma no es ningún objeto para que la andes reclamando, si sigues así, te pido de favor que te retires que todas tus palabras me valen cacahuate, te puedes ir directo de por donde viniste, aquí a Karma la respetas.

- Esdra, no quiero hacer algo de lo que capaz me arrepienta después.

- No lo hagas, si me disculpas, me retiro. ¡Federico!

Mi primo se levanta del suelo, sonríe a el italiano medio argentino, nos largamos de ese lugar.

- ¡Nos vemos, Carlos! - grita, le doy un zape.

Arrojo nuestras mochilas a la parte trasera del auto, se sube al asiento del copiloto, cierro las puertas y entro al asiento del piloto, aferro las manos al volante, tengo que respirar, no puedo manejar en este estado emocional. Soplo un mechón de mi copete que cae por mi frente.

- Sera guapo y toda la cosa, pero tu eres mi primo de sangre, ¿Qué te dijo? Eres calmado, tuvo que haber dicho algo que te importe para ponerte en ese estado.

- Karma, la misma que ha estado presente toda mi vida.

- Ella... La quieres mucho, imagino que es la misma morra que le jalabas las greñas en la primaria.

- La quiero, maldita sea, Fede, la quiero más que otra persona, se que me va a rechazar, alguien se me va a adelantar, o no, sus padres fueron a pedirme de rodillas que me le declarara.

- Tan siquiera tienes la aprobación de los suegros.

Mirando el lado bueno.

- ¿Que tengo que hacer para sacarla de mi cabeza?

- Cabeza dice el loco este, de tu corazón dirás, y tengo la solución, tengo un amigo que hace unos excelentes tatuajes.

- Fede, soy y somos menores de edad y si mis padres se enteran me matan.

- Mis padres me tienen prohibidas muchas cosas, una de ellas es tomar, lo hago, otra es nunca es tatuarme, tengo unos tres tatuajes que nunca nadie ha visto. ¿Te animas?

Veo a un caballo en mitad de el lugar, eso es normal, yo digo que sí, mi primo parece payaso con esa nariz grande y roja

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Veo a un caballo en mitad de el lugar, eso es normal, yo digo que sí, mi primo parece payaso con esa nariz grande y roja.

- Esta tomao' ¿Seguro que te quieres tatuar? - un tipo lleno de tatuajes me pregunta.

- Si - alargo la palabra - uno de una taza de café, a un lado un coso ese que se usan en los sets y un patín del otro lado.

- ¿Te puedes apurar? Vamos algo tarde a casa - Fede le muestra su Omnitrix.

- ¿Donde lo quieres? - llega con una caja que desprende chispitas de colores.

- ¡En mi pié!

- En la cadera, no le hagas caso.

Saca una jeringa de doctor, remueve entre sus cosas, su cabello parece un arcoíris, sus labios son de un increíble color azulero ¿Así se dice?

Cierro los ojos.

Al segundo alguien me remueve, me dan un trago de algo, son objetar me lo tomo, me muestran mi cadera, esta el tatuaje de lo que pedí.

- ¿Cuanto va a ser? - Fede abre su billetera.

- Nada, por ser la primera vez del chico, va gratis, pero es mejor que te lo lleves a casa, puede que le vaya muy mal por su primer emborrachamiento.

- ¡Nos vemos, Coddy!

- Es Zack, menso.

- Lo confundí con su gemelo.

- No tiene gemelo, anda, camina.

Daughter of Micharol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora