Capítulo 3

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"Hijo de la luz"

—En el almuerzo será, hasta entonces —Dijo el papá

Torias volteó y caminó hacía su casa, mientras caminaba oía los pasos de su hija hacía las casas de piedras

Entró en su casa, el castillo de la ciudad. Una simple estructura cuadrada no muy distinta a las casas de piedras, solo que esta era mucho más alta

Las puertas eran de piedra pulida, un gris oscuro. Torias abrió ambas puertas y entró al salón

Ahí le esperaba Manglina, su esposa, estaba sentada en un banco al fondo del salón

Torias se acercó hasta ella y extendió su mano para levantarla. Manglina la aceptó con un gesto soberbio y sin mirarlo a la cara

Tiró hacía él para intentar besarla pero Manglina rápidamente movió su cara y Torias terminó besando su cachete

—¿Qué tal el trabajo? —Preguntó Manglina sonriendo sin mostrar los dientes

«Es verdad, lo había olvidado. Nuestro amor ya no es como antes, se ha ido desvaneciendo poco a poco. Ahora solo es la última hoja de un árbol seco: pronto terminará secándose». Torias no lo había recordado en ese instante: ella ya no sentía por él lo que sentía hace veinte años atrás. Sus sentimientos habían cambiado, Manglina ahora amaba su posición en la sociedad y las amistades, nada más. Ella seguía siendo la reina pero ya no era la misma. Torias se quedó mirando la cara de su esposa, pensando qué había cambiado o en qué él había cambiado ¿Por qué ya no sentía lo mismo? No lo comprendía

—Van bien, las armas y materiales de piedra venden muy bien. Todo va perfecto

Manglina sonrió y levantando levemente el vestido que llevaba, se retiró hacia una puerta

Torias también lo hizo. Se adentró en una de las puertas que estaban al fondo, subió las escaleras y entró en su oficina

Un lugar frío y oscuro, con dos ventanas circulares y un escritorio donde se puede apreciar a ambas a la vez

Se sentó y abrió un cajón del escritorio

Ahí guardaba varios frasquitos, sacó uno y lo ve: pequeño y con líquido verde, movió un poco el frasquito y se lo quedó viendo

Hasta que abrió la tapa y apuró el contenido

Sintió que algo dentro suyo se volvía a llenar. En su interior sintió una llama que volvió a arder

Así funcionaba la magia

El líquido que Torias tomó era un potenciador que daba la capacidad de tener un almacenamiento de magia dentro hasta que se termine. Una vez que termine, las habilidades que uno tiene quedan inservibles y tienen que volver a consumir otro y otro. Sin el líquido verde, que Torias tomó, todos serían personas normales

La ventana estaba al lado suyo cuando vio de reojo una mancha roja en movimiento, desvió su mirada hacia ahí y su hija, Ánima, estaba buscando algo entre las casas de piedras

La tarde pasó rápida y la noche llegó. Torias subió otras escaleras para encontrarse con su hija en su habitación, necesitaba avisarle la llegada de alguien, pero al tocar la puerta nadie contestó. Abrió la puerta preocupado y nadie estaba dentro

Bajó hasta el salón y abrió la puerta para salir de la casa

Dio algunos pasos y se quedó mirando a las casas de sus ciudadanos, siempre dentro de los cien metros. Hasta que lo escuchó

Unos pasos venían hacía él

Parecían cansados, arrastrados, destruidos

Torias no sabía hacía dónde venían

La Sangre De La Realeza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora