Hades dijo que eran reales, mis visiones son reales. Las visiones eran mostradas sin consentimiento de la Diosa del Pecado, así que no era que ella me quería mostrar nada era que parte de su maldición le lanzaba visiones del futuro, del futuro de ella y al estar en un nuevo cuerpo, las visiones eran del dueño del cuerpo. De la misma manera Hades me dijo que debería hacer provecho de estas visiones, son una gran ayuda y así tendría una ventaja sobre los demás. El Dios me ofreció otra opción, el control de la Diosa en mi interior, y este control provendría de la bendición que él me iba a otorgar y permanecería con la diosa en mi nuca hasta que la guerra acabe y él se pueda concentrar plenamente en mi, para no tener que dejarme con el "imbecil" de Adonis.—Me parece excelente. —Habló Adonis. —Excepto por la parte donde me llamaste imbecil, estoy de lo más ofendido.
El Rey del inframundo rodó los ojos, el se levantó de su puesto y caminó un poco en el salón. Lo hacía cuando estaba nervioso.
—Ahora dime sobre la Nusquam, ¿Es en serio?—Pidió el Dios. El rubio asintió distraído.
—Se hace pasar por un Demonio, estuvo aquí con Nathaniel.—Informó el muerto.—Creo que hasta él resultó engañado, pobre tipo.
—No lo creo, él debía de saber.—Comente, Hades y Adonis me miraron, ambos con diferentes sentimientos.—Creo que ella tiene algo que ver con Eileen, se parecen mucho.
—Tal vez quedó tan traumado con Eileen que se buscó una novia igual.—Se burló Adonis.—Y lo repito, pobre tipo.
—Señor Hades...—La risa de Adonis inundó el salón. Al parecer la presencia de Hades lo hacía más sociable y hasta más soportable, debido a que ponía toda su mala actitud para molestar al Dios.
—Señor.—Bufó Adonis con voz divertida. Hades suspiró y se paseó por la parte trasera del puesto de Adonis, le propinó un inofensivo golpe en la parte posterior de la cabeza y siguió caminando.
—Ignóralo Mia.—Dijo el hombre vestido de negro.—Tiene problemas.
—Lo se perfectamente.—Estuve de acuerdo. —Solo quería preguntar, ¿si podía regresar a casa cuando usted me diera su bendición?
Hades se rascó su barba de candado y asintió.
—Con mi bendición estás más segura, aún seguirán llegando las visiones pero podrás apagar su voz y ella no tendrá un repertorio tan amplio de maldades. —Informó. —Pero eso si, cuando poseas mi bendición también obtienes mi ayuda para cuando lo necesites, solo casos muy drásticos.
—Está bien. —Asentí de acuerdo. Que bien, mi ayuda venía con ayuda de refuerzo para emergencias.—¿Y cuando me desharía de la bruja?
—Cuándo regrese de esta contienda serás prioridad. —El me regalo una pequeña sonrisa, era un poco triste, supongo que por lo de la guerra y quien sabe como le iría. —Aparte creo que tus amigos te necesitan, he escuchado que suelen tener visitantes poco deseados.
—¿Cómo así que prioridad?—Gruñó Adonis. —Cuidado, Hades.
Adonis miró mal a él adiós antes de pasar por su lado y salir del salón con ese aire de indignado que siempre se cargaba. Mire a Hades buscando explicación para el arranque del hermoso hombre.
—Es algo intenso.—Susurro el con una sonrisa incómoda. —Bueno, espero poder verte pronto. Despertarás en la Mansión Crossbow con la bendición, buenas noches.
—Espera, Hades.—alce una mano antes de que él tocara mi frente. —¿Qué pasará con la Nusquam?
El asintió como si lo esperara.
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Siete Semidioses [Saga Siete #3]
Fantasy"Miro dentro de mí, y veo que mi corazón está negro. No más colores, quiero que se vuelvan negro. Quizás entonces yo me desteñiré/desvaneceré y no tendré que afrontar los hechos."