Coronación de Alexander Darkness.

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Mia Arlovskaya POV.

La mansión Crossbow, como la nombro Eileen, era el hogar del chisme. Cualquiera podría susurrar un chisme súper secreto y al minuto lo sabrían todos sus habitantes. Al menos la más ultrajada era la nueva Delecti, la cual no me agradaría , me recuerda a Eileen, solo que más torpe. Sus Guides, eran peores, Hank era lo más desesperante e inocente del mundo, por lo tanto no sabía mucho acerca de lo que estaba bien y lo que estaba mal, por lo que no era raro hablando de la vida privada de todos y contando la suya como si hablara de banalidades. Geraldy por otro lado me asesina con la mirada, lo cual no entiendo, no le he hecho absolutamente nada. Con los únicos que converso en este lugar son Sarahí Vester, la representación de la venganza y Yin, el Iro no hitobito azul. La chica posee una actitud levemente similar a la mía, por lo que nos entendemos y el chico de cabello azul solía hablar con todos en este lugar.

Al parecer la última novedad es la coronación de Alexander Darkness, la cual es el día de hoy, dos de febrero. Por lo que no fue sorpresa ver a Freya Darkness pasearse por el castillo hostigando a Amara y a Victoria para ponerse exuberantes vestidos. Amara se había escapado y Geraldy apareció para salvar a Victoria alegando que tenían algo muy importante que discutir, Victoria se dejó llevar de su Guide, la cual la llevo al jardín donde estaba Rodio sin camisa cortando las plantas, ah y también estaba Key  por ahí vigilando a la Delecti desde las sombras, el cree que nadie lo ve, tonto.

—Me hace feliz que tú y mi hermano hayan terminado.—La voz de Freya interrumpió mis cavilaciones. Me gire a verla, ella estaba vestida con ropa que de seguro valía más de lo que yo ganaría en mi vida, luciendo esa pose altiva única de los Darkness.

—Sí, que bien por ti.—Respondí cansinamente. Ella me sonrió, los hoyuelos en sus mejillas haciéndola parecer inocente, cuando se supone que ella es un engendro. Como si supiera lo que estaba pensando, se aparta el cabello lo más elegante posible y me mira pestañeando varias veces.

—Él también es feliz porque hayan terminado.—Se rió Freya. Lo comento como si fuera hablado de una travesura de lo más de divertida. Rodé los ojos, que mujer de ridícula.

—¿Y eso que me importa? —Inquirí cansada. Freya no dijo nada mirándome con burla, como si ya fuera dado con su cometido. La Princesa se encogió de hombros y se fue gritando el nombre de Amara. Apreté mis manos en puños, sentía los ojos picarme y el nudo en la garganta, no era justo. Me quede sentada en uno de los sillones por las siguientes dos horas, no tenía nada que hacer más que arreglarme para la coronación de Alexander, no tenía ánimos de hacerlo. Hank se asomó en la puerta.

—Algunos compañeros dicen que dejes de sentir tanta auto lastima y que te levantes que nos vamos. —Comentó Hank. Gruñí un poco y me levante, camine hasta la entrada. Los demás estaban dentro de varias camionetas de color negro que esperaban en el camino hacia el porton. Ingrese a la última camioneta, junto con Hank, Geraldy y Victoria. Ellos discutían sobre algo sin importancia. La camioneta tenía las ventanas traseras tintadas en su totalidad por lo que no se veía nada, y al frente había una pared que impedía ver al conductor y al copiloto, además, nos iluminaba una incómoda luz blanca.

—Mia.—Me habló Hank, lo ignore. —Mia.

—No la molestes, Hank, déjala.—Lo regaño Victoria. Hank a mi lado se movió incómodo. Este niño no dejaba de incomodarse al no poder ponerse a hablar estupideces.

—Yo solo quería decirle que a ti te gusta Nathaniel, creo que a ella no se lo había dicho.—Reflexionó Hank. Se llevó la mano derecho al mentón y miro el techo. Victoria le dio un zape. Rodé los ojos y simule que miraba por la oscura ventana. El viaje fue de lo más molesto y horrible que he sufrido, esos tres son como niños, a veces pienso que definitivamente Eileen era más soportable, después me acuerdo que la detestaba y lo pienso mejor.

Siete Semidioses [Saga Siete #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora