Única en existencia.

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POV SPECULO 

Este lugar era cómodo, y podía ir hiriendo seres, de seguro me adaptaría rápido. Aunque ese sujeto Nathaniel es un poco molesto, muy pegajoso en definitiva. Los demás no pasaban de aburridos, pero no había nada que hacer, era mejor que estar viviendo en un pequeño lago frío. El príncipe demoniaco me había sacado del limbo, sin dudad pensé en huir pero, no sabría a donde ir y todo lo que él prometió me pareció suficiente. Ahora lo único que me incomodaba era mi marca de Speculo, una simple palabra en latín marcada en mi piel, justo sobre mi corazón, "duo". Esta desaparecía cuando mi doble muere, pero la mía había cambiado, no desaparecido. Ahora había otra palabra en latín: "unum", solo se que es: "uno", pero no se que significa que haya cambiado y no desaparecido como es natural.

Termine de vestirme, ya había visto esa marca una y otra vez, desde que se supone que murió mi doble. El pijama no era mío como tal, había sido prestado por una chica llamada Carmen, la cual al parecer amaba la seda. Ya había aprendido algo nuevo de mi, desteto la seda. Mientras reflexionaba el hecho de que soy una persona o ser, lo que sea, con propia mentalidad y todo eso, sentí una nueva presencia materializarse dentro del castillo, ¿Qué no había puesto protección a la casa? La presencia era conocida, ya la había sentido antes, tanto Eileen como mi nuevo yo. A mi no me agrada nada esta presencia, aun así baje a buscarlo, tal vez sabía lo de mi marca, él debía saberlo.

Lo encontré de frente a mi cuando giré, choque contra el. Me hice hacía atrás para mirar esos ojos vinos tan desagradables, he aquí a la muerte, Kyle.

—Anti-Eileen, que placer volvernos a ver.—Sonrió el joven. Lo mire consternada, que desagradable me era este sujeto.

—¿Qué haces aquí asustando a la tipa esa?—Señale a la Ondina que permanecía atrás con aspecto mortificado, esa chica solo conocía malos ratos.

—Te pareces más a Eileen de lo que deberías, ¿No sientes tu ser malvado evaporarse con los ideales de formar una propia mentalidad?—El se inclinó para quedar a mi altura, su rostro más que curioso parecía casi preocupado y me gustó esa expresión, esto olía a chantaje.

—Lo uso para mis propios beneficios, proteger a esta gente me da muchos privilegios que usare más adelante de la manera más egoísta posible. —Sonreí con sorna.— Además mi marca de Speculo cambio de dos a uno, obviamente en Latín.

Kyle frunció el ceño, y se echó un paso atrás. Volteó y tomó a Mía por el brazo, la acercó y la puso entre los dos.

—Primero, tus problemas me tienen sin cuidado y segundo necesito que todos vayan a detener al Golem, venia a decir eso o a obligarlos, lo que mejor quedará. —Habló la muerte. —Estoy cumpliendo las voluntades de tu doble.

—Hasta muerta le gusta joder, que molestia.—Gruñí, el odio a mi doble es algo natural en los speculos. —Pero eso que dijiste del golem no me importa, necesito que me digas lo de mi marca. O digo todos los secretos que se de ti y mi doble.

El hombre miró a Mia y me señaló como riéndose de mi, el regreso su mirada a mi y con una sonrisa complacida relajó sus hombros.

—Algo que jamás podrás superar es el poder que tenia tu doble, no sabes nada más allá de lo superficial de ella o de mí, tal vez de los demás. No eres mejor, solo eres una copia y siempre serás solo eso, Anti-Eileen.

Tire mi puño para darle en la mandíbula, él no lo vio venir porque le di y disfruté gratamente como sonó el golpe.

—No me subestimes, no sabes quien soy y de lo que soy capaz.—Dije. El regreso su cara, y me miró, antes de oscurecer sus facciones, él gruñó tratando de intimidarme. —Investiga que significa el cambio de mi marca Speculo, yo obligaré a los demás por ti. Y lárgate antes de que alguien más sienta tu presencia.

Tome a Mía del brazo y me la lleve a la sala principal, sin girar en ninguna oportunidad para ver si Kyle seguía ahí. Su presencia desapareció y cuando lo hizo solté a Mia. Ella me miró con obvia expresión de: "Tú no quieres tú vida, ¿verdad?" Pero todo esto es porque la quiero mucho.

—Mañana temprano te quiero aquí, me ayudarás a convencer y a reunir a todo el que sea necesario para patearle el trasero divino a esos pretenciosos Dioses. —Le exigí a la confundida rubia. —Y no quiero un no por respuesta, acabo de coquetearle a la muerte y no me importaría ofrecerte como regalo.

Hice mi cabello hacia atrás y subí las escaleras hacia mi cuarto. Mi sueño fue dulce y empalagoso, soñé con mi doble muerta, aun más muerta.

Nathaniel vino en la mañana muy temprano a despertarme para ir a correr al rededor del castillo, acepté porque me gustaba incomodarlo y porque tenía que ir despertando para ir a imponerme ante todos. De nuevo la ropa no era mía, solo tenía una muda de ropa, debería exigirle ropa a este sujeto, es un príncipe lo que significa que tiene mucho dinero, ¿Y que mejor que gastarlo en mi?

Empezamos a calentar frente a la fuente de agua. Lo mire todo lo que quise, era mejor que mirar pasto húmedo. El híbrido es sin duda atractivo, linda cara con el cabello ligeramente largo y oscuro, cuerpo que definitivamente había estado haciendo más que trotar por este cutre castillo.

—¿Porqué me miras tanto?—Nathaniel se cruzó de brazos. Definitivamente mi tipo, al menos hasta que encuentre otro chico que despierte en mi algo más fuerte. Me apoye en la fuente.

—Es que eres tan atractivo, no veía muchos chicos lindos en el pozo donde vivía.—Suspiré. Él no reaccionó ante mi cumplido solo hizo una mueca de desagrado, espero que no sea hacia mi, si este también va a estar con el cuento de que no soy Eileen, le puedo demostrar que soy mucho mejor, tanto que puedo hacerlo caer a mis pies. No debe ser difícil, creo, debo observar un poco más cómo va el asunto de las relaciones, pero primero mi ropa. —Sabes Nathaniel, aparte de no tener modo de deleitar mi visión, tampoco tenía ropa, ¿pero sabes qué es peor? Que aún no tengo.

También me cruce de brazos, él me había prometido ropa y todo lo que yo deseara, en serio, y cito: "Te voy a dar todo lo que deseas", ojalá y fuera tenido una grabadora o uno de esos aparatos modernos para grabar.

—Llamaré para que traigan ropa para ti. —Dijó, Saco de su chaqueta un celular o teléfono, como esa, esos aparatos. Se lo quite de inmediato, no me gustaba esta era toda moderna.

—Quiero escogerla, después de todo es mi ropa.—Sonreí. —Ten guarda tu teléfono, es inútil.

Él tomó su teléfono aún un poco mosqueado por el hecho de que logre arrebatarlo de su mano sin que sus sentido lo vieran venir. Esta se iba a volver una divertida costumbre.

—Mi hermana Freya estará encantada...—Salte sobre el prácticamente, quedamos muy cerca, el no alcanzó a reaccionar.

—Tienes que ir conmigo, ahora.—Susurre, esto crea una mejor atmósfera.—No quiero correr, quiero ropa.

—Aléjate de mi.—Dijo el, sonaba algo parecido al enojo, pero no lo era.

—¿Acaso te pongo nervioso?—Murmuré al mejor estilo de niña inocente.—No, no respondas eso, lo que te provoque será tema para después. Vamos por mi ropa, necesito hablar con todos en unas horas y no puedo andar con ropa ajena todo el tiempo.

Él se veía muy consternado, pero aún así accedió sin hacer comentario alguno. Tomó un auto que de seguro no era de él porque lo encendió de una manera poco tradicional, eso me encantó. El condució fuera de los límites del domo de protección, el cual abrí en la precisa parte por donde tenía que cruzar el auto. Después de eso el camino fue en silencio y sin contratiempos, no había mucho tráfico, debido a que eran las 5 de la mañana o tal vez menos, las tiendas aún no estaban abiertas. ¿Qué iría a hacer? Vaya, esto era emocionante, rompería más reglas.



Siete Semidioses [Saga Siete #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora