Demonio de ojos verdes.

182 48 11
                                    

Adonis estaba que explotaba de la ira. 

Solo le había querido hacer una broma insinuándome pero él había reaccionado muy escandaloso ante el tema. Al final nos encontramos sentados en la mesa principal, el griego exigiéndome una disculpa y yo para nada interesada en lo que él deseaba.

—Eres una neurótica.—Se quejó Adonis. El chocó los cubiertos entre sí, el ruido de metal chocando me atrajó mucho y no se porque. 

Viendo fijamente el cuchillo chocando con el tenedor, salieron algunas chispas por la fuerza imprimida por Adonis. Mi vista fue llevada a una imagen que aprecio de repente en mi vista, reproduciéndose como un trailer, observé que dos espadas chocaron, una de cristal y otra de oro, los que portaban las espadas no fueron mostrados pero reconocí una de esas espadas. La siguiente imagen fue la de una chica morena de ojos azules cubriendo la Mansión Crossbow con un domo de agua y otros tantos jóvenes luchando contra bestias de aspecto raro. Aparte vi unas alas, de color dorado y eran de una mujer por el cabello rubio largo y el cuerpo delgado curvilíneo, tampoco vi el rostro de esta mujer y por último, me vi a mi viéndome en el agua, del agua salió mi reflejo, pero ella tenía algo diferente, sus ojos eran negros y venas rojas palpitaban en ese rostro, sin más esa abrió la boca repleta de dientes filosos y me arrancó el cuello.

Me fui hacia atrás en mi silla. La visión cómo llegó se fue dejando un dolor de cabeza paplpitante. Pero ahí no acabo, el dolor se volvía cada vez más potente.

—Demonios.—Susurró Adonis, Me tomó de la silla y me acostó en el piso. Sacó su celular y marcó a Hades. El dolor empezaba a volverse más latente, tanto así que lo sentía expandirse de mi cabeza a mi cuello, afectando mis ojos, oídos y mandíbula. —¿Meditación? Ella no ha hecho nada de eso, ya te pongo en altavoz, idiota.

La voz de Adonis era molesta y más porque gritaba.

—Mía, trata de mantener la mente en blanco. —La voz de Hades era calmada, es la misma voz que usa cuando me enseñaba esos ejercicios de serenar la mente. Trate de envolverme en la sedosa voz del Dios y me deje llevar por las palabras en latín que casi susurraba, sus palabras eran como seda en los que mis oídos se regodeaban y la calma me llegó como una fina lluvia que logró llevarse el dolor de mi cabeza.

—Gracias. —Casi gemí de placer, el dolor se había ido y solo me quedó una sensación de emoción, se sentía bien.

—¿Tuviste otra visión, cierto?—Pidió Hades. Asentí aunque no podía verme, Adonis colocó el teléfono en mi mano y me lo lleve a un oído.

—Si, está fue más clara que las otras, fue como si todo pasara frente a mi, tan real.—Hablé.—Cuando sueño casi hasta soy consciente de la parte onírica, pero esta vez no fue así, sentía la brisa y la tensión del ambiente.

Hades no dijo nada por un momento, se escucharon varios ruidos de fondo y al final soltó un suspiro algo cansado.

—Nathaniel está en camino.—Informó, abrí los ojos con impresión, intenté levántense pero aún me sentía un poco débil por lo que volví a recostarme. —Te servirá hablar con el, también estaré ahí en un rato.

La llamada se colgó. Adonis me arrebató su teléfono y volvió a sentarse en una de las sillas de comedor, él se dedicó a su celular, así que me ignoraría.

—Están tocando la puerta, ve a abrir.—Mando el rubio.mel no levantó la vista de su celular, no había escuchado absolutamente nada pero él tenía micha mejor audición, así que no me quedo de otra que pararme con todo el mareo del mundo y caminar a pasos de tortuga a la enorme puerta. De seguro Nathaniel estaría del otro lado tan preocupado por mi, y se vería tan encantador.

Siete Semidioses [Saga Siete #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora