¿Y si solo borramos todo?

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Eileen Crossbow POV

Mi reflejo en el espejo me recordaba de nuevo a la chica que empezó todo este gran plan. Mi cabello castaño oscuro, ya no rubio después de una larga exploración de poderes. Mis ojos grises un poco más opacos que antes y mi piel de nuevo pálida por la falta de sol, me sentí como la pequeña Eileen temerosa que entro a la casa de juguetes. Pero esta era la imagen que necesitaba, no necesitaba de un exuberante cabello rubio o ropa incomoda con la cual buscaría llenar un vacío de seguridad, así empecé y así quiero terminar.

He estado jugando con el futuro y la vida de tantos seres, y ha llegado el punto de culminación, de darles su final feliz y obtener el mío. Lo he visto, y los vi a todos ser feliz. No hay nada más que quiera que ver a Elena sostener a un pequeño bebe en sus brazos o ver a Alyda viva y viviendo su vida. Y yo soy capaz de hacer eso. Regresé mi mirada al espejo, puse mi mano en el reflejo y esta fue más allá. Lo atravesé, para hallarme de nuevo en mi dimensión, después de tanto tiempo escondida en una de las realidades alternas. Me recibió mi cuarto en el castillo Crossbow, sentí que la casa estaba completamente vacía, al parecer ya se habían ido.

Recorrí la casa para llegar a los calabozos, donde podía hallar a los ex Delectis en un muy mal aspecto, y eso que tenían un pequeño baño. Algunos voltearon a verme, otros simplemente siguieron haciendo nada.

—Les ofrezco el perdón si pelean de mi lado. —Comente. Todos se levantaron de inmediato, sonreí internamente, por más cruel que suene, algunos de ellos se irán como carne de cañón. —Les informo que los matare si intentan algo en contra de los míos, ¿Entendieron?

Ellos asintieron al mismo tiempo, el tiempo juntos les vino bien. Los liberé y los hice preparar, tampoco irían conmigo luciendo como unos vagos que recogí de la calle. Les dio tiempo hasta de comer algo más interesante que lo que habían estado recibiendo durante este tiempo. El tiempo rindió dado a que, a esta hora, los chicos debían de estar dividiéndose, aquellos que irían con los de la profecía y los que ayudarían con el atraco al monte Archaic. Los Ex Delectis al estar listos me quedaron viendo para saber mi siguiente movimiento. Alcé una mano y la sacudí un poco, un humo blanquecino los rodeo y se les introdujo por las fosas nasales.

— Con esto sabré que traman y podre asesinarlos con un chasquido de mis dedos sin importar donde estén. —Explique. —Ahora, vamos.

Me transporte a las afuera del Monte Archaic junto con mis acompañantes. El panorama no era nada lindo, mis amigos del consejo luchando contra algunos Dioses, con ayuda de otro Dioses. La verdad la visión no era alentadora. Tome mi daga de cristal, la real, y la sostuve en mi mano, materialice una lanza y la lance directamente a la cabeza de una Diosa de cabello increíblemente largo que estaba por apuñalar a Rodio por la espalda. La Diosa quedo incrustada en la pared de uno de los templos del fondo con tanta fuerza que este se vino abajo.

Rodio que fue el primero en darse cuenta de mi presencia me miro confundido, lo más probable es que se preguntaba que hacia la speculo luchando acá cuando a ella le había tocado ir a ayudar a derrotar al golem. Le señale al frente donde casi es atacado por un Dios menor, mande a los Ex Delectis a ayudar, mientras esperaba que regresara mi daga y me desaparecí de ahí. Me encontré de frente con Nyo que salto hacia atrás asustado, lo abrace impulsivamente echándolo hacia atrás. El me devolvió el abrazo y suspiro.

—Pensé que no aparecerías. —El susurro. Aspire su aroma dulzón por última vez y nos impulse a levantarnos. Le sonreí con dulzura.

—Sabes que cumplo mis promesas siempre. —Respondí. Alguien tosió con falsedad a mi espalda, me gire para ver a Alexander con los brazos cruzados.

—Estamos a punto de ser atacados, Eileen. —Gruño el nuevo rey de los Demonios. —¿Puedes por un rato ser coherente?

—También te extrañe, idiota. —Me mofe. Mire la proyección del Reino de infra Eos a tiempo real que se formaba sobre la mesa de la oficina de Alexander. Reconocí a Hecate entre las diosas que estaban por tumbar las rejas mágicas que separaban a Infra Eos del inframundo griego. —Ataca, esta unión de Súcubos y demonios, no creo que se vaya a dejar derrotar tan fácil.

El anterior Rey de los Demonios puso el grito en el celo cuando se enteró que su hijo había reconocido a los Súcubos como igual a los demonios, pero no le quedo más nada que aceptar lo que su hijo hacía.

—Nathaniel te está esperando, apúrate. —Gruño Alexander. —No quiero tener que lidiar con una guerra en mi primer año de mandato.

Asentí y desaparecí, no sin antes mirar a Nyo por última vez. Volví a aparecer en Tristán de Acuña, desde la parte alta de la concentración de las pocas casas que había en la isla. Los habitantes habían sido evacuados por preocupación de un tsunami, por lo que la isla solo estaban mis guides y los de la profecía, hasta Derek estaba aquí, Katherine y mi speculo. Había llegado en el momento indicado, donde el Golem se despierta desde las profundidades y sube a la isla, era un enorme hombre que se quejaba con cada movimiento, con cada mano podía abarcar la anchura de una casa.

Sentí el miedo de algunos, solo algunos estaban tranquilos, siendo la Speculo y Nathaniel. Brett dirigió todos los ataques de los humanos y los semidioses al mismo tiempo. Todos usaban lo que podían contra el golem, pero no se quedó ahí porque dos Deidades también salieron del mar, de rasgos asiáticos se dispusieron a atacar, y ahí todo fue cuesta abajo.

—Ya era hora de que hicieras aparecer. —La voz a mi lado me hablo. —Estaba desesperada.

Puse mi mano sobre su hombro, y miré al perfil de la rubia. Alyda me volteo a mirar y se veía preocupada.

—No llegaremos a ver el final de este día, no te preocupes. — Suspire. Alyda sonrió feliz y se apartó de mi para alzarse en el cielo con ayuda de unas grandiosas alas que se desprendieron de su espalda, un lindo don sin dudas. Y estando la última humana bendecida, el golem no seria problema.

La aparición de Alyda dejo a más de uno anonado, pero ella llego con algo claro, derrotar al golem. Mi speculo y Nathaniel, fueron capaces de ocuparse de uno de los Dioses, los demás seguían luchando y esto tomaría bastante tiempo, así que procedí a sentarme en el pasto húmedo. Dos presencias se aparecieron, una a cada lado. Kyle y Laquesis.

—En unos minutos, el tiempo será tuyo. —Laquesis recordó.

—Probablemente no nos volvamos a ver. —Murmuró Kyle. Asentí, del ya me había despedido y le había agradecido todo lo que había hecho por mí, por ser un gran amigo.

—Estaremos mejor. —Susurre. Ellos desaparecieron y cuando vi caer al golem derrotado, después de lo que fueron dos horas aburridoras. El grupo se relajó después de que el cielo crujiera con truenos. Algunos celebraron abrazándose, como Anthony que abrazo a Alyda, la cual se lo recibió, pero lo aparto al momento. Ella no estaba feliz con que el solo la quiso después de muerta.

—¿No es maravillo? —Pregunte apareciendo ante el grupo. Las reacciones variaron en cada cara y más de uno se puso pálido, algunos miraban entre la speculo y yo. —Lo han logrado, estamos todos aquí de nuevo, junto con estos nuevos compañeros. ¿No es así, Nathaniel?

El asintió y tomo de la mano a Katherina, la cual estaba muy confundida. Sonreí, y la Speculo golpeo a la pelirroja por la espalda, dejándola inconsciente. Ahora sí, todos estaban de no creer lo que pasaba.

—Eileen, en verdad eres tú. —Dijo Brett. Los demás aun en estado de shock no sabían que hacer ni a donde moverse. Me adelante al cuerpo inconsciente de la pelirroja, puse mi mano en su pecho y absorbí su esencia, ella no era más que eso, así que el cuerpo quedo como una cascara, fría e inerte.

—¿Por qué has hecho eso? —Pidió Elena. —Eileen, ¿Qué está pasando?

—Todos aquí merecen algo más que esto, y solo este era el momento en el que el tiempo está dispuesto a cambiar. Por eso el día de hoy, manipulare la realidad para reacomodarla y darnos así una vida, una que si podamos vivir y no luchemos por sobrevivir. Les sonara egoísta, pero los he visto ser felices, más de lo que serán con la realidad de esta manera. Confíen en mí. —Explique. —Espero que podamos encontrarnos en nuestra otra vida.

Los miré a todos reunidos por última vez, con el viento a fuerte y las enormes olas rompiéndose en los acantilados del fondo, el cielo gris y encapotado, junto con el sonido ensordecedor de los truenos y aplaudí.

¿Han escuchado ese pitido que queda cuando no hay ningún ruido? Solo imagínenselo amplificado. Por un momento vi todo mi trayecto como Delecti pasar ante mis ojos y después solo fue oscuridad, después de aquí no recordaría haberlos conocido, nadie recordaría nada de lo vivido, nuestras vidas serian rehechas para que se encaminen a un mejor futuro. 



Siete Semidioses [Saga Siete #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora