Arianna había visto desde sus habitaciones la transmisión del intercambio entre la capitana y su contraparte en la nave que las había contactado. No se le había permitido estar en el puente durante la transmisión ni después de ésta, así que se había perdido todos los detalles que podría haber captado si se hubiera encontrado entre las integrantes de los altos mandos antes de cortar la comunicación. Se había auto impuesto permanecer aislada durante todo ese tiempo, para luego tratar de averiguar algo de primera mano, pero sus amigas estaban demasiado emocionadas por los acontecimientos como para permanecer tranquilas. Entraron al camarote sin dejar de parlotear, eran cuatro y una vez dentro, se desperdigaron en el pequeño espacio de aquella habitación. Habían presenciado toda la conversación en uno de los puntos de reunión favoritos, la sala de juegos, pero no les había quedado ánimo de permanecer ahí, tenían que hablar entre ellas, en un ambiente de confianza.
‒ Eran ciertos los rumores ‒dijo Kary una joven de cabello lacio y negro que tenía una nariz aguileña que le daba un aire atractivo muy a su manera. Se acomodó en el borde de una de las literas inferiores. Hizo la afirmación como si las demás no tuvieran la capacidad de darse cuenta de lo que habían presenciado‒. La nave con la que nos topamos no es alienígena. La tripulación está formada por humanos, descendientes de los primeros pobladores de la Tierra.
‒ Técnicamente, son alienígenas ‒corrigió Alenia, otra de las compañeras de habitación que se encontraba sentada en el suelo, con las piernas cruzadas.
Todas voltearon a ver a la chica bajita y musculosa, pero pragmática que era Alenia. Su comentario no les pareció gracioso a sus compañeras, aunque la intención no fuera bromear, pues se caracterizaba por hacer afirmaciones lógicas, lo que, para el carácter humano en general, daba la impresión de ser una pérdida de tiempo.
Gabbi, una chica que parecía hermana gemela de Kary, pero con una nariz pequeña, mejillas ligeramente más llenas y piel más blanca, expuso la inquietud que muchas de ellas tenían y no se atrevían a decir en voz alta.
‒ Supongo que lo notaron, ¿verdad?
‒ ¿Notar qué? ‒dijo Kary
Alenia se había contagiado del discurso directo de Gabbi como para soportar la falsa ingenuidad de su amiga.
‒ ¿Eres estúpida o mentirosa? ‒dijo molesta‒. Todas lo notamos y nadie dijo nada. Solo vimos hombres en la otra nave durante la transmisión.
Nadie la contradijo, con lo cual aceptaron que también se habían dado cuenta y no se habían atrevido a tocar el tema. Una vez hecho esto, el asunto explotó como si alguien hubiera pisado una mina.
‒ ¿Serán hostiles? ‒dijo Aria, una chica que estaba sentada al borde de una silla, apoyando el mentón en un puño y con las piernas cruzadas con fuerza, como si estuviera aguantando las ganas de ir al baño‒. Lo único que dicen los libros es que no se sabe mucho de ellos.
‒ ¿Y qué hay de su tecnología? ‒cuestionó Kary, aunque era lógico que nadie podría aclarar sus dudas‒. ¿Dónde la obtuvieron? Su nave tiene cierto parecido con la nuestra, como si fueran malas copias de un solo original.
‒ ¿Qué tan diferentes creen que sean de nosotras? ‒lanzó la pregunta al aire Gabbi‒ ¿Serán violentas o pacíficas?
‒ ¿Violentas o pacíficas? ‒Arianna entró en la conversación.
‒ Sí, ¿no crees? ‒Gabbi se explicó‒. Podrían haber formado una sociedad belicosa...
‒ Mi pregunta no es esa ‒Arianna no dejó terminar la frase.
‒ ¿A qué te refieres? ‒se extrañó Gabbi.
‒ Al género ‒Arianna se esforzó en dar énfasis en algo que, al parecer, no era tan evidente‒. Violentas o pacíficas. ¿No saben de historia? La humanidad inició su historia, de hecho, vivió la mayor parte de ella, separada por dos géneros: hombres y mujeres.
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Dos mundos
Science FictionMilenios atrás, la humanidad se dispersó por la galaxia. Cientos de planetas colonizados quedaron aislados. Ahora, Antares es un planeta habitado solo por mujeres; en Cygnus III, la población está conformada solo por hombres. Ambas civilizaciones so...