Prólogo

7.6K 430 3
                                    

                                                                      Sin Promesas

                                                               (By: Adriana Rangel)

Prólogo

_ ¿Estás segura de lo que vas a hacer, Amelia?_ me preguntó Valerie al verme tan decidida._ ¡Vas a romper su corazón!

_ Es mejor romper su corazón, que decirle esta verdad que le dolería aún más. ¡No soy quien el cree que soy!... ¡No soy quien él realmente debería amar! ¡No soy Michelle McAdams!

_ Entonces, es cierto que te enamoraste de George._ Expresó Kevin algo enojado, al entrar en aquella habitación, sin tocar la puerta_. No podía creerlo de ti. De la mejor de mis agentes secretos._ se acercó al escritorio y colocó sus manos en aquel escritorio, aún sin apartar la mirada de mis ojos avellanas_. Él era tu misión secreta, ¿acaso te olvidaste de eso, antes de colocar tus sentimientos, Amelia?

_ Kevin..._ expresé sorprendida, sin saber que más decir.

_ Te elegí a ti para que estuvieras a su lado, con tu personalidad secreta, sabiendo que eso no causaría ninguna sospecha... ¿Cómo se te ocurrió enamorarte de verdad de él? ¿Acaso se te olvidó que debemos protegerlo y estar enamorada no te hace estar concentrada en tu misión?

_ Sé todo eso... Lo sé. He fracasado, lo sé...

_ ¡No es la respuesta que esperaría de un agente secreto, menos de ti!... Eres una excelente agente y me lo has demostrado en otra misiones en las cuales he necesitado tu apoyo._ respiró profundamente, pasándose al mismo tiempo, la mano derecha por la frente_. No sé que pensar... ¿Sabes cuánto significaba esta misión? ¿Cuánto significa al estar la vida de un inocente en peligro?...

_ No tienes que preocuparte. Desapareceré de su vida... Le haré creer que he muerto... como lo he hecho en otras misiones donde desaparezco por que lo amerita.

_ ¿Le harás creer que has muerto? ¿Me podrías explicar de qué manera, señorita Ramirez?_ agregó sin ocultar su irritación_. ¿Y con qué autorización?... Yo no se lo he autorizado, ni lo he puesto de plan en esta misión. Te necesitaba viva. ¡¿Puedes comprender eso?!... Eras más valiosa viva, haciendo que él te tuviera confianza y se enamorara de ti. ¡No tú de él!... Era un papel que debías cumplir para protegerlo...

_ Kevin...

_ Señor Lawrence... _ expresó secamente_. Acabo de recibir un nuevo informe de quienes me contrataron para protegerlo... Ha recibido una nueva amenaza de muerte. ¿Puedes comprender ahora mi enojo y la impotencia que todo esto me ha dado? ¿Con quien voy a contar si no es contigo? ¡Él necesita estar con alguien que le pueda brindar protección, sin que sepa que está con alguien que lo esta protegiendo!... Es por su seguridad....


     Mi corazón se estremeció al escuchar aquellas palabras. Mi mundo ahora se caía en mis pies, sin poder pensar como solía hacerlo tan fríamente en otras misiones. Me había involucrado más de lo que mi ética me lo permitía y ahora tenía que dividirme entre quien era en realidad y quien debía ser junto al famoso empresario George Carter.


    Desde muy joven había conocido el significado de perder a quien se ama. Lo había vivido en carne propia, al ser una de las pocas sobrevivientes de un trágico accidente automovilístico, en donde murieron mis padres y mi único hermano, quedándome sola en la vida, cuando apenas contaba con diecinueve años.


    Rememorar aquel pasado y traerlo a mi presente era lo más doloroso de mi vida. Tal vez por ese motivo me había alistado al grupo secreto al cual pertenecía, cuando me habían elegido como candidata hacia más de tres años. Sin permitirme a mí misma pensarlo dos veces. Tal vez deseaba evitar que otros seres inocentes perdieran a sus padres o a sus seres amados, en una misión peligrosa. Deseaba tanto llenar aquel vacío que ahora estaba en mi alma.


    Después de la conversación con Kevin (si es que se puede llamar así), decidí darme un pequeño "Break" y regresar a mi apartamento. O es mejor decir, al apartamento de quien debía ser ante George Carter. El apartamento de Michelle McAdams.


    Los pensamientos me aturdían. Pensar no me dejaban. Estaba dividida en dos seres distintos. En quien era realmente, y en quien debía ser. "¿Cómo había olvidado mi misión? ¿Cómo había roto las reglas que debía cumplir fielmente como agente secreto? ¿Cómo me había enamorado de quien debía proteger?" eran preguntas que me hacía sin encontrar una respuesta satisfactoria.


    Pronto me acerqué al baño. Necesitaba tomar una ducha. Aquella noche tendría un nuevo encuentro con George en privado, en un restaurante elegante. No obstante, al soltar mi cabellera rubia, no pude evitar mirarme en el espejo. Algo en mí era aún más diferente. A mis veintiséis años, el coraje y la frialdad a tomar una decisión de rigor había vacilado por primera vez. Haciéndome ver cuánto empezaba a afectarme lo que sentía por él.


_ ¡Oh Amelia!... ¿Dónde te fuiste?_ me pregunté, mientras me miraba al espejo, recordándome que para George, yo tenía veintitrés y que era menor que él, por dos años. Cuando la verdad era que yo era mayor que él, por un año.


    Media hora después...


_ ¿Estás ocupada?_ me preguntó George, al llamarme algo preocupado.

_ No... no lo estoy. ¿Sucede algo?

_ No. Solo que no te vi por la galería hoy en la tarde y pensé que había sucedido algo. Me dijeron que después de recibir mis flores y mi nota saliste de urgencia. Me informaron que al parecer se te había presentado un imprevisto...Me preocupó saberlo. No es lógico en ti...

_ Hmmm... No era nada importante._mentía, aquella nota me había puesto entre la espada y la pared. Sus palabras me habían herido, sin el saberlo o esperárselo de mí. Me habían hecho sentirme asfixiada. No me amaba a mí, sino a alguien ficticio. A una Michelle que jamás existiría.

_ Pensé que por ese motivo no aceptarías mi invitación a cenar.

_ ¿Cómo crees que sería un impedimento?_ expresé como si la que hablara fuera Michelle y no yo. Me mentía a mí misma y le mentía a él. Me sentía asqueada por eso. Me odiaba, aunque sabía que lo hacía por su bien. Él debía tenerme confianza, para poder yo protegerlo.

_ Me alegra saberlo... _ se detuvo un momento y guardó un corto pero intenso silencio. Había empezado a observar algo extraño en mi tono de voz. Hizo un leve movimiento con la cabeza y sonrió al decirse que estaba equivocado. Pronto prosiguió con la conversación._ Te amo Michelle... Paso por ti a las 7:00 PM.


   Colgó después de aquello. Me sentí aún más inquieta por todo aquello. ¡No era Michelle McAdams! ¡Ella no existía!


_ ¡No soy ella! ¡Mi nombre no es ese!... ¡¿Michelle?!_ exprese aún más molesta conmigo misma, mientras una lágrima bañaba mi rostro.

Sin PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora