Capítulo 5

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Capítulo 5

   Después de dejarlo en la sala. Entré a mi habitación y cerré la puerta. Él ya sabía sobre aquella amenaza que me incluía a mí... ¿Y ahora tendría un guardaespaldas? "¡Sí, claro! Uno que se haría pasar por mi guardaespaldas, para no verse tan obvio. Uno igual que yo. Un agente secreto. Sin que George lo supiera." Me dije tristemente al instante en que me sentaba en mi cama.


   Tantos pensamientos aturdieron mi mente en un pequeño instante, que para mi ser fue eterno. Incluyendo aquella llamada a mi celular pocos minutos después.


_ Sí, he decidido que se quede aquí esta noche._ le expresaba a Kevin en un tono serio._ ¿Y no pretendas que ponga primero mi ética personal como agente, antes mi ser humano?... Ha sido muy duro para él saber que me han amenazado a mi también... o mejor dicho, a "Michelle McAdams".

_ Amelia, ese no es tu problema.

_ ¡Si lo es!... ¿Cómo se te ocurre decir que no es mi problema?..._ expresé en un tono fuerte, al estar molesta, sin percatarme en el tono de voz con que le hablaba a Kevin_Es mi problema.

_ Te advertí que no te enamoraras de él... Te advertí que no inmiscuyeras tus sentimientos._ expresó segundos después, no en un tono de reproche, sino como buscando la razón del por que había querido que me mantuviera alejada emocionalmente de él_. Temía a que ocurriera esto... Y ahora...

_ Seré Michelle McAdams para él hasta el final. ¡Total! Tarde o temprano "Ella" tendrá que salir de su vida. Desaparece para siempre..._ respiré profundamente, antes de calmarme_. En eso estoy más que clara. Yo nunca existiré en su vida... Jamás has tenido un motivo para sacarme de una misión, y mucho menos en ésta... No te preocupes. Haré mi trabajo perfectamente._una lágrima bañó mis ojos.

_ Amelia... No me juzgues por ser tan duro contigo. Algún día me agradecerás...

_ Tal vez...


   Allí concluyó aquella conversación.


   Antes de regresar a mi cama. Abrí un poco la puerta de mi habitación, observando a George dormir tranquilamente, grabándome aquel instante en mi mente, pues sabía que todo aquello llegaría pronto a su final. Tal vez más rápido de lo que me lo imaginaba, mi ser desaparecería de su vida.


   Al despertar, hallé a George en la terraza de mi apartamento. Su mirada se encontraba algo pérdida, a causa de todo aquello que lo asfixiaba.


_ ¿Sucede algo?_ fue la pregunta más tonta que se me ocurrió. No obstante, fue la única manera que pude acercarme a él.

_ Pensaba en todo esto en lo que se ha convertido mi vida... Y ahora...

_ George, no te preocupes más. Estaremos bien...

_ ¿En verdad no sientes miedo?... ¡Por mi culpa también te han amenazado a ti!

_ Por supuesto que siento miedo. No soy de hierro... Sólo que no le daré el gusto a nadie de verme frágil._ lo abracé, sin importarme si nos vigilaban desde otro lugar algún agente secreto._ Estando contigo me siento fuerte...

_ Michelle... Eres tan maravillosa, que a veces creo que te sueño.


   "Michelle", sí, eso era en su vida.


_ ¿Qué podría decirte?..._sonreí, sintiéndome una mentira. La peor mentira dicha en la vida.

_ Solo una cosa..._ buscó mi mirada, sin entender por qué pensaba en eso_ Prométeme que jamás te iras. Que te quedaras cerca de mí.

_ ¿Por qué me dices eso?

_ Por qué he empezado a tenerle miedo a una sola cosa... A tu ausencia. Michelle, te necesito en mi vida.


   Él me abrazó fuertemente. Sentía su cuerpo muy cerca del mío, haciéndome sentir pérdida en dos vidas. Una que me pertenecía y él no conocía. Y en otra que él conocía y la cual no me pertenecía.


   Desayunamos amenamente. Yo había preparado aquel desayuno, mientras él me observaba detalladamente. ¿Por qué no se atrevía a proponerme matrimonio en ese momento?, se decía, sintiéndose tan tonto. Sabía que ese mes lo haría, en un lugar romántico. En un instante que fuese mágico para ambos.


_ Cocinas muy bien...

_ Gracias..._ sonreí algo sonrojada, mientras disponía levantarme de la mesa.

_ Déjame ayudarte... Te he quitado tanto tiempo.

_ No lo has hecho..._ le sonreí, sintiéndome que moría a cada instante. Tarde o temprano desaparecería de su vida, y jamás volvería a saber de él_. Te amo, George.


   Pronto esperó a que me arreglara. Imaginándome a su lado, como la futura señora Carter. ¿Acaso podría ser real?


_ El sábado debo asistir a una reunión de empresarios. Me agradaría que me acompañaras.

_ ¿El sábado?...Mmm, sí, claro que sí.


   Besó mis labios, antes de yo bajar de su automóvil. Sonriéndome como solía hacerlo. 

Sin PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora