Capítulo 3

3.8K 366 1
                                    

Capítulo 3

   Tal vez a eso se había reducido mi vida... a siempre perder lo que más amaba. La resignación se había apoderado de mí, al sentir que mi vida sólo era eso...


   Valerie guardó aquel secreto para sí. Aún cuando en ocasiones era como mi conciencia, en aquel momento y en aquellas circunstancias, me escuchó sin darme sermones de cual debía ser mi manera de pensar. Más bien, fue mi paño de lágrimas, ante aquel sentimiento que me hacía daño.


   Después de aquella conversación, dejé que pasaran aún más días de los que mi ser había previsto. Un mes había pasado en mi vida, sin permitirme respirar ni un instante.


_ ¿En qué piensas?_ me expresó George, mientras caminábamos por el Hyde Park, después de almorzar juntos. He de confesar que había sido un gesto hermoso de su parte, haber tenido aquella iniciativa. El otoño pintaba los paisajes de aquel lugar.


_ ¿Yo?..._ expresé como si no fuera cierto_. En nada. Creo que han sido ideas tuyas._ sonreí un poco antes de apartar mis ojos de su mirada.

_ ¿Estás segura?...Sí te sientes incómoda a causa de mis guardaespaldas. Les diré que se marchen...

_ No... No lo hagas._ le dije algo nerviosa. Aquello sería la peor tontería_. George, te juro por lo que más amo... por lo más sagrado de mi vida, que estoy bien. ¿Crees que sería capaz de mentirte?_ "¿Qué decía?", me dije a mí misma. "¿Acaso no era obvia la respuesta?" ¡Le estaba mintiendo una vez más y me mentía a mí  misma!

_ Tienes razón... Desde que te conozco, me has demostrado que eres sincera conmigo.

_ Entonces, ¿Por qué tus dudas?_ "¿Qué dice, Amelia? ¡Cállate!", me dije al detenerme_. Lo siento... No sé que me pasa. Parezco una niña estúpida...

_ Mmm...No digas eso._me expresó al mirarme fijamente, con dulzura, mientras rozaba suavemente mi rostro_. ¡El tonto he sido yo por pensar cosas que no son! ¿Acaso me perdonas?

_ Mi corazón no me perdonaría si no lo hago..._ susurré, y él se acerco más a mí, hasta el instante en que sentí sus labios.


    No lo besé como Michelle, sino como Amelia. Lo amaba tanto, que no podía evitar aquello.


_ ¿Cuántas veces te he dicho que te amo?_dijo al abrazarme, haciéndome sentir que no sé lo decía a Michelle, sino a mí. Aunque fuese una sola vez.

_ No lo sé... Ya he perdido la cuenta._sonreí mientras mis mejillas se sonrojaban.

_ ¿Puedo decirte una cosa?_ expresó al ver una pareja joven junto a su pequeño bebé. Me percate de eso al seguir su mirada, suponiendo aquello que quería decirme.

_ Mmm... sí. Por supuesto.

_ Me gustaría vernos algún día así.


   Aquello me hizo reaccionar. Devolviéndome a aquella cruel realidad que me decía: "Tarde o temprano despertaras. Nada de esto es real".


   Aquel otoño en Londres. Aquel camino que debía continuar, a pesar de mis miedos y todo aquello que ahora formaba parte de mí. Siete meses me unían a George, separándome al mismo tiempo de él. Era lo que tenía en mi mente. "¿A dónde podía llegar con todo eso? ¿Y hasta cuando lo soportaría?" eran preguntas que me seguían.


   Al recordar mi pasado, antes de que mi vida cambiara por completo, sólo estaban aquellos instantes en que había decidido estudiar Artes, desde que salí de la preparatoria y cuanto mis padres me ayudaron con esa decisión, aún sabiendo que debía mudarme a otro estado para encontrarlo. Desde muy joven había empezado a pintar. Era una de mis grandes pasiones. Tal vez por ese motivo, Kevin me había elegido en aquella misión. Yo más que nadie encajaba en todo aquello. Más que nadie, mi ser podía defenderse de cualquier tema que se refiriera a Arte en general. Yo era una experta en pocas palabras.


  Una mañana, un colegio tenía una especie de visita en aquella  galería en la cual yo trabajaba. Su guía iba a ser yo. Algo que me encantaba. Algo fuera de lo rutinario era fabuloso para mi ser. Me encantaba escuchar lo que percibían, en cada uno de los cuadros. Algunos de ellos tenían muchas ocurrencias, que hasta lograban hacerme reír.


_ Por lo visto, estás un poco ocupada._me expresó George al acercarse a mí. Tomándome por sorpresa, antes de terminar aquella guía.

_ Hola..._ sonreí_. Niños, les presento al dueño de este hermoso lugar._ expresé al instante en que tomaba la mano de George. Observé las sonrisas de los niños, encantados al saber aquello.

_ Hola niños... Soy George Carter..._expresó apenado.

_ Digan: "¡Hola Señor Carter!"._ expresó su maestra, feliz al ver lo contentos que estaban sus alumnos.

_ ¡Hola Señor Carter!_ dijeron todos.

_ Bueno, me ha encantado haber sido su guía el día de hoy... He tenido a unos muy simpáticos amadores de artes._ expresé al instante en que me despedía de ellos_. Espero tenerlos de nuevo  de visitas... Serán siempre Bienvenidos.

_ Señorita McAdams, ¿Podría decirle algo?_ expresó un niño de nueve años.

_ Sí, por supuesto._ expresé sorprendida.

_ Es usted muy bonita... Es la más hermosa guía que he visto. Tome... le obsequio esta rosa blanca que era para mi mamá.

_ Mmm... Gracias._ agregué al tomar aquella rosa, mientras mis mejillas se ruborizaban. Al mismo tiempo, que recibía un beso en la mejilla de aquel pequeño caballero.


   Me despedí de aquel grupo, sintiendo la mirada de George en mí.


_ ¿Qué sucede?_ le pregunté apenada.

_ Nada... Solo que me he percatado que me ha salido competencia._ se sonrió al hacer un gesto, que también me hizo sonreír.

_ ¿Eso crees?... Mmm...No me había dado cuenta.


   Quien le respondía y le sonreía era Amelia. No Michelle... Era algo que mi ética me prohibía. Pero por más que lo evitara. Fingir lo que no era, no podía. Y aquello le permitía a George conocerme a mí... A la Amelia que se ocultaba detrás de la imagen de "Michelle McAdams".


_ Cada instante me doy cuenta del hermoso ser humano que eres... Cada vez percibo que existen muchas cosas que admirar de ti...


   Una luz roja me advirtió a lo que se refería. Estaban perdiendo la imagen sofisticada y algo presumida de Michelle, haciéndole verme a mí.

Sin PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora