Sin Promesas

Capítulo 14

Capítulo 14

   Lo vi levantarse del sillón y dirigirse a las estanterías a uno y otro lado de la chimenea. Lo vi detenerse allí y observar aquellas fotos de la familia que yo había perdido. No había ninguna foto mía.

_ Yo también perdí a mi familia._ me dijo, después de romper aquel silencio. Mientras yo seguía sentada en mi sillón. Temía acercarme a él y sentirme aún más vulnerable_. No imagina cuanto dolor sentí se pérdida._ agregó al girar y buscarme con la mirada_ Tal vez por ese motivo volví... Tal vez por que al conocer su historia, recordé la mía propia. 

  No supe que decir. Yo conocía su propia historia. Lo había visto llorar al recordar aquello, cuando yo era "Michelle" para él.

_ Lo lamento..._ solo pude decir.

   Él respiró hondo al acercarse de nuevo a mí.

_ No quería hacerla llorar... No vine con ese fin._ dijo al ver que me quitaba los lentes y secaba mis lágrimas.

   Aquellos ojos avellanas le hicieron revivir a "Michelle". Aquellos ojos y aquel rostro tenían algo en común. Sin embargo, éramos dos personas distintas.

_ Lo siento... No ha sido fácil para mí._ dije, sintiendo que moría en aquel instante. Estaba tan cerca de él y yo no podía decirle nada.
_ Mi madre amaba pintar. Era su hobbies. Tal vez ella quien me hizo amar el arte._ sonrió, mientras observaba mis manos_. Tengo una galería en Londres en honor a ella... Allí fue donde conocí a esa persona que me enseñó a nunca rendirme._ se detuvo, mientras buscaba una vez más mis ojos. Se refería a "Michelle", si a ella_. Ella también amaba el arte.
_ ¿Se refiere a Michelle?_ le pregunté. No sé por qué lo hice_. ¿A la señorita de quien me habló la última vez que hablamos?
_ ¿Michelle? ¿Cómo sabes su nombre?_ expresó sorprendido_. Yo nunca dije su nombre._ De eso él estaba más que seguro.

   Había metido la pata hasta el fondo. En aquel instante, lo sabía. Él nunca había dicho su nombre.

_ Si lo hizo... ¿Acaso no lo recuerda?_ dije para remediar lo dicho_. ¿O como lo sabría, Señor Carter?
_ Estoy segura que no lo hice... Nuca mencioné su nombre.
_ Entonces, ¿De qué otra forma lo supe?_ lo miré haciéndome la ofendida_. ¡Dígamelo!
_ Perdóneme, tal vez tenga razón... ¿De qué otra forma lo hubiese sabido?_ expresó al sentir que me había hecho enojar.

   Miró nuevamente mi rostro, mientras mi persona hacia un gesto que se le hacia tan familiar. Se quedó observándome sin decir ni una palabra.

_ ¿Conoce Londres?_ me preguntó buscando nuevamente mi mirada.
_ ¿Londres?... Mmm... Solo por fotos. Nunca he salido de Los Estados Unidos._ mentía por el bien de ambos.
_ Debería ir algún día... En otoño es aún más hermoso.
_ Tal vez... Tal vez... Pero amo fielmente el otoño de carolina del norte._ mentía. Una parte de mí recordaba aquel otoño en Londres junto a él... aún siendo un disfraz en su vida, sin él saberlo.
_ Si alguna vez va, no dude en ir a mi galería. Será una invitada muy especial.
_ Lo tendré en cuenta.

   Miró una vez más mis ojos, sintiéndose tan extraño. Estaba consciente de muchas cosas, menos de una. De porque ellos le parecían tan familiares.

   Se levantó de su asiento, mientras yo hacia lo mismo. Sabía que ese era nuestra despedida. Una despedida por el bien de ambos.

_ No le quitare más tiempo. Creo que ya la he asfixiado con mi presencia.
_ No... No lo ha hecho. Y una vez más le agradezco su interés por la artista que hay en mí. No obstante, he tomado una decisión y no pienso cambiarla.

   "Aquella manera de hablar. ¡Oh dios! ¿Qué tenía que le llegaba al alma?", se decía al mirarme, al instante en que nos deteníamos en la puerta. ¿En verdad solo había ido con el fin de convencerme? Se preguntaba al no saber que había en mí y en aquellos ojos que lo confundían más.

_ Fue un gusto conocerle...
_ Expreso lo mismo. Adiós, señorita Amelia..._ tomó mi mano y me sonrió, antes de marcharse.

   El corazón se me hizo pedacito, mientras un nudo se formaba en mi garganta. El aire se escapaba de mis pulmones, haciéndome sentir desvanecida de mí misma. Aquel era el final. Sí, el final de todo.

   Lo vi alejarse una vez más de mi vida. Sintiendo que se me iba el alma en eso. Sabiendo, al mismo tiempo, que hacia lo correcto.

   No tenía el mínimo derecho de remover las aguas de los recuerdos. Ya no era quien... Y mucho menos, cuando él estaba comprometido con otra. ¡Cuando estaba por casarse con Isabella Fisher!