Capítulo 2

4.3K 365 0
                                    

Capítulo 2

   Al final de la noche, George me llevó de regreso a mi hogar, a ese en donde vivía desde hacía seis meses. Abrió la puerta del copiloto y me ayudó a bajar, extendiendo su mano derecha con tanta caballerosidad.


_ Gracias por brindarme una hermosa noche junto a tu compañía._ me expresó con una dulce sonrisa. ¡Cuánto amaba verlo sonreír así!

_ Eso debería decirlo yo..._ agregué con picardía. Actuando mi gran papel de siempre.

_ Mmm..._ sus ojos verdes me contemplaron aún más, como si intentaran estudiar mi alma_. Entonces, será lamentable que siempre lo diga yo de primero. Desde que te conocí, es lo que he amado privadamente.


   George buscó mi mirada, buscando mi reacción ante aquellas palabras. Por lo que me limité a sonreír y a besarle. Besarle siendo "Michelle" y no Amelia. Sintiéndome culpable de no poder decirle que no era justo que se enamorara de mí.


   Pronto, a lo lejos, visualicé que alguien nos vigilaba dentro de su propio automóvil. Por lo que sabía que era momento de despedirme de él. Ya había sido suficiente aquella noche.


_ Es hora de que me marché... Ya es muy de noche y mañana me toca trabajar._ le exprese a George al rozar sus mejillas suavemente, como si de esa manera me despidiera de él.

_ Soy el dueño... Yo...

_ No me gusta abusar de la generosidad que me ha dado la vida..._coloque mis manos en sus labios, mientras lo miraba dulcemente."¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?", me dije antes de besar sus labios nuevamente_. Gracias por ser tan especial conmigo. ¡Qué tengas una feliz noche!


   George hizo una especie de puchero, antes de decidirse partir.


_ Lo dudo... Sin ti, lo dudo. Lo único que me anima es saber  que mañana será otro día. Y que te veré de nuevo...


   Desde el inicio de aquella "relación", jamás le había permitido quedarse en mi apartamento. Ni yo en su mansión. Aquel era el limite que mi ser le había impuesto a todo aquello. A pesar de que podía fingir en cualquier misión algo que no era real. Mi integridad personal era aún más valiosa para mí. Mi cuerpo no tenía precio. Y si debía entregarme a alguien, me entregaría siendo yo a quien amara.


   Pronto vi a George  subirse en su automóvil nuevamente. Escuché el sonido del motor cuando prendió su automóvil, antes de despedirse de mí. Esperé a que él cruzara por otra calle, hasta no ver más a su automóvil.


   Mi celular sonó en aquel momento.


_ Has hecho un buen trabajo por esta noche, Amelia._ me había expresado Kevin_. Ahora estará a mi cuidado hasta que llegue a su hogar...

_ Lo sé..._expresé antes de colgar.


   Sí, aquel que nos vigilaba era Kevin. Y no era la primera vez que lo hacía. Aquel trabajo también le correspondía a él. No siempre mi persona podría estar a su lado como si fuese una sombra.


   A la mañana siguiente, me había enterado que se había vuelto a reunir con uno de sus mejores amigos. Se conocían desde que ambos habían estudiando juntos en Harvard.


_ ¿En qué has estado pensando?_ le preguntó Brandon a George.

_ En que quiero pedirle a Michelle que se case conmigo. Ella ha llenado de luz y de alegría mi vida, que quiero que forme parte de mi vida, hoy mañana y siempre...

_ ¿Cómo que el amor ha tocado en realidad tu puerta?_ le expresó su amigo con gran picardía.

_ ¡Más que a mi puerta!... Sé que no podría amar a nadie más como la amo a ella.

_ Entonces, pronto sonaran campanas de boda...

_ Y de una nueva vida.

_ He de admitir que eres un hombre afortunado. Ella es hermosa e inteligente. Tiene los pies en la tierra...

_ Además de todo eso... poco a poco he descubierto que tras la imagen de sofisticada que tiene. Hay alguien dentro de ella que es tierno y sensible... No es presumida, ni vanidosa como creía al principio. Y ese descubrimiento es lo que ha impulsado que cada día me enamoré más de ella... Es un ser hermoso y con un inmenso corazón._ sonrió para sí_. A veces me digo que teme que alguien note lo especial que es.

_ ¡Ha hablado un hombre enamorado!


  Esa mañana había salido un momento de la galería donde hacía el papel de empleada. Me sentía tan vacía y tan triste.


_ ¿Qué sucede, Amelia?_ me preguntó Valerie, mientras hablábamos en un lugar privado. Estábamos sentadas en un banco, en medio el Hyde Park.

_ ¿Qué crees?

_ Todo esto esta siendo demasiado duro para ti...

_ ¡Más que eso!... Odio no poder decirle la verdad. Odio mentirle y hacer que se enamore de alguien que no existe... ¡Si pudiera protegerlo de otra manera sería aún más fácil!

_ ¿Para él? ¿O para ti?_ agregó seriamente Valerie.

_  Para ambos..._ guardé un corto, pero profundo silencio_. ¡Tal vez por mí!... ¿Sabes cuantas veces me he repetido que él no es para mí? ¿Cuántas veces me he dicho que es una misión?... Cada día me culpo de haberme enamorado de él. De sentir esto que siento y no puedo evitarlo... ¡Me enamoré de él!

_ ¿Y qué piensas hacer?

_ Luchar en contra de mí... Su vida es más importante que lo que yo sienta por él. Él merece a alguien mejor. No a un disfraz...

_ Te merece a ti, Amelia..._ expresó Valerie al verme fijamente_. ¡Tú eres lo que él merece en su vida!

_ Más aún, es un imposible... Él jamás me perdonaría esta mentira. Todo ha sido un plan para protegerlo... Y yo... Yo cometí un error al enamorarme de él.

_ Esa es la realidad..._ expresó mi amiga tristemente, mientras observábamos a una pareja caminar tomados de las manos_. Entonces, ¿aún piensas desaparecer de su vida, cuando se halle a la persona que atenta en contra de su vida?

_ Es obvia la respuesta. Ese día morirá Michelle... morirá para siempre..._ respondí resignada_. Y yo volveré a USA. A Carolina del Norte. A Beaufort... Renunciare a este trabajo y buscare una vida tranquila.

_ ¡¿Renunciaras?!_ expresó asombrada.

_ Sí... Ya no podré ser la misma de antes. Y lo acepte Kevin o no, esa será mi decisión.

Sin PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora