Su vida era como la cualquier adolescente de 15 años, la escuela, amigos, exámenes, lo tipico.
Llamaba bastante la atención en Grecia, sus largos cabellos de un rojo escarlata, sus ojitos que competían con Antares, su pálida piel que contrastaba perfecto con sus cabellos y ojos, junto con ese bello acento francés tenia suspirando a mas de uno, pero nadie lo hacia suspirar a él. Tenia un hermano mayor llamado Isaac casado y con un hijo de 5 años, el chiquito era su adoracion no había día en el que no concintiera a Dégel.
Su vida parecía perfecta, la que toda persona en este mundo quisiera, hasta ese fatídico día.
Llovía tan fuerte que parecía diluvio, no teniendo de otra tuvo que llamar a su hermano para que lo fuera a buscar al colegio. Como se arrepentía de haberlo hecho, pudo haber llamado a un taxi, ir a esperar el autobus o irse con alguno de sus compañeros, pero no, llamo a Isaac por que sabia que este lo llevaría a comer algo y luego a casa. Cuando iban a un restaurante la lluvia empeoró, la visión era casi nula, un conductor imprudente se cruzo en su camino, Isaac perdio el control del auto. Solo recordaba el grito de su hermano y sus brazos protegiéndolo del golpe.
Despertó en un hospital luego de horas, pero había algo mal, muy mal; no veía casi nada solo sombras borrosas sin forma alguna, el accidente casi le quita por completo la vista, según los doctores la recuperaría en unos días, pero habia algo que jamas iba a recuperar, la vida de su hermano, por protegerlo a él Isaac sacrifico su propia vida. De eso se sentiria culpable el resto de su existencia.
Con el pasar de los días su vista no mejoro, podía jurar que incluso empeoró ya ni esas sombras deformes veía. Su ceguera tenia una solución una operación bastante cara y su familia no contaba con los recursos suficientes para financiarla. Lo que más le dolia - aparte de la muerte de su hermano- era que no podria ver crecer a Dégel, ese niño que se robo su corazón, a pesar de su edad el niño no lo culpaba de nada incluso calmaba sus penas.
- Tío Camus, no llores, papá se va poner triste y yo tambien- el niño lo abraza con fuerza, tratando de calmarlo aunque sea un poco- él nos cuida desde el cielo y no nos dejara solos jamas.
Se podría decir que Dégel fue su única alegría en mucho tiempo. La sobreproteccion de sus padres lo ahoga, esta bien no podía ver casi nada pero no era para que lo trataran peor que a un bebé, podía vestirse solo, podía comer solo y muchas cosas más y se lo haría ver a sus progenitores costara lo que costara.
Cuando se quedaba con Hyoga la "madre" de Dégel, podía tener más libertad, el ruso parecía ser la única persona que entendía que no era un inútil.
Con el pasar del tiempo se acostumbro a su nueva vida, aunque aún no le gustaba, estar encerrado todo el día no era para él. Rara vez salia de su casa y cuando lo hacia quería solo volver ya que su madre se ponía histérica por cualquier cosa. Muchas veces quizó cambiar su vida por la de Isaac. Así fue hasta que un día una familia se mudo a la casa de al lado, como buenos vecinos fueron a darles la bienvenida, era una pareja con un hijo de la misma edad de Camus; rubio, de ojos celestes traviesos, piel morena y unos centímetros más alto que él o eso le había dicho su madre, se llamaba Milo, ese chico fue el primero y el único que lo hizo suspirar.
Milo fue su único amigo por mucho tiempo, era la única persona en la que confiaban plenamente sus padres ya que el rubio se gano su confianza a pulso. Aveces cuando los padres de Camus debían salir por algo importante del trabajo y no había nadie que se quedara con su hijo, Milo lo hacia con gusto, y en esos momentos que se encontraban solos le daba algo de autonomía su tan ansiada libertad, podía hacer lo que quisiera, ir donde quisiera, solo un lugar le tenia prohibido entrar solo y esa era la cocina por obvias razones.
Así fue su amistad y de a poco ese cariño de amigos mutó a uno más intenso y sincero. Despues de siete años de noviazgo se casaron. Ahora con 25 años de edad, Camus podía decir que su vida estaba casi completa, se había mudado con Milo a una casa acondicionada solo para él, para que pudiera moverse con confianza y libertad, su pareja era el mejor hombre que podía pedir, su sobrino casi vivía con ellos, ya que Hyoga viajaba bastante por cosas del trabajo, pero aún le faltaba algo, mejor dicho alguien.
- Camie, sé que quieres que seamos padres pero entiendeme, - tomo sus manos entre las suyas- para mi es demasiado cruel el que no veas crecer a tu propio hijo, sé cuando te dolió con Dégel, no quiero que lo vuelvas a experimentar.
- Pero Milo...- el griego lo abrazo con todo el cariño que solo él podía darle, correspondió sin dudarlo.
- Cam... suficiente con que no me conozcas físicamente a mi, no podría hacerte lo mismo con nuestro hijo o hija.- dejo un beso en su cabeza- no te negare que quiero ver tu pancita crecer, te veras hermoso te lo aseguro, pero aún no es tiempo.
- ¿Que quieres decir?
- Lo sabrás muy pronto mi amado francés, muy pronto.
Lo supo, pero no de la forma que hubiera querido. Otra vez las desgracias volvían a su vida.
🔹🔹🔹
Camushis esta ciego! 😭
Lo sé!, es demasiado cruel y vienen cosas peores. Pero tranquilas/os mis amores, todo lo malo viene que con algo bueno.
Nos vemos en dos semanitas 😚
ScorpioNoMilo.
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Testigo.
FanfictionUn terrible crimen y un único testigo, la pareja de la victima, un joven ciego.