25.

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Nervioso es una palabra corta para describir como se siente en este momento, al fin después de meses, las personas que le causaron tanto daño a su esposo, a su familia y a él mismo tendrian su merecido, su castigo. Aunque fueran criminales, no significaba que no le doliera saber que hasta su cuñado estaba metido en ese plan. Sintió las manitas de su hija tirar de su cabello, para que le prestara atención, balbuceaba cualqueir cosa, le sonrió abrazándola a su pecho.

Milo los miraba a los dos, pensando en que faltaba tan poco para que su amado francés pudiera conocer el rostro de su hija, vería lo grande que estaba su sobrino, y ademas conocería al fin su rostro. Eso lo tenia asustado, nervioso, dudoso ¿Sería como se lo imagino?, ¿Si lo llegaba a decepcionar? No podría soportar su mirada de decepción.

Negó, no debía pesar en eso ahora. Se acerco a su familia, besando la frente de su amado pelirrojo para llamar su atención, cosa que logro.

- Si no quieres ir al juicio te puedes quedar aquí con Dariela y mi mamá.

Camus borro su sonrisa, queria ir al juicio, saber de inmediato que sentencia les tocaría cumplir a sus "amigos", saber de primera mano lo que les tocaría soportar, por cuanto tiempo. Tomo una de las manos de Milo en las suya, volviéndole a sonreir.

- No, yo voy contigo.

~•~


La hora del juicio había llegado dos de ellos se encontraban nerviosos, al otro no le importaba nada, con tal de que le dieran la razón que solo estaba recuperando lo que era suyo, cumpliendole una promesa  a su hijo mayor.

- Todo es culpa tuya, no debimos haberte escuchado.- Aioria trataba de lograr que Hyoga le respondiera algo, el tiempo que llevaban en ese lugar juntos el rubio apenas los había mirado.

Recibió de respuesta una mirada hostil, que le helo la espalda dándole mala espina, había metido la pata hasta el fondo.

- Ustedes fueron unos inútiles, no sirvieron para nada. Mejor hubiera trabajado solo, ahora no me hablen.

Cuando fueron llamado a escuchar las acusaciones en su contra, testimonios y pruebas. Shura y Aioria sabían lo que les tocaba, 10 años era el mínimo por lo que habían hecho, para el español seria un poco más por las multiples deudas que mantenía. Ya se había dicho todo en contra de ellos, era el turno del ruso, al quien no le interesaba nada de lo que dijeran, él creía  que había hecho las cosas bien, que mucha gente más haría lo mismo, logro lo que muchos querían recuperar a uno de sus hijos, pero se lo habian arrebatado de nuevo. Presto atención a lo que hablaban a su alrededor cuando vio entrar a Isaac para dar su declaración, creía que lo salvaría, que lo sacaria de ahí sin importar qué.

Así fue hasta que comenzo a hablar, todo el amor y confianza que tenia en él se le fue, la decepción se apropio de su rostro, nunca pensó que testificaría en su contra.

- Señor Isaac Bellrose, usted hace unos años figuraba como muerto tras un accidente y según usted tenia que ver con la actitud de su esposo ¿Puede decirnos porqué?

El juez le dio la palabra. Trago saliva, mirada de reojo al rubio que amo con todo su corazón pero que muy tarde se dio cuenta de su verdadera naturaleza. Suspiro tomando una decisión, por su hijo, su sobrina, su hermano y su futuro nieto tenia que decir todo lo que sabia sin guardarse nada.

- Unos años despues de que me casara con él, comencé a notar cambios extraños en su actitud...

Volvió a mirar a Hyoga, lo rompió el corazón la mirada de dolor que le dio. 

A los pocos años de casados conoció la verdadera personalidad del su amado rubio, sádico, le gustaba torturar o matar pequeño animales. Cuando nació Dégel tuvo miedo de que le hiciera daño. Muchas veces lo vio mirar al pequeño bebé entre sus brazos con una expresión que no sabia como desifrar, para su alivio parecia que con su niño sus instintos sádicos  disminuyeron, o eso creyo.

Tiempo despues de la muerte de su segundo hijo las cosas volviron a cambiar: Un día volviendo del colegio donde trabajaba vio a Dégel salir corriendo asustado desde el interior de su casa, diciendo que su mamá actuaba extraño, mucho más de lo normal. Trato de hacer todo lo posible por ayudarlo, quiso llevarlo a todo tipo de psicólogos, pero nada dio resultado y al darse cuenta de eso decidió armar un plan, empezando por fingir su muerte y luego ir por su hijo y su hermano para irse lejos de ahí.

- Pero el accidente que tuve con Camus se adelanto a mis planes. Desperté despues de un año y medio en un hospital, el medico con el que había hablado antes creyó que ese día fingiria mi muerte, puso nuestro plan en marcha. Despues de que me recupere y pude volver a caminar, a escondidas fui a la casa de mis padres, descubriendo que mi hermano ya tenia alguien que cuidaba de él, ese día lo vi de espaldas por lo que nunca supe que había quedado ciego por culpa mía.

El juez y el jurado presente deliberaron su decisión. Dieron un pequeño receso para estar seguros. Camus se acerco a su hermano mayor, abrazandolo con fuerza.

- Quiero que sepas que nunca te culpe de nada, los accidentes pasan, ademas gracias, de cierta forma por ti pude conocer a Milo.

Le sonrió en respuesta, aunque se sentío muy estúpido al darse cuenta de que no podia verlo.

El reseso acabo. Aioria y Shura miraban nerviosos a todos, sabia lo que les esperaba. La decisión estaba tomada para los dos primeros serian 10 y 15 años de prisión respectivamente. Hyoga fue un caso aparte por no tener sus facultades mentales al cien no podían juzgarlo como un criminal, seria llevado a una clínica mental para que le den tratamiento especial, y una vez recuperado si seguia sin mostrar simbolos de arrepentimiento seria encarcelado el tiempo que le correspondía.

~•~


Volviron a  su casa uno más satisfecho que el otro, Milo queria a los tres en la cárcel pagado por todo lo que había hecho. Camus por su parte estaba conforme, no solo tendrían el castigo que se merecían, sino que uno de ellos recibiría también ayuda profesional la que sabia necesitaba.

- ¿Termino?- le pregunto a su esposo que se acostaba a su lado en la cama.

- Al fin.- lo abrazo por la cintura, Dariela los separaba un poquito, la niña tenia su propia cuna pero preferian dormir con ella un tiempo- Podremos estar tranquilos y enfocarnos en lo que viene ¿Estas listo?

- No lo sé, quiero hacerlo pero a la vez me da miedo, son dos operaciones, la de reconstruccion de la pupila y la trasplante de cornea.

- No temas cariño mío, mi hermoso pelirrojo. Te juro por mi abuela en el cielo que todo va a salir bien, y al fin podras volver a ver.

Sonrió feliz, con el miedo inicial retrocediendo confiando por complento en su esposo. El que lo apego a su cuerpo lo más que su hija en medio de ellos se lo permitia, besando su frente, sus labios y su mejillas con amor.

- Después de mucho Camus, podras conocer a el rostro de nuestra hija...

- Más imporatante, podre conocerte a ti.

🔹🔹🔹

¡Prepárense!

Próximo capitulo ¡Llega al fin lo que todos estamos esperando! Nuestro bello francés puede que vuelva a ver 😃

ScorpioNoMilo.💕

Testigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora